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La escasez de conejo lleva a numerosas sociedades de caza pontevedresas a no salir a matarlo

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

GANADERÍA

Un cazador de la sociedad de Portas este domingo, en el arranque de la temporada de caza menor.
Un cazador de la sociedad de Portas este domingo, en el arranque de la temporada de caza menor. Manuel Martínez

Aunque se repuebla todos los años, la población va a menos de forma brutal, asi que algunos colectivos optan por salir al monte solo con los perros y sin armas y otros reducen mucho las jornadas en las que van a por él

17 oct 2023 . Actualizado a las 14:05 h.

El domingo 15 de octubre era un día señalado en el calendario para centenares de aficionados a la caza menor en Galicia. Se levantaba el telón y comenzaba la temporada. Y, si bien es cierto que los cazadores se echaron al monte a pesar de la intermitente lluvia, en la comarca de Pontevedra muchos aficionados lo hicieron sin armas, acompañados únicamente por los perros. ¿Por qué? Porque, ante la escasez del rey de la caza menor, del conejo, algunas entidades de cazadores han decidido no matarlo y otras reducen mucho las jornadas que salen a por ellos. El resto del tiempo a veces se pueden cazar otras especies menores como perdiz o faisán y otras simplemente entrenar a los canes.

La escasez o incluso desaparición del conejo en algunos montes pontevedreses está llevando a tomar medidas a prácticamente todas las entidades de aficionados. Dos de las sociedades de caza que decidieron que este año no matarán esa especie son las de Caldas y Moraña. El presidente del colectivo caldense señala: «Non queremos acabar cos poucos exemplares que hai. Repoboamos e estamos esperando a ver se saen adiante, porque a peste está acabando con eles», indica. Desde Moraña, un miembro de la directiva de la sociedad de caza, que aglutina a 108 aficionados, señala que actuaron en el mismo sentido: «Imos respectalo un pouco e en toda a temporada non se poderá ir con armas a por caza menor. Se os mataramos iamos acabar co pouco que hai».

Dos cazadores este domingo en Portas, donde se limitan las jornadas en las que se puede practicar la caza menor con armas.
Dos cazadores este domingo en Portas, donde se limitan las jornadas en las que se puede practicar la caza menor con armas. Manuel Martínez

En otros tecores de la comarca —terrenos cinegéticamente ordenados, antiguamente llamados cotos, y gestionados por las sociedades de caza— sí se puede matar conejo, pero de forma muy limitada a cuenta de su escasez. En Portas, por ejemplo, solo se permite la caza menor con armas los domingos —los festivos y jueves se puede ir con los perros—. Manuel Martínez, el presidente de la sociedad, trata de explicar qué ocurre con el conejo y qué es lo que pasa para que aunque las sociedades repueblan cada año —varía según el tecor, pero se suelen soltar unos 400 ejemplares por coto al año— la población del rey de la caza menor siga mermando. «Hai que falar dun cúmulo de factores. O rural témolo completamente abandonado e o coello non atopa alimento. Ninguén colle xa unha ferramenta para ir ao monte e limpar os toxos, así que non hai sitio no que poida medrar herba. O coello sempre precisou de espazos abertos e amplos e xa non os hai, isto non é Toledo nin outro lugar de Castela. Por outro lado, aínda que se está repoboando, moitos dos exemplares non se adaptan ou adquiren enfermidade e acaban morrendo», indica.

A cuestiones similares apuntan desde la sociedad de caza de Xeve. Su presidente, Álvaro Fontenla, indica que ellos lo que hacen es estipular únicamente siete días en toda la temporada en los que se puede salir a matar conejo, cuando la normativa permitiría hacerlo desde ahora hasta el mes de enero todas las jornadas dominicales y los festivos. Dicen que esta reducción les está dando buenos resultados: «Todos os anos repoboamos coa cantidade máxima que se nos permite, pero a realidade é que a especie non acaba de ir ben. Polo tanto, preferimos gardar o pouco que temos é saír só sete días, que ao final resultan máis rendibles», señala Álvaro Fontenla, el presidente de la entidad, que ahora mismo tiene 83 asociados.

Verdeseixo, de Ponte Caldelas, marca la excepción y arranca bien la temporada 

Verdeseixo, la sociedad de caza de Ponte Caldelas, es una de las entidades más potentes de la comarca de Pontevedra. Aunque, como le ocurre a casi todos los colectivos fue perdiendo socios en los últimos años, todavía aglutina a 116 personas —70 de ellos aficionados a la caza menor—. De lo dicho por uno de sus miembros directivos se deduce que Verdeseixo marca la excepción con respecto a otros tecores, al menos en cuanto al conejo. En su caso señalan que las cosas no pintan mal y que sí salen a cazar la especie con relativa normalidad. Es más, dicen que había mucha ilusión ante la jornada dominical y que los únicos aficionados que se quedaron en casa «foi porque estaban enfermos ou tiñan un motivo moi importante». Indican que se hace un trabajo muy exhaustivo a lo largo de todo el año para intentar que la población de conejo no merme y que aún así «hai para ir tirando, para que a xente teñan algo que coller».

En la sociedad de Ponte Caldelas, como en casi todas, el grueso de cazadores son hombres. Pero desde el colectivo indican que en caza menor cuentan con tres representantes femeninas.