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Stolt levantará en Cervo una «hatchery» clave para doblar sus cifras de lenguado

E. Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

CARLOS FERNANDEZ SOUSA

La planta han salido ya 410 toneladas producidas en sistema de recirculación

19 jun 2022 . Actualizado a las 04:45 h.

Crezca en Tocha, Anglet o Hafnir, cualquier lenguado que lleve el sello de cría de Stolt Sea Farm tendrá origen gallego. De A Mariña, más concretamente. Son los planes de la compañía acuícola, que ha colocado en su parcela del polígono industrial de San Cibrao la viga maestra de su estrategia de crecimiento en este cultivo, esa que busca duplicar en cuatro años 1.600 toneladas que produce actualmente para llegar al 2035 poniendo en el mercado 12.000 toneladas del segundo de los pescado planos de su catálogo. Segundo en orden de llegada, porque para esa fecha futura, Stolt espera que el lenguado y el rodaballo que salga de sus plantas esté en cifras parejas y sumen en torno a las 24.000 toneladas. Nivelados en volumen de producción. Cosa distinta es el valor, más expuesto a fluctuaciones del mercado y ahora más elevado en el caso del lenguado, explica el presidente de la compañía, Jordi Trias.

Con toda la cautela que de un tiempo a esta parte aconseja todo aquello relacionado con espacios próximos al dominio público-terrestre, Trias se muestra confiado en empezar este mismo año las obras de ampliación de la planta de Cervo, donde cultiva lenguado en sistema de recirculación, y la construcción de un nuevo edificio para la fase de hatchery. «Es el paso previo para poder crecer», señala el presidente de Stolt, pues permitirá producir la cantidad de larvas y alevines que se necesitan para alcanzar las magnitudes de producción marcadas para el 2035.

Problemas no debería haber para obtener los permisos: «Tenemos suelo, está en un polígono industrial, la competencia es autonómica»... Por lo pronto, el proyecto de ampliación de la factoría para mejorar los procesos de producción de larvas y la etapa preengorde (hatchery y nursery) está en la fase de exposición pública, como exige la normativa que regula el procedimiento de obtención del permiso y concesión de actividad para los establecimientos de acuicultura y auxiliares en zona terrestre.

Stolt Sea Farm dispone en Cervo de una parcela 24.000 metros cuadrados a mayores de las instalaciones de Acuidoro y su criadero, Alrogal, que adquirió en el 2012 y en las que produce alevines de lenguado y rodaballo.

Expectativas superadas

La multinacional acuícola inició en el 2019 la construcción de la planta de cultivo de lenguado con sistema de recirculación, que reutiliza parte del agua en el que crecen los ejemplares. Lo hizo al mismo tiempo que la de Tocha. Y en ambas ha conseguido superar las previsiones. Los primeros ejemplares nacidos y criados enteramente en Cervo salieron al mercado en el 2020, pero fue el pasado ejercicio el primero en el que hubo producción todo el año. «Se produjeron 410 toneladas, un 10 % más de lo que se había planeado», comenta Trias.

Es una producción la lucense que va en línea de la de las otras plantas, pero con la de Portugal está por encima de la que sale de la planta de Islandia y de la del sur de Francia.

Normalización del consumo

Después de las disfunciones que el covid introdujo en el 2020 y que obligó a centrar más la estrategia de comercialización en la gran distribución, la reapertura de la hostelería normalizó las operaciones de la empresa de forma que, según recoge Stolt en su memoria del 2021, se marcó un récord en la producción de lenguado, se dio el mejor mes para el rodaballo y lograron en temporada estival el nivel más alto de ingresos en un solo mes.

La sentencia del TSXG amplía la concesión de la planta de Quilmas hasta el 2069

Aunque ahora lidia con la inflación, el incremento de costes y tratando de contener la subida de precios al consumidor final, el 2021 no fue un mal año para la multinacional acuícola. Facturó más de 108 millones de euros frente a los 91 del ejercicio del 2020 y obtuvo unas ganancias operativas de 22,7 millones después de sufrir el año anterior una pérdida de casi 8 millones de euros.

Y las perspectivas son buenas, puesto que «la demanda es mayor». Y lo seguirá siendo en años venideros, de ahí los planes de crecimiento que ha diseñado Stolt. Proyectos que recientemente han recibido un espaldarazo desde el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), que ha ampliado hasta el 2069 la concesión de la que dispone para la planta de Quilmas (Carnota), donde produce rodaballo y tiene una de las hatchery de esta especie.

Ya no se trata solo de que los magistrados hayan interpretado de modo diferente al Gobierno la fórmula de cómputo de la prórroga extraordinaria, sino que no han regateado ni un solo año de los 50 que tienen de tope los cultivos marinos. Ni siquiera han descontado los que se aplican a los que están en la ribera del mar (1/5) y que suelen recortar la concesión hasta los 40 años.

Así es que, de acuerdo con el fallo del TSXG, podrá disponer de los terrenos en dominio público hasta el 2069, dado que cuentan los 50 años desde que se solicitó la prórroga extraordinaria de la concesión y no desde el primer día de ocupación, como sostiene el Gobierno. Eso acercaría al 2029 la fecha del vencimiento.