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La UE pacta con el resto de países un tope para la xarda, pero no su reparto

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

MARCOS CREO

Oslo exige que se distribuya en línea con la cantidad que hay en cada zona

20 oct 2023 . Actualizado a las 04:45 h.

De nuevo, disputas por la xarda. Noruega, con su flamante nueva ministra de Pesca, fue el primer país en informar de que se había alcanzado un acuerdo entre Gran Bretaña, Noruega, la Unión Europea, Islas Feroe, Islandia y Groenlandia sobre cuánta caballa se podrá pescar en el 2024. Todos los representantes de aquellos Estados que forman parte de la NEAFC (Comisión de Pesquerías del Atlántico Nordeste) estamparon su rúbrica bajo el documento, que fija en 739.386 toneladas el total admisible de capturas (TAC) de la especie para el año que viene y que, además, recoge el compromiso de «intentar fortalecer la colaboración científica» para mejorar la gestión de la especie.

Pero ahí se acaba el pacto. En la cuestión del reparto de cuotas entre países, no ha habido acuerdo. Acercamiento, puede. O eso es lo que entiende Cecilie Myrseth, la ministra noruega, que en un comunicado aseguró que este es «un paso importante en la dirección correcta para todas las partes». Y matiza: «Pero, aunque nos hemos acercado un poco durante el año, todavía queda un largo camino por recorrer antes de llegar a una solución para la distribución».

Así que, tras varias rondas de negociaciones, los países que pescan en el Atlántico nororiental han decidido tirar la toalla y suspenderlas hasta principios del 2024.

Noruega está convencida de que hay que llegar a un acuerdo en la distribución, pues se trata de una especie pesquera «de las más valiosas de Europa». Que es preciso alcanzar un pacto como el que estuvo vigente entre el 2014 y el 2020 y que recogía una clave de reparto de la xarda con porcentajes para Noruega, las Feroe y la UE, de la que todavía formaba parte el Reino Unido. Ahora bien, tampoco es que esté dispuesta a ceder demasiado. Porque también señala en el comunicado que la solución debe estar en consonancia «con la cantidad de caballa que se encuentra realmente en las distintas zonas económicas».

Da a entender así que Oslo merece más de lo que estaba establecido, porque hay mucha caballa allí, como si en el Cantábrico Noroeste las flotas de todas las comunidades y de distintos artes de pesca no participasen en la campaña de la xarda, verdel, caballa o rincha, en sus distintas denominaciones.

Myrseth admite que los Estados costeros deben pescar menos. Y lamenta que no se haya vuelto a alcanzar un acuerdo sobre la distribución de caballa desde que expiró el acuerdo anterior, a finales del 2020. Porque, a raíz de ese desacuerdo, «la captura global de caballa ha estado por encima de la cuota total recomendada durante varios años», reconoce. Y respira aliviada porque la población de caballa «todavía se encuentra en condiciones razonablemente buenas».

Recorte del 5 %

El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) certifica que el stock de xarda «aún se encuentra dentro de límites biológicos seguros», pero recomienda reducir la cuota total. Esta ha quedado en las 739.386 toneladas para el 2024 que aconsejaba el organismo científico. Es, por tanto, una reducción del 5 % con respecto a lo que se podía pescar este año, 42.680 toneladas menos.

Lo que omite la ministra Myrseth es que, si la población de Scomber scombrus todavía no se ha descalabrado, no ha sido precisamente gracias a su país, sino que ese equilibrio se ha logrado a costa de la flota comunitaria. Ocurre que, desde que se rompió el acuerdo, Bruselas ha compensado los excesos de Noruega, Islandia y las Feroe autorrebajándose la cuota, aunque no en la proporción en la que se autoasignaban los demás. 

Es por eso que la patronal comunitaria espolea a la Comisión Europea para que tome medidas y cierre el mercado a la xarda de esos países por poner en riesgo la sostenibilidad de la pesquería.