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La flota tendrá ya el 10 de julio nuevos márgenes de tolerancia y otras sanciones

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

ANA GARCIA

La discrepancia entre lo estimado y lo descargado podrá llegar al 20%

24 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La secretaria general de Pesca, Isabel Artime, ensalzó en la tercera Jornada Cantábrica, organizada por Opescantábrico, la resiliencia del sector pesquero, que en todos los avatares que se le han presentado —y han sido muchos— siempre ha dado la talla. Pero este se siente ahora superado por la marea, no de olas —que a esas ya está acostumbrado—, sino por la de papeles que se le viene encima.

Fueron varios los asistentes a la tercera Jornada Cantábrica celebrada en Santander hace unas semanas que vieron toda una paradoja en esa oferta de apoyo que lanzaba la secretaria para conseguir un sector «rentable, sostenible y competitivo» y las exigencias burocráticas que se les vienen encima con la entrada en vigor del reglamento de Control Pesquero, por muy paulatina que la entrada de estas sea. Preaviso de entrada en puerto, anotación en el diario electrónico de pesca de capturas de especies objetivo, inscripción de las accesorias —aunque solo llegue un ejemplar—, apuntar los descartes, los artes de pesca perdidos, diario electrónico (DEA) para todos, declaración de desembarque con fecha y hora, información tanto de peso vivo como de transformado usando los factores de conversión, márgenes de tolerancia...

Precisamente, dentro de 17 días entrarán en vigor los nuevos márgenes de tolerancia, que es el porcentaje de error que se permite entre lo que el pescador calcula que ha capturado y lo que la báscula dice que realmente ha pescado. Si se supera ese umbral, sanción al canto. La propia jefa de área de Control Pesquero, Cristina Laborda, admitió la complejidad de un documento en el que «en cada lectura se descubre algo nuevo». Un reglamento complejo en el fondo y complicado en la forma, que hace difícil su comprensión, pero que, confía, se irá descubriendo sobre la marcha, a medida que vayan entrando en vigor las distintas disposiciones.

El 10 de julio es cuando cobrarán vigencia esos nuevos márgenes de tolerancia. Laborda explicó que aumentan al 20% en el caso de que no se desembarquen más de 100 kilos de una especie. Si se supera esa cantidad, el porcentaje de error que se permitirá es del 10%. Asimismo, habrá excepciones para los pequeños pelágicos, pelágicos de uso industrial y túnidos tropicales sin clasificar. En ese caso la diferencia será del 20 o del 10% del total de las especies dependiendo de si estas suponen más del 2% de la captura total y de si se descarga en un puerto designado, con controles más rigurosos, o en otro diferente. La Comisión prevé publicar en julio la lista de puertos designados a propuesta de los Estados miembros.

Multas

Al mismo tiempo que los nuevos márgenes de tolerancia —es decir, el 10 de julio—, también entrarán en vigor los aspectos del régimen sancionador relacionados con ese apartado. El resto del capítulo de infracciones y sanciones no se aplicará hasta enero del 2026.

En este sentido, los servicios jurídicos de la Secretaría General de Pesca están abordando los trabajos para homogeneizar las infracciones leves, graves y muy graves en los dos nuevos tipos que marca el reglamento de Control, que son las graves en todo caso y las graves según criterio. Esos criterios están recogidos en un anexo específico.

Menos problema parece que va a haber con la notificación previa que, según el reglamento, los barcos de más de doce metros de eslora tienen que enviar 4 horas antes de entrar en puerto, puesto que el mismo texto recoge la posibilidad de establecer un período más breve y, de hecho, ya hay precedentes. Lo que sí supone una novedad es la obligación de informar con 48 horas de antelación la entrada en un puerto de un tercer país, explicando el motivo por el que llega a la dársena y, aunque no se establece la denegación de acceso, sí se recoge que si hay una sospecha de incumplimiento se puede solicitar la colaboración del tercer país u obligar al barco a que cambie de puerto de destino o de hora de acceso al mismo. Y algo parecido ocurre con los transbordos en Estados extracomunitarios y en aguas fuera de la UE, que hay que notificarlo y pedir autorización con 48 horas de antelación.

Inquietud ante el exceso de burocracia que se avecina

«¿Quién va a querer quedarse en la pesca así? ¿Cómo va a haber relevo generacional? No hay tripulantes y se va a necesitar a una persona para anotar todo eso». El sector pesquero está apabullado con lo que se le viene encima con el nuevo reglamento de Control Pesquero. «Estamos diciendo de quitar burocracia y simplificar las cosas y resulta que cada paso que damos no es para adelante, es para atrás», advirtió Miren Garmendia, directora de la Organización de Productores de Pesca de Bajura de Guipúzcoa. Esta reconoció abiertamente su preocupación por la obligación de tener que anotar en cada lance de pesca la cantidad de todas las especies que entren, estén sometidas o no a TAC (total admisible de capturas), como otros expresaron su temor a tener que «hacer tiempo» antes de descargar, por ese preaviso de 4 horas que recoge el texto normativo. Una inquietud que trató de calmar Laborda al asegurar que «son los primeros pasos» y a medida que vayan entrando las cuestiones en vigor se analizará la posibilidad de adaptar la normativa a las particularidades de cada flota, pues son muchos los apartados que recogen la posibilidad de dictar actos delegados por la Comisión para adaptar esas disposiciones.

Ayuda tecnológica

Y la tecnología, además, puede echar una mano. De hecho, Gabriel Gómez, director general de Marine Instruments, empresa gallega especializada en tecnología para el sector marítimo, es consciente de que la compañía tendrá que evolucionar hacia un modelo de negocio «basado más en servicios y suscripciones, como ya estamos acostumbrados en el día a día con Spotify o Netflix».

La monitorización electrónica está muy rodada y la tecnología muy probada. Hay dos motores de innovación, impulsada por la irrupción de los satélites de Elon Musk, Starlink, que están permitiendo tener en un barco «a un precio muy razonable unos anchos de banda que, cosas que antes eran impensables o extremadamente caras, ahora empiezan a tener sentido, tanto en lo que se refiere a bienestar y ocio a bordo como a eficiencia energética». Otra ayuda viene de la inteligencia artificial. Va a ayudar a que, de forma semiautomática, se generen datos en tiempo real «para que nadie tenga que estar contando, calculando y anotando especies». No es una «visión distópica del futuro». Ya existe una herramienta que en barcos atuneros permite determinar con precisión elevada el porcentaje de captura que hay en el salabardo. Gómez también aludió a que la tecnología y la recogida de datos puede ser un aliado contra decisiones de gestión que se adoptan porque no se dispone de información para rebatir aquellos fallos de sostenibilidad que muchas veces le achacan.