Un Congreso de Economía Agraria analiza en Lugo los retos que supone la nueva PAC, cómo explotar la riqueza que brinda el rural lucense y avanza como tecnologías como los drones estarán cada vez más presentes en el trabajo agrario.
05 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Hace 94 años, en Lugo se celebró un congreso sobre economía de Galicia. Alexandre Bóveda, Juan Rof Codina o Valentín Paz Andrade acudieron a una cita en la que se constató que la gallega era una sociedad agraria pero que afrontaba una transformación. El aprovechamiento de recursos marinos, con Vigo como epicentro, justificaba esa expresión de cambio.
La idea fue recordada ayer por el rector de la Universidade de Santiago de Compostela, Antonio López, en la inauguración del Congreso de Economía Agraria. Casi cien años después, la ciudad acoge una cita en un mundo en el que tampoco faltan las transformaciones. La entrada en vigor de la nueva Política Agraria Común (PAC), prevista para la próxima década, definirá el marco económico y social del medio rural, pero también puede generar nuevas oportunidades.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, aprovechó la cercanía de la nueva PAC para reflexionar sobre determinados asuntos, no solo centrados en lo económico. Lo que está en marcha, vino a decir, es una revolución verde: si por un lado la actividad del campo debe ser viable y competitiva, por otro lado debe intentarse el relevo generacional, prestar atención al cambio climático e incorporar la perspectiva de género.
Planas, cuya intervención tuvo más rasgos de una breve ponencia que de un discurso habitual, combinó algunas reflexiones con pronósticos de futuro que eran, confesó, reflejo de un espíritu más bien optimista. Por un lado, dijo, conviene preguntarse a quién se dirige la PAC o quién es el agricultor genuino —expresión que usó, según su explicación, traduciendo un concepto frecuente en inglés—; por otro, los drones, aseguró, serán cada vez más frecuentes en el trabajo agrario, en el que además resulta necesario abordar el reto de producir más contaminando menos.
Potencia láctea y forestal
Antes de que el ministro enumerase retos y predicciones, el conselleiro de Medio Rural, José González, destacó que el congreso tenía lugar en una comunidad que es una potencia láctea y forestal, aunque tampoco eludió cuestiones que deben abordarse en un futuro inmediato. La ordenación de usos del suelo y la necesidad de generar riqueza para quienes viven en el campo deben guiar, explicó, el trabajo de las administraciones.
Incluso desveló que la Xunta, en colaboración con la USC, preparaba un documento para incorporarlo al plan estratégico nacional. Otra incorporación, aunque en este caso con infraestructuras que se prevé ejecutar a medio plazo, será la que consiga Lugo con su barrio verde, levantado en las afueras de la ciudad y concebido con criterios de sostenibilidad. Se trata de un proyecto que el Concello proyecta en el norte de la ciudad, una especie de barrio que será autosuficiente y respetuoso con el entorno. El modelo es la ciudad canadiense de Vancouver, y el medio para lograrlo, el impulso de más de 20 millones de fondos europeos logrados en el pasado mandato. El primer paso, la construcción de un edificio solo de madera denominado Impulso verde, ha sufrido un pequeño frenazo inicial, pues no se han presentado empresas interesadas en la ejecución.
Esa apuesta del gobierno local fue recordada por la alcaldesa, Lara Méndez, que además aportó en su intervención un recuerdo más personal —el de exalumna de la Escola Politécnica, escenario de las sesiones de trabajo, que se iniciaron ya ayer—.
Riqueza de norte a sur
El presidente de la Diputación, José Tomé, recordó a los asistentes el valor de la actividad forestal, agropecuaria y vitivinícola en la provincia, que por su peso, dijo, tiene una importancia equiparable a sectores como la automoción o el naval. Esas variadas actividades, afirmó, deben servir para fijar población. Por otro lado, citó apuestas de la Diputación por el medio rural como el centro de recría, ya abierto, o la granja experimental, en obras. Por su parte, Raúl Compes, representante de la Asociación Española de Economía Agraria, recalcó que el campo no solo necesitaba ser analizado en clave de sostenibilidad sino también con una perspectiva ética y política.