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Greenpeace sirve de altavoz a los problemas de la ría

Rosa Estévez
r. estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

SOMOS MAR

Martina Miser

El Artic Sunrise ha llegado a Vilagarcía para trasladar a la ciudadanía la urgencia de defender los mares

14 jun 2024 . Actualizado a las 21:38 h.

Arousa ha estado muchas veces a la vanguardia de los más interesantes y brillantes movimientos sociales. Hace años nacía la Plataforma en Defensa da Ría (PDRA), un grupo en el que ecologistas y representantes del sector del mar, dos colectivos que durante demasiados años se habían mirado con cierta desconfianza, aparcaron diferencias, descartaron etiquetas y emprendieron una batalla conjunta en defensa del mar arousano. Ahora, probablemente en el momento más crítico que haya atravesado la ría, la PDRA ha buscado ayuda y proyección en Greenpeace. Y el Artic Sunrise ha llegado a Vilagarcía para dar soporte y visibilidad a las necesidades de Arousa.

La que fue la ría más productiva del mundo está en horas bajas. El cambio climático ha hecho mella en los vientos, los vientos han reducido los afloramientos y han provocado que el agua tarde más en salir de la ría. Y eso tiene su importancia: toda la contaminación que llega hasta el mar arousano permanece más tiempo aquí concentrada. El problema es gordo: «O Nordés non entende de normativas lexislativas», señalaba Xaquín Rubido, Xocas, el presidente de la PDRA, a bordo del Artic Sunrise. La plataforma no pide milagros a la Administración, sino que «faga o que pode facer» en defensa del mar y de la gente que de él vive. Y eso pasa, básicamente, por luchar contra la contaminación con todas las herramientas a su alcance y por poner en marcha planes de regeneración y de apoyo a los sectores tradicionales: pesca artesanal, marisqueo, acuicultura extensiva... Sectores que «está demostrado que son sostibles» y que en estos momentos sienten que «estamos na UCI», en palabras del patrón mayor de A Illa, Juan Rial Millán.

Los problemas que afronta el mar arousano son muchos. Las soluciones, explicaron los representantes de la plataforma en la rueda de prensa ofrecida en el barco de Greenpeace, «hai anos que as puxemos enriba da mesa». Sin embargo, las administraciones implicadas no han recogido el guante. Arousa comienza a sufrir ahora, señaló Eva Saldaña, la directora de Greenpeace España, las consecuencias de un sistema depredador, de «un modelo que lleva muchos años haciendo mucho daño en otros lugares del planeta». En Arousa, Greenpeace se ha puesto a disposición del sector del mar para «empujar muy fuerte» y hacer que desde la esfera política se empiecen a tomar decisiones que permitan que el mar arousano recupere la salud. A bordo del Artic Sunrise habrá, estos días, reuniones de trabajo, talleres y muchas visitas. El lunes, Greenpeace enviará al ministro Luis Llanas y a la Secretaría General de Pesca las demandas del sector primario recogidas.

Los pilares de una lucha compartida

Son 19 las demandas y exigencias que comparten Greenpeace y la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa. «Coidar o océano a nivel global tamén é coidar do litoral, dos seus hábitats, das súas especies e da explotación sostible dos recursos pesqueiros e marisqueiros», dice un comunicado conjunto emitido por ambas entidades.

El primer bloque de reivindicaciones gira en torno al cambio climático y a la lucha contra el mismo. En ese campo, se reclama «asegurar o cumprimento dos acordos internacionais de protección do medio mariño», consiguiendo que un 30 % de los mares queden bajo protección. Se reclama también en este punto que se estudien «a ampliación da rede de reservas mariñas consensuadamente co sector pesqueiro, mexilloeiro ou marisqueiro». Proponen que se cree «un plan específico de protección do litoral e das augas costeiras», ya que urge «protexer hábitats vulnerables, abordar o saneamento integral das rías, fiscalizar e penalizar dunha forma disuasoria as verteduras, prohibir o turbinado das manchas de gasóleo e o baleirado ao mar dos excedentes das EDAR». Que los protocolos contra los vertidos se realicen «dun xeito transparente» y que se elabore un «plan de restauración ecolóxica para as rías», completan ese capítulo de peticiones.

El segundo incluye medidas vinculadas directamente con la pesca y su impacto. En ese sentido, reclaman que actividades como pesca artesanal, marisqueo tradicional y acuicultura extensiva «se declaren de interese xeral e se priorice o seu exercicio frentre outros proxectos». La mejora de la gestión de los recursos; la protección de los bancos de pesca y las concesiones de marisqueo colectivo y de acuicultura extensiva frente a actividades industriales abre este paquete de actuaciones. En él se contemplan la lucha contra el furtivismo y la entrada de marisco foráneo; la búsqueda de soluciones al problema de la falta de relevo generacional; el freno a proyectos de nuevas plantas de celulosa como Altri; la solución a los problemas de contaminación generados por minas como Touro y San Finx, además de otros vertidos industriales y de las depuradoras; el endurecimiento de la normativa contra la contaminación y el cambio de las leyes que marcan el vaciado de embalses. La inclusión de las enfermedades relacionadas con el marisqueo en la Seguridad Social cierra este capítulo de reivindicaciones.

El tercer paquete gira en torno al turismo y al consumo. Greenpeace y la PDRA plantean tres medidas centrales. La primera, el apoyo a la cadena ecológica de proximidad, fomentando los mercados y la distribución de productos procedentes de la agricultura, la ganadería y la pesca sostenible. Se incluye, también, «poñer en valor e promover a diferenciación de produtos procedentes das rías galegas, garantindo a súa rastrexabilidade ou trazabilidade». Por último también se apuesta por «fomentar o turismo que recoñeza o valor natural, cultural e patrimonial do territorio», buscando el equilibrio social y ecológico.