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El mar volcó en dos ocasiones la balsa en la que los supervivientes del Argos Georgia pasaron 20 horas

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Una de las balsas salvavidas del Argos Georgia
Una de las balsas salvavidas del Argos Georgia El Magallánico

Un portavoz de los tripulantes confirma que los marineros que consiguieron sobrevivir se encuentran bien, con magulladuras y medicados para superar el «shock» por lo vivido y están alojados en un hotel. Este viernes saldrá de España el avión militar que los va a traer de vuelta. El Robin M. Lee y el Puerto Toro ya han arribado a Puerto Stanley con un superviviente y nueve cuerpos

25 jul 2024 . Actualizado a las 23:36 h.

Los trece supervivientes del naufragio del pesquero anglo-noruego Argos Georgia, que llegaron alrededor de las nueve de la noche (hora española) del miércoles a Puerto Stanley —el último llegó pasadas las 13.00 horas de este jueves a bordo del pesquero gallego Robin M. Lee—, permanecen ingresados en el Hospital King Edward VII Memorial, donde fueron sometidos a un examen médico. Dejando de lado magulladuras y algunas heridas leves, se encuentran en buen estado de salud física. La emocional y anímica es cuestión aparte. Lo confirmó el portavoz de las familias, José Manuel Pena, que tras pedir respeto a los medios para los allegados, comentó la conversación que la mujer del capitán había tenido con él en la madrugada de este jueves.

Pena confirmó que los supervivientes están bien. Pasaron la noche ingresados en el hospital de la capital malvinense, calmados gracias a los tranquilizantes para ayudar a superar el shock. Salvo el capitán, el ribeirense José Saborido, que tiene un «pequeño golpe» en la cabeza, el resto presenta magulladuras varias, fruto de haber pasado 20 horas en una balsa vapuleada por olas de hasta siete metros y vientos de fuerza 7 que hicieron volcar la balsa en dos ocasiones, tirándolos a un mar que los acogió a tan solo 4 grados de temperatura, y contra el que tuvieron que luchar para volver a introducirse en ella. Según un comunicado de las autoridades malvinenses, ya han sido dados de alta y están alojados en un hotel en Stanley.

El miércoles por la mañana el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, ya había adelantado la posibilidad de fletar un avión para repatriar a la tripulación —a los vivos y a los muertos— si así lo admitía el armador, asegurando que no se iban a escatimar medios, y por la tarde, el Ministerio de Defensa confirmaba ese extremo. También el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, avanzaba que ese avión militar partiría este viernes con dirección a las islas Malvinas para repatriar a los seis españoles supervivientes, que son, demás del capitán, José Saborido; el jefe de máquinas, Ramón García; el primer oficial, Ramón Hombre —todos de Ribeira— y el marinense afincado en Pontevedra Francisco Gondar, segundo oficial. También regresarán la bióloga albaceteña Amparo Burguillos y su colega barcelonés Pere Hernández, que se salvaron en el accidente.

Exteriores desplazará, además, a un diplomático para el seguimiento de la operación. Se trata de acelerar un proceso más complicado si cabe porque no hay vuelos comerciales desde las islas Malvinas, de ahí que se ofreciese a la compañía Argos Froyanes la posibilidad de fletar un avión «como ya hemos hecho en otras ocasiones», dijo el ministro en clara alusión al naufragio del Villa de Pitanxo frente a Terranova. Esta mañana, en declaraciones a Onda Cero, el ministro confirmó que el avión militar para repatriar a las víctimas del hundimiento del Argos Georgia partirá de España este viernes por la mañana con destino a las islas Malvinas.

En Puerto Stanley están ya el Robin M. Lee, el pesquero con bandera británica de capital gallego, que arribó cerca de las 15.00 horas y el Puerto Toro, que lo hizo pasadas las 17.00, que en la tarde del miércoles siguieron la estela de la patrullera Lilibet, que atracó sobre las 21 horas de ese día con 13 de los 14 supervivientes. Pero a diferencia del buque de vigilancia pesquera, el Puerto Toro y el Robin M. Lee acercan más cuerpos que supervivientes. A bordo del chileno han llegado ocho de los nueve muertos. El de la gallega Lafonia ha traído un cadáver y un superviviente. Se trataría de dos personas que consiguió recoger después de que una ola volcase la balsa en la que se habían introducido. Una murió al poco tiempo por hipotermia; a la otra, de nacionalidad indonesia, consiguieron reanimarla y ahora viaja con el resto de la tripulación hacia las islas bajo jurisdicción británica.

Suspensión de la búsqueda

Ambos pesqueros pusieron proa hacia las islas después de que las autoridades marítimas de las islas Malvinas decidieran suspender la búsqueda de los cuatro tripulantes, dos de ellos gallegos, que permanecen desaparecidos en aguas del Atlántico Sur, a 170 millas de Puerto Stanley, donde el pesquero anglo-noruego sufrió la fatal entrada masiva de agua que acabó con el barco en el fondo del océano. Lo hicieron 48 horas después de que el palangrero Argos Georgia hubiese lanzado por radio su grito de auxilio, atendiendo a que había transcurrido demasiado tiempo desde el naufragio como para poder encontrar con vida a los marineros que faltan y, dado los malos pronósticos meteorológicos para la zona, primó «la seguridad de los involucrados en operaciones», que eran el pesquero chileno Punta Toro y el británico de capital gallego Robin M. Lee, así como de medios aéreos, apoyados en imágenes vía satélite. No obstante, «se realizará un nuevo esfuerzo tan pronto como sea posible», avanzaron.

Investigación de las causas

En cuanto a las causas que llevaron al Argos Georgia al fondo del Atlántico Suroccidental, el delegado del Gobierno en Galicia declaró que todavía se desconocen y serán materia de una investigación que corresponderá a la autoridad marítima de Malvinas. Qué pudo haber provocado esa vía de agua en medio de una tormenta feroz —vientos de 35 nudos y mar de fondo con olas de entre cinco y seis metros— es algo que no acertaban a explicar profesionales del sector que faenan en palangreros similares, pues se trata de embarcaciones preparadas para navegar en condiciones extremas de hielo y el sugerido choque con un bloque helado parece descartado.

Blanco confía en que las declaraciones de los supervivientes ayuden a aclarar las circunstancias en que se produjo un siniestro marítimo que se ha saldado con nueve muertos, cuatro desaparecidos y 14 supervivientes de una tripulación compuesta por diez españoles, de los que ocho eran gallegos, ocho rusos, cinco indonesios, dos peruanos y dos uruguayos.

Condolencias

Las muestras de solidaridad y el pésame a las familias de los náufragos y, sobre todo, a las de los muertos se sucedieron por toda Galicia. La red social X se llenó de crespones negros y mensajes de condolencia desde todas las instancias: clubes deportivos, ministros, empresas, instituciones...

También se repitieron los minutos de silencio en recuerdo de la tragedia. Pero especialmente emotivo fue el que se guardó en Baiona, que declaró luto oficial hasta mediodía de este jueves, un acto que contó con la presencia de familiares directos de Santiago Leyenda, el vecino de la villa muerto en el naufragio, que, visiblemente afectados, protagonizaron escenas de dolor.

Consternación entre empresas y tripulaciones que se dedican a pescar merluza negra

Cuando se pasan meses a bordo de un barco, trabajando en un medio hostil, con el cielo como cubierta y el mar como suelo, las circunstancias llevan a crear lazos que unen como la sangre. El dolor ajeno se convierte en propio y así lo han expresado tripulaciones y armadores de los buques Calipso, Koreiz y Simeiz. Pertenecen a la empresa Chilean Sea Bass Inc, cuyos palangreros también faenan en la zona.

Sus tripulaciones han coincidido en los puertos, en días malos y buenos. Conscientes de los duros momentos han expresado a los familiares y amigos sus «condolencias por la pérdida de sus seres queridos en el naufragio del Argos Georgia. Que encuentren consuelo en los recuerdos compartidos y en el amor que siempre los unirá».