
Investigadores de la Universidad de Granada que lo han desarrollado trabajan en una aplicación para teléfonos móviles
17 feb 2025 . Actualizado a las 14:06 h.El grupo de investigación ECSens de la Universidad de Granada (UGR) ha desarrollado un sensor que permite determinar mediante un cambio de color la frescura del pescado envasado, tras lograr en el 2020 uno para la carne de cerdo. Fabricado con compuestos naturales como la cúrcuma y la col lombarda, es biocompatible y no tóxico, lo que permite su «contacto directo» con los alimentos, según ha informado la UGR en una nota de prensa este viernes.
La detección se realiza mediante una cámara fotográfica o un teléfono inteligente, lo que facilita su uso por parte de los consumidores. Este avance forma parte de una línea de investigación iniciada en el 2015 que busca «mejorar la seguridad alimentaria a través del empaquetado inteligente».
El sensor detecta la presencia de amoniaco, un compuesto que se libera durante la descomposición del pescado. Dependiendo de la concentración del mismo en el envase, cambia de color, indicando así el nivel de frescura del producto. «Este sistema no sólo es seguro para el consumidor, sino que también es muy accesible, ya que utiliza tecnologías comunes como cámaras fotográficas o smartphones para su funcionamiento», han detallado desde la UGR.
El equipo de ECSens, formado por investigadores de los departamentos de Química Analítica y de Electrónica y Tecnología de Computadores, trabaja ahora en la integración de este sensor en bandejas de pescado y en la posibilidad de «realizar la detección mediante aplicaciones móviles».
Carne de cerdo
Este avance se suma a otros logros del grupo, como el desarrollo de un sensor de dióxido de carbono para determinar la frescura de la carne de cerdo, publicado en el 2020. En ese caso, los investigadores lograron monitorizar la frescura de la carne en tiempo real utilizando un teléfono inteligente, permitiendo a los consumidores «verificar el estado del producto antes de comprarlo o consumirlo».
Esta investigación, liderada por la profesora de la UGR Isabel M. Pérez de Vargas Sansalvador, ha contado con financiación europea, incluyendo una beca Talentia postdoc y otra individual Marie Curie Horizon 2020. Además, forma parte de la tesis doctoral de María Angustias Torres Molina, del Departamento de Química Analítica de la UGR. Para la responsable del estudio, «estas innovaciones no solo mejoran la seguridad alimentaria, sino que también contribuyen a reducir el desperdicio de alimentos, al permitir a los consumidores tomar decisiones informadas sobre la frescura de lo que compran y consumen. El empaquetado inteligente representa un paso más hacia una alimentación más segura y sostenible».