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Países de África pedirán más inversiones en tierra en próximos
pactos de pesca

E. A. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

cedida

Mauritania quiere dar mayor valor al producto en el propio país y, con Guinea, reclama asesoramiento en acuicultura

15 jul 2022 . Actualizado a las 04:50 h.

Mucho han evolucionado los acuerdos de pesca que la Unión Europea (UE) firmaba con países terceros. Del simple pago por pesca a todo un protocolo que condiciona la firma a que parte de la compensación se destine a desarrollar el sector pesquero y a los beneficios socioeconómicos para la población local. Lo explicaba Anaïs Demaille, jurista adscrita al área de negociaciones comerciales y acuerdos de asociación para la pesca sostenible de la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca (DG-Mare), en la jornada sobre La dimensión social en los acuerdos de pesca en África del oeste organizada por Anacef (Asociación Nacional de Buques Cefalopoderos) en la Casa África de Las Palmas. Demaille remarcó el cambio en materia social y la importancia creciente del aspecto social de los acuerdos en los últimos suscritos.

Una perspectiva que, sin duda, cobrará más peso en pactos sucesivos. Lo advirtieron en ese foro los representantes de los países con los que la UE tienen acuerdos de asociación pesquera, como Mauritania, Guinea Ecuatorial y Guinea Bisáu, que ayer hicieron un repaso las mejoras que han traído los pactos de colaboración y los que deberán traer en el futuro.

Mauritania, que aprendió a pescar de manos de los comunitarios, principalmente gallegos, ya advirtió de que el nuevo protocolo tendrá que recoger el compromiso de transformar y dar valor añadido a las capturas en el propio país. Y como ya han aprendido a pescar, ahora necesitan aprender a cultivar. El asesoramiento en el despegue de la acuicultura es otra de las condiciones que podrán los países africanos, como Guinea y Mauritania, a cambio de abrir sus aguas a la flota comunitaria.

Bisáu se encuentra en un otro estadio. Sin apenas barcos de pesca y todavía menos infraestructuras para desembarcar, sus demandas van más en el sentido de lograr franquear las puertas del mercado comunitario. En este sentido, Henrique António Da Silva, administrador de Bissau Pesca e Serviços, puso énfasis en la «paradoja» de que su país no pueda exportar sus productos pesqueros a la Unión Europa, «pese a que sí puede hacerlo nuestro país vecino, con lo que son los vecinos que se benefician de este extremo».

Con todo, tanto Bisáu como Guinea y Mauritania coincidieron al señalar los beneficios que ha traído dejar pescar a los barcos comunitarios en sus aguas. Capturas, que, recordó Juan Martín, gerente de Anacef, forman parte de los excedentes de