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El percebe, la épica y el conflicto

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

SOMOS MAR

Cabalar | Efe

13 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Más allá de la épica de los percebeiros están los percebes, su biología, su ecología y su explotación. Si quieren saber de la épica trabajadora vean Percebeiros, el documental de David Beriain, o recorran en los libros de Xurxo Souto las piedras del percebe. Una especie que con diferentes fenotipos y calidades se extiende por la costa atlántica, por más que sus pesquerías sean históricamente las de Galicia y Portugal, donde en el quinquenio 2015-2019 la media de las capturas fue de unas 334 y 101 toneladas anuales de percebes, respectivamente. 

Y para saber de ellos es útil la literatura científica, y entre ella los trabajos pioneros de Molares, y aquellos de Freire, Fernández Pulpeiro, Brea, Parada o Macho en Galicia, y los de Cruz y Jacinto en Portugal, entre otros.

De tales saberes se aprende que el percebe se reproduce al alcanzar unos 2,5 centímetros de longitud. Las larvas, cuando son hábiles para fijarse, lo hacen siempre sobre los pies o pedúnculos de los adultos, para luego desplazarse por ellos a lo largo de dos o tres semanas hasta, ya juveniles, alcanzar la base donde se asientan definitivamente al abrigo de las piñas. No observándose fijación directa de las larvas sobre la roca.

El percebe protege su progenie incubando los embriones en el interior del capítulo (zona superior con placas calcáreas), y asentando las larvas sobre el pedúnculo de los adultos. Esta estrategia favorece la continuidad de las poblaciones y dificulta la gestión de su explotación, dado que las características abruptas del medio y el sistema de raspado de las piñas no permiten una adecuada selección de tamaños en la extracción del percebe. Selección que se realiza en tierra, desechándose los percebes de menor tamaño y difícil comercialización. Una captura improductiva (descartes) que puede suponer un 50 % de la biomasa extraída o incluso, como documenta un trabajo del 2013 en la revista Ambio, podría alcanzar hasta el 70 %.

En la gestión se plantea además el problema de la época de extracción: pues si se realiza durante la reproducción (marzo-septiembre) se perdería una parte de la puesta que se encuentra en el interior de los adultos, y si se hace a partir de septiembre se destruiría parte del reclutamiento (cipris y juveniles) que se produce sobre los adultos. Un difícil equilibrio, donde no todas las zonas de mar son iguales.

En los últimos cinco años, el índice de reclutamiento del percebe en el Atlántico portugués fue cuatro veces superior al de los cinco años anteriores. Si esto pudiera acreditarse en Galicia permitiría insistir en los señalados problemas de gestión, a los cuales se añadirían el furtivismo y la interacción del percebe con la recolección de mejilla (juveniles de mejillón) para su cultivo. Por más que dicha interacción no sería la clave para la gestión del percebe, como de alguna circular administrativa reciente se podría desprender. Pero sí, desde el conflicto de intereses, una oportunidad para abordar la gestión compleja del intermareal rocoso y sus recursos.