
Medio Ambiente quiere convertir el Camino de Santiago en un refugio climático. Su idea es comenzar plantando distintas especies en dos tramos de solera que suman poco más de cinco kilómetros en los concellos de Oroso y Santiago
26 jun 2025 . Actualizado a las 10:18 h.No es fácil caminar varios kilómetros al sol. Las altas temperaturas de los últimos días parecen haberse convertido en un hándicap más para los miles de peregrinos que tienen como meta Santiago, sobre todo en tramos donde no hay sombras. Plantar árboles en «estes espazos de solera» es una de las soluciones que baraja la Consellería do Medio Ambiente para convertir «o Camiño de Santiago nun refuxio climático», como explicaron en su día desde ese departamento de la Xunta. Y varias investigaciones respaldan esa idea.
Una de ellas es la realizada por científicos del Instituto de Ciencias Atmosféricas y del Clima, ETH Zurich (Suiza), y publicada hace unos años en la revista Natura Comunications, que muestran que los árboles pueden ayudar a reducir la temperatura del suelo en las ciudades en hasta 12°C en verano. Aunque como matizan desde el servicio de Cambio Climático de la Consellería «a reducción de temperaturas que poden supoñer non se pode dicir de xeito exacto porque depende do entorno do que se trate. Non é o mesmo un entorno urbano que un rural. Nas zonas urbanas poderían acadar os 5°C porque é onde se acada máis calor». De ahí que las especies utilizadas también dependan de la zona, al igual que los criterios de plantación.
En las áreas rurales está previsto utilizar, por ejemplo, árboles de gran porte como carballos, mientras que en áreas urbanas de las villas por las que cruza el Camino la idea es utilizar árboles de menor porte como el carballo columnar, mientras que los arbustos también podrán ser utilizados en zonas donde haya muros.
Aunque la idea es realizar plantaciones en todos los caminos (Primitivo, Camiño do Norte, Camiño Francés, Inglés, de Inverno, Portugués y de la Prata), de momento la idea es comenzar a actuar en dos tramos del Camiño Inglés donde la falta de sombras es evidente: Serán 2,5 kilómetros que pasan por Sigüeiro, en el concello de Oroso; y 3,3 kilómetros que cruzan el polígono empresarial del Tambre, en Santiago.
Pero no es la primera vez que se habla de utilizar vegetación para mitigar el efecto del calor en el Camino. Hace un par de años el Consorcio de Santiago, de la mano del Grupo de Análisis y Conservación de la Biodiversidad de la Universidade de Santiago, presentó un proyecto en el que se analizaba el impacto de las plantas que crecen en las juntas de las piedras del suelo del casco histórico en la temperatura del pavimento. Entre otras cosas comprobaron que donde no había vegetación la temperatura variaba entre los 68 y 70 grados, mientras que donde había plantas estaba entre los 29 y 3 grados.
Y también la Diputación de Palencia plantó árboles en el Camino para amainar los efectos de las altas temperaturas que suelen registrarse en Castilla en verano. A finales del 2023 lantó unos 1.500 árboles para completar la última fase de la iniciativa Árboles en el Camino de Santiago, enmarcada en el Plan de Sostenibilidad Turística del Camino de Santiago financiado con los fondos NextGeneration. Los árboles se colocaron por todo el tramo correspondiente a la variante de Población de Campos a Revenga de Campos y de Carrión de los Condes a Calzadilla de la Cueza. Pero en las fases anteriores habían plantado otros 1.628 árboles en la zona de Puente Fitero a Boadilla del Camino y Carrión de los Condes a Bustillo del Páramo. Allí utilizaron chopo lombardo de raíz desnuda, fresnos, almeces, espinos albares, sabinas, encinas o rebollos.