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José Luis Carballo, el vecino de O Son que pesca maragotas y sargos con velutinas

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

José Luis Carballo muestra una velutina que usa como cebo.
José Luis Carballo muestra una velutina que usa como cebo. MARCOS CREO

Comenzó a usarlas como cebo tras escuchar a varias personas que las habían encontrado en las tripas de ejemplares

22 nov 2025 . Actualizado a las 09:31 h.

Las velutinas, esos demonios alados que acaban con los frutales, los panales de abejas y traen de cabeza a vecinos y servicios de emergencias pueden tener una utilidad insólita si logran ser capturadas: la de convertirse en carnada para peces. Quien lo ha probado es José Luis Carballo, vecino de Porto do Son, y asegura que funciona. Sargos y maragotas acabaron picando en los anzuelos de este pescador deportivo, que las ha utilizado ya como si de miñocas se tratasen en tres salidas al mar. Él mismo es el primer sorprendido: «Non imaxinaba eu coller tanto peixe con velutinas».

El sonense es un expatrón de pesca —se dedicaba a la captura de navaja, percebe y erizo— al que unos problemas de salud le obligaron a retirarse anticipadamente. Comenzó a practicar la pesca deportiva a bordo de una embarcación a la que puso de nombre Bardo, pero como lo que le sobra es tiempo libre buscó otras ocupaciones. Una de ellas, ocuparse de las colmenas de una propiedad en Baroña, conocida popularmente como A Casa do Zapateiro, que pertenece a una prima suya.

Poco sabía sobre la producción de miel José Luis Carballo, que no dudó en emplearse a fondo para aprender. Es sabido que una de las principales amenazas para las abejas son las velutinas y contra ellas lucha sin descanso este apicultor incipiente. Para capturarlas antes de que ataquen las colmenas dispone de unas arpas electrificadas, y de ahí procede el abastecimiento que ahora sirve de carnada para sus lances de caña.

Exitosa prueba

«Pelexando contra as velutinas» estaba José Luis Carballo cuando escuchó comentar a varios vecinos, aficionados también a la pesca deportiva, que al limpiar los ejemplares capturados habían encontrado avispas en su interior.

El sonense asegura que «a cabeza non me para» y tras oír en varias ocasiones lo de peces con velutinas pensó: «Se as teñen nas tripas é que as comen».

Sin nada que perder, en una jornada de pesca con dos amigos, incluyó entre su equipamiento un pequeño recipiente con unas cuarenta velutinas que había sacado de las arpas de protección de las colmenas. La exitosa prueba sorprendió a los aficionados: «Pronto se acabaron entre os tres, menos mal que tamén leváramos miñocas».

Explica que «engánchoas pola cabeza, como se foran un camarón» y con las buenas experiencias que ha tenido hasta ahora hasta va aprendiendo trucos: «Se están aínda medio vivas, o resultado é incluso mellor».

Siempre que puede, José Luis Carballo sale a pescar, generalmente por la tarde y con sus compañeros de afición. Es un buen consumidor de pescado, por lo que, además de entretenerse, las capturas hacen un apaño en la despensa: «Non me dá a pensión para ir á praza».

En esta época del año, el recurso de las velutinas para utilizarlas como carnada va a menos porque las avispas asiáticas no abundan. Sin embargo, alguna siempre cae en las trampas con las que protege sus colmenas y laboriosamente José Luis Carballo las va recogiendo para que le sirvan de carnada.

Las jornadas de lluvia, el sonense tiene desconectadas las arpas eléctricas ante la escasa posibilidad de que ataquen las velutinas. Comenta que, además de la pesca deportiva, el cuidado de las colmenas constituye una distracción para él. Su producción de miel es pequeña, unos veinte kilos al año, de un total de cinco colmenas. Amigos y familiares reciben el producto natural.