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Representantes municipales admiten que las restricciones a la hostelería afectarán a los mercados
01 may 2020 . Actualizado a las 14:43 h.A una feria y a un mercado acuden los vendedores de productos de proximidad y de otras mercancías, pero no nos engañemos: un campo de la feria no es lo mismo sin las pulperías, y un día de feria sin pulpo no es ni medio día. La posibilidad de que la próxima semana puedan volver a celebrarse los mercados locales, cancelados por la declaración del estado de alarma, genera reacciones de prudencia y de escepticismo, ya que los puestos de pulpo, como negocios hosteleros, aún no podrán reanudar su actividad.
En Castro de Ribeiras de Lea hay mercado los miércoles, y el alcalde de Castro de Rei, Francisco Balado, no duda en pronosticar que la falta de pulperías restará afluencia. «Sen polbo, xa non hai case feira», dijo. Por otro lado, el regidor afirmó que difícilmente se lograrían animación y ventas habituales en estas circunstancias.
En Meira, donde las ferias se celebran en domingos alternos, comer el pulpo o encargarlo para llevarlo a casa es una costumbre arraigada. Agustín Méndez, teniente de alcalde, también opina que las pulperías son parte imprescindible de la jornada, y ve además complicado el proceso de reparto de sitio para los vendedores y el mantenimiento de distancias entre los compradores.
En Vilalba hay una feria -el primer domingo después del día 1- y un feirón mensuales y mercados los martes y los viernes. Los puestos de pulpo son un evidente reclamo, como admite la concejala de Feiras e Mercados, Antía Rama, que ve con prudencia la recuperación de esa actividad. En Sarria hay tres ferias mensuales -se celebran los días 6, 20 y 27-; pero ahora deben primar las cuestiones sanitarias, opina la concejala de Festas, Eugenia Valcárcel.