Patricia López, investigadora del campus de Lugo: «Las algas podrían ser parte esencial de nuestra alimentación en el futuro»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

SOSTENIBILIDAD

López cree que Galicia tiene grandes condiciones para desarrollar el cultivo de algas.
López cree que Galicia tiene grandes condiciones para desarrollar el cultivo de algas. PALACIOS

Afirma que son muy completas desde el punto de vista nutricional

25 dic 2023 . Actualizado a las 13:14 h.

Patricia López estudia, en el campus de Lugo, la estructura de los alimentos y la forma en que esa estructura afecta a propiedades físicas como la textura o el valor nutricional. Realizó trabajos con frutas, con verduras y con cereales. «La industria, por lo general, quiere reducir los texturizantes y los estabilizantes por opciones más naturales que hagan que el alimento tenga una textura agradable para consumir», dice. Durante su estancia en Suecia empezó a trabajar con las algas. «Hay interés, porque se han identificado como un alimento que puede ayudar a asegurar la sostenibilidad y la resiliencia en la cadena alimentaria; pero en alimentación usan muy pocas variedades, unas cinco o seis», añade.

-¿Cree que en España hay tanto interés por las algas como en otros países?

-No sé si igual. Pero sí creo que hay un interés enorme. Cada vez se comen más algas, incluso frescas. El problema de la alimentación está presente: la población mundial aumenta, la superficie para cultivar es cada vez menor y hay que buscar alternativas. De las algas se sabe aún poco. Tienen un tiempo de recolección corto, y hay que hacerles preservarlas con procesos de secado o congelarlas.

-¿Son las algas el alimento del futuro o son ya un alimento del presente?

-Ahora son un alimento más. Tienen nutrientes que necesitamos en nuestra dieta. Dentro de 50 años pueden ser un alimento fundamental, porque hay cada vez menos tierra para cultivar, las temperaturas son cada vez más altas... Las algas pueden crecer en condiciones muy diversas: de hecho, crecen en aguas de todo el mundo. Además tienen otras funciones: pueden captar dióxido de carbono, no necesitan fertilizantes y pueden crecer rápidamente. Tienen un gran potencial.

-¿Qué propiedades beneficiosas para el ser humano hay en el consumo de algas?

-Las algas tienen fibra, proteína, grasas beneficiosas y minerales como hierro y calcio en niveles iguales o superiores que los vegetales. Son muy completas desde el punto de vista nutricional.

-¿Son un recurso perecedero? ¿Se llegarían a acabar si su consumo se extendiese mucho?

-Cuando hablamos de algas, hablamos también de las cultivadas, no solo de las recolectadas del mar. De hecho, hay estudios que analizan la viabilidad del cultivo de distintas especies. En mi opinión, creo que se cultivarán: igual que hay piscifactorías, habrá plantas de algas. En la práctica, muchas de las que se consumen ya son de cultivo.

-¿Es Galicia, zona de grandes condiciones para el marisqueo, una zona adecuada para el cultivo de algas?

-Creo que sí, precisamente por esas características de nutrientes que tiene el Atlántico. De hecho, tras los temporales se ven en la costa algas de todo tipo. Creo que Galicia tiene condiciones para cultivar algas ricas en nutrientes.

-Hace décadas, las algas se usaban como abono de tierras de cultivo cercanas a la costa. ¿Resultan adecuadas para esa función?

-Sí, precisamente por los nutrientes. De hecho, hay gente que ya está trabajando en esas posibilidades, igual que en las de usarlas para alimentación del ganado. Se podrían llegar a usar en todo eso, alimentos para el consumo de los humanos y el de los animales.

-¿Serían un alimento interesante, por ejemplo, para vacas o para ovejas?

-Creo que sí. Otra cuestión sería la forma en que los animales y las personas procesasen esos nutrientes.

-¿Hacen falta más reclamos para que la sociedad consuma más algas?

-Aún no están instaladas del todo en la dieta. Hay supermercados que las venden en fresco, aunque todavía no se trata de una gran producción. En Suecia se han hecho estudios sobre la predisposición a consumir alimentos con algas, y se observó una predisposición buena por dos cuestiones: por los nutrientes que contienen y por el menos impacto ambiental que hay detrás de su consumo. En principio, para su desarrollo no se necesitan fertilizantes ni pesticidas, y además crecen rápido. Desde el punto de vista de la sostenibilidad, las algas tienen un impacto muy positivo. ¿Qué hace falta para que se consuman más algas? Que tengan, como cualquier otro producto, un impacto favorable en textura o en sabor ¿Qué pasaría si añadiésemos algas a un yogur? El reto, digamos, estaría en hacer productos nutritivos y atractivos para los consumidores. Creo que de aquí a 50 años se consumirán cada vez más algas.

-¿Es el mayor consumo de algas un reto para la sociedad actual?

-Más que un reto, es una necesidad. Hay interés en las algas porque podrían ser un ingrediente fundamental de nuestra dieta en el futuro. No es un alimento nuevo, ya existe. Eso es una ventaja.

Un producto con gran potencial que ya se usa en quesos

Escuchando hablar a Patricia López, las posibilidades de las algas desde el punto de vista alimentario parecen más una cuestión de presente que de futuro: «Hay muchos productos con algas; hay queso de cabra con algas, por ejemplo», afirma. No duda de que esas posibilidades tienen muchas opciones de seguir aumentando: «Tienen mucho potencial; hay que saber usarlo», dice.

¿Cómo acabará el proceso de implantación de las algas como un alimento habitual? López lo describe así: «Tenemos que llegar a un punto en que las algas sean como el tomate o como el brécol, un ingrediente más», explica. Mientras tanto, en otros campos, como el de la cosmética, el uso de las algas ya está también extendido. Esta investigadora reconoce que se trata de un caso más de las muchas y variadas posibilidades que ofrecen las algas.

Una formación en Galicia y en otros países

Patricia López (Santiago de Compostela, 1977) es licenciada en Ciencias Químicas por la Universidade de Santiago de Compostela (USC). Se doctoró en Holanda, en donde trabajó varios años. Luego tuvo sendas estancias en Brisbane (Australia) y en Gotemburgo (Suecia). Desde mayo del año pasado desarrolla su actividad investigadora en Lugo ciudad, dentro del Aula de Produtos Lácteos e Tecnoloxía Alimentaria (Aplta) del Campus Terra.