Las granjas gallegas estrenan los nuevos crotales electrónicos

X.R. Alvite REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

Xosé Ramón Alvite

A partir del 1 de julio será obligatorio que todos los animales lleven una de estas identificaciones, una medida que no ha sido bien recibida por los ganaderos, que temen que el coste repercuta en sus bolsillos

13 jun 2025 . Actualizado a las 20:34 h.

Aunque con un año de retraso respecto a la previsión inicial, la identificación electrónica del ganado bovino ya tiene fecha oficial de inicio: será el próximo 1 de julio. A partir de ese día, todos los animales que nazcan deberán llevar un crotal convencional con su número de identificación -14 dígitos- en la oreja derecha y otro electrónico en la izquierda. No se trata de un simple pendiente: este dispositivo incorpora un transpondedor que podrá ser detectado mediante diferentes equipos de lectura de radiofrecuencia a corta distancia y que facilitará enormemente el reconocimiento de cada uno de los miembros de un rebaño.   La medida, recogida en la nueva normativa estatal que regula el sistema de trazabilidad, identificación y registro de determinadas especies animales busca mejorar el control del ganado y modernizar el campo. Sin embargo, no ha sido bien recibida por todos los ganaderos, que temen que el coste, tal y como ya ha sucedido con otras modificaciones normativas, acabe repercutiendo en sus bolsillos.

 Si bien en la actualidad los crotales de identificación son gratuitos para las granjas ?los reparten los veterinarios oficiales de Medio Rural en función del censo de cada explotación-, estas si deben costearse la fabricación y el envío de los duplicados que necesiten una vez los originales se hayan desprendido de las orejas de las reses. Una circunstancia que, al parecer, sucede de forma muy habitual. «É de suponer que os electrónicos sexan bastante mais caros que os normais e, claro, ese custo teremos que págalo nós. E, tendo en conta, o fácil que rompen, o custo para moitas granxas pode ser importante», apuntan desde una explotación de Mazaricos que señala que anualmente dedican más de 900 euros anuales a reponer los identificativos perdidos. Una cantidad que temen se vaya a incrementar de forma importante.

 No menos preocupada se muestran desde otra granja xalleira que ya ha empezado a utilizar los nuevos crotales y se ha encontrado con la desagradable sorpresa que interfieren en la señal del sensor de la amamantadora que da la leche a los terneros. «Cada animal ten un colar cunha identificación electrónica individual pola cal a máquina sabe a cantidade de leite que debe darlle. Agora cos crotais novos resulta que o sensor tamén detecta esa frecuencia e da un erro á hora de detectar de que animal se trata», explica el ganadero que teme que algo similar pueda pasar en la monitorización de estas reses una vez se hagan adultas. «Coa gandería de precisión os animais están controlados por sensores de xeito continuado. Cada empresa ten os seus sistemas e aparatos e esperemos que uns non se pisen aos outros».

Xosé Ramón Alvite

 Otro contratiempo de los nuevos pendientes, aunque este de menor importancia, afecta a las tenazas que se utiliza para su colocación. Los electrónicos son ligeramente mayores por lo muchas ganaderías se verán obligadas a comprar un nuevo utensilio específico para estas nuevas identificaciones. «Ou eso, ou andar poñendo e quitando adaptadores de cada vez e arriscarse a estragar o aparato. Vai ser moito máis operativo ter unhas tenazas para as orellas dereitas e outras para as esquerdas», señala un ganadero de Negreira que apunta a que el precio de uno de estas pinzas oscila entre los 30 y los 45 euros.

Esta actualización viene acompañada de una nueva estructura en el sistema de codificación de los crotales. A partir de ahora, el código incluirá las dos letras que identifican al país de origen, un par de dígitos que especifican la especie -en el caso del ganado bovino será el 22-, otros dos que corresponden a la comunidad autónoma -por ejemplo, 11 para Galicia-, y finalmente, una secuencia de ocho cifras únicas para cada animal. En el caso del ganado ovino y caprino, se contemplan varias alternativas al tradicional crotal electrónico utilizado en bovinos. Estos animales podrán ser identificados mediante una pulsera electrónica, un microchip inyectado en el metatarso derecho o, si se prefiere, un bolo ruminal: un pequeño dispositivo que se administra por vía oral y queda alojado de forma permanente en el rumen, desde donde permite rastrear e identificar al animal. Para los cerdos, la normativa establece el uso de un único crotal, aunque en ejemplares de piel clara puede reemplazarse por un tatuaje. En cuanto a los équidos, la identificación varía según su destino: si no están destinados a consumo, se les aplicará un transpondedor subcutáneo; en cambio, los destinados a producción cárnica llevarán un crotal electrónico tipo botón.En el ámbito apícola, por su parte, cada colmena deberá llevar visible y claramente legible el código identificativo de la explotación, mediante una marca permanente. Si la colmena ya llega identificada con el código de otra explotación, este no se elimina: se conservará junto al nuevo, y lo mismo ocurrirá con cualquier cambio sucesivo en su origen.

Por primera vez, la normativa impulsada por el Ministerio de Agricultura amplía de forma significativa el alcance del sistema de identificación animal. A partir de ahora, será obligatorio identificar también a especies hasta ahora no contempladas, como los camélidos, los cérvidos, los animales de peletería e incluso aves exóticas del grupo de las psitácidas, como los loros y los periquitos. En el caso de estas aves, se podrá optar entre dos métodos: un anillo colocado en una de sus patas o un microchip inyectado bajo la piel.