La conserva teme salir perjudicada por los aranceles al acero que busca la UE
SOMOS MAR
Encarecer el material para los europeos podría hacer perder competitividad a la industria, que tendría que afrontar la ventaja que se le dá a conservas de otros países que no tienen gravado el envase
17 oct 2025 . Actualizado a las 18:49 h.La guerra arancelaria que se trae EE. UU. con el mundo y la réplica proteccionista de la UE puede tener entre sus daños colaterales a la conserva gallega. Y no precisamente porque se grave lo que va dentro de la lata, sino por la propia lata. Porque ese afán por proteger el acero y el aluminio comunitario subiendo del 25 al 50 % los aranceles «para garantizar la viabilidad a largo plazo de una industria estratégicamente crucial» —como ha propuesto la Comisión Europea—, puede desequilibrar aún más un terreno de juego que, al entender del sector de la transformación pesquera, ya no es igualitario.
Lo explica Roberto Alonso, secretario general de la patronal conservera y la industria de transformación (Anfaco-Cytma), que explica que, si se aplican tasas a la hojalata que llega de fuera para enlatar materia prima en la UE, se dará una ventaja competitiva a los países que envasan fuera de Europa e introducen sus latas en el mercado comunitario. Vietnam, por ejemplo. Esquivaría el arancel al aluminio extracomunitario y, de paso, mandaría sus conservas sin cargas a Europa.
Por eso Alonso pide que se calibre bien la munición en esa guerra arancelaria, para que no se acabe perjudicando a otros sectores. Es más, explica que EE. UU., que ya está aplicando esos aranceles desde junio al acero y al aluminio, se ha dado cuenta del tiro en el pie que ha supuesto gravar solo el material del continente sin pensar en que las reglas de comercio se aplican sobre la materia prima que va dentro de la lata. Porque «las industrias que utilizan acero se enfrentarán a precios más altos, menores márgenes si los costos no se trasladan completamente a los consumidores y, potencialmente, a la pérdida de empleos», advierte el Council on Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores, CFR) de EE. UU. El mismo organismo hace ver que la subida afectaría en mayor medida a la construcción, automoción, embalaje, electrodomésticos, maquinaria... Por poner un ejemplo, «el aluminio representa alrededor del 80 % del peso de la estructura de un avión y, junto con el acero, una cuarta parte del embalaje de Coca-Cola, lo que significa que los aranceles podrían encarecer los aviones y las bebidas estadounidenses en el mercado global».
Sobre eso llama la atención Roberto Alonso, que apela a la Comisión Europea para que calibre bien las consecuencias de esa protección porque lo que le ocurre a la Coca-Cola no es muy diferente de lo que le puede suceder a la lata de atún o sardinas.