Pósitos de Pontevedra exigen que se incluya esta arte y al racú entre las flotas autorizadas a capturar la especie o que se le ceda cupo del cerco
10 dic 2025 . Actualizado a las 04:45 h.La anchoa, también bocarte o boquerón, ha dado una gran alegría este año tanto a la flota del cerco como a las lonjas en las que opera este segmento de flota. Abundó todo el año. Dio gratas sorpresas a las embarcaciones. El precio no estuvo mal... Tanto es así que las descargas de la especie en los puertos de Galicia multiplicaron por más de tres su volumen—más de ocho millones y medio de kilos, frente a los escasos dos y medio del 2024— y por casi cuatro la facturación por su comercialización —11,7 millones de euros en lugar de los poco más de tres del ejercicio anterior—. Y todo eso en un año que, admiten los cerqueros, «foi bo». Tuvieron sardina, encontraron jurel, el bocarte les salió al paso...
Pero de esa bonanza no participó el xeito. Ni las embarcaciones de racú y piobardeira. Los primeros acabaron la cuota de sardina antes de terminar el año, con lo que tuvieron que cambiar de arte. Y los segundos quedaron excluidos de la pesca de anchoa (Engraulis encrasicolus) porque, como al xeito, tampoco se les asigna cuota. Y eso que ya en marzo, la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Pontevedra solicitó a la Secretaría General de Pesca que buscase la forma para que, entre las medidas de ordenación de la captura de bocarte, «las artes de xeito y de racú y piobardeira pudiesen ser autorizadas para acceder a esta pesquería con una cuota específica, o bien percibiesen una cesión de cupo de anchoa por parte del sector del cerco». El caso era poder pescar la especie tanto en la zona 8c (de Fisterra al Bidasoa) como en la 9a (de Fisterra al golfo de Cádiz).
Sin contestación
La petición cayó en saco roto. No fue considerada y ni siquiera respondida, hacen ver desde la federación pontevedresa de pósitos. Las sucesivas resoluciones sobre la pesquería publicadas jamás incluyeron a los barcos de xeito, racú y piobardeira entre los autorizados a capturar la especie. Solo los buques de cerco han tenido a su alcance el bocarte, cuando, «históricamente, entre las especies pelágicas susceptibles de ser capturadas por dichas artes de pesca, se encuentra la anchoa o bocarte, que ha supuesto en su día importantes beneficios económicos para una flota de pocas unidades con puerto base en Galicia». Según los datos de PescadeGalicia, hay 397 embarcaciones que disponen de permiso de explotación (pérmex) de xeito, 19 de racú y 5 de cerco piobardeira.
Las cofradías recuerdan además al Ministerio de Pesca que se trata de artes «altamente selectivas» y que están descritas y reguladas en el decreto de artes y aparejos de la Xunta de Galicia. Así, el xeito aparece descrito como un arte de enmalle y el racú y piobardeira figuran como artes de cerco tradicionales vinculadas a la pesca artesanal y que son utilizadas por embarcaciones de pequeño porte, que operan principalmente en aguas competencia de la comunidad autónoma de Galicia de las zonas 8c y 9a y tienen por objeto de captura «las diversas especies pelágicas y otras acompañantes que deben estar en época de extracción y superar la talla mínima legalmente establecida», explican desde la Federación Provincial de Confrarías de Pescadores de Pontevedra. Y la anchoa es una de esos pelágicos.
Escasas alternativas
Por eso, «teniendo en cuenta la complicada situación de subsistencia que atraviesan actualmente estas flotas artesanales, por el cierre de la pesquería de sardina, la distancia de la costa a los que se encuentran los bancos de jurel y, en el caso del xeito, lo mal que está la alternativa del marisqueo, los pósitos insisten y piden a Madrid que adopte una fórmula que haga posible que esas artes puedan pescar anchoa exclusivamente en aguas de Galicia, sea con una cuota específica o con una cesión por parte del cerco.