
El ecologismo y la sostenibilidad han sido paradigmas que se han incorporado a la vida cotidiana y por tanto a la gestión económica. El cambio global, o el cambio climático, son los nuevos marcos en los que desde hace años se fraguan esbozos de una nueva economía basada en la descarbonización, reducción de los combustibles fósiles y en la sostenibilidad. Ahora, con la resurrección de lo nuclear y el gas como fuentes energéticas asumibles y subvencionables en la transición ecológica. El avance de estos nuevos marcos de pensamiento o paradigmas económicos tiene costes, pero también configura actuaciones de grandes empresas o cadenas de distribución muy sensibles a la actitud de los consumidores de cada país. Sobre todo, ante posibles estigmas o escándalos ambientales en aquellos países o zonas de origen de los productos consumidos.
Algo que se ha podido percibir en la respuesta de la cadena alemana de supermercados Aldi ante el último desastre ambiental en el mar Menor, provocado por la contaminación del agua vertida a la laguna debido a la actividad agraria. Al igual que la carta de 23 multinacionales presentada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en su nombre, por la pretensión del Gobierno andaluz de ampliar las tierras de regadío en el entorno del parque nacional de Doñana, que ya ha perdido casi todos sus humedales por la extracción en los pozos ilegales. Problemas y previsiones confirmadas en sede parlamentaria por el profesor Miguel Delibes, indiscutible conocedor de Doñana. A lo que se añaden las presiones directas de los comercializadores a las empresas productoras para que demuestren su reputación ambiental.
En Galicia, la inmadura estrategia desarrollada al solicitar una certificación ambiental para el mejillón, y su posterior retirada ante las alegaciones de la WWF, podría afectar a la reputación ambiental del mejillón gallego y a sus mercados. Por más que dichas alegaciones de la WWF, más sostenidas en datos parciales, imprecisiones y formulaciones especulativas, citen publicaciones científicas, o que se pueda coincidir cuando señalan carencia de estrategias de la Xunta de Galicia y, quizás, por omisión de las propias organizaciones mejilloneras. Una afectación a la reputación y a los mercados que puede suceder si los mejilloneros y sus organizaciones no establecen estrategias adecuadas para evitarlo. Trabajando, desde la razón y el conocimiento, para corregir algunas actitudes aventureras, incluidas las tentaciones de blanqueo medioambiental (greenwashing) en industrias y vertidos costeros, de la administración pesquera e incluso de la ambiental, y lograr con ello una indiscutible reputación sostenible.