El cerco escenificará su indignación y desesperación en los mítines del PP

Tras un día frenético, en el que una inspección de los funcionarios comunitarios desató un episodio de indignación colectiva que llevó, incluso, al propietario de un cerquero de Malpica a encerrarse en la Casa del Mar de A Coruña, los armadores de buques cerqueros celebraron una asamblea en la lonja de A Coruña para analizar lo ocurrido y la situación en que se encuentran. Andrés García, portavoz de Acerga (Asociación de Armadores de Barcos de Cerco de Galicia), lo resume en dos calificativos. «Indignados» es uno. «Desesperados» es el otro. De ambos pretenden hacer gala en los mítines del PP, puesto que, como no ven voluntad real de solucionar el problema, han presentado un escrito en la subdelegación del Gobierno anunciando que van a ser asiduos espectadores de los actos electorales de los populares.

Buena parte de esa irritación se debe al «acoso inspector» al que, denuncian, están sometidos. «Se nos trata como a delincuentes, se nos acosa con sancións desproporcionadas cando o único delito que se comete é querer vivir do mar como fixemos toda a vida», exponen.

La desesperación llega por la incapacidad de hacer frente a deudas y sacar adelante la empresa: «Tanto armadores como tripulacións teñen dereito a gañarse a vida facendo o seu traballo e as cotas que se asignan das especies obxectivo son insuficientes. Hai moitos armadores con créditos aos que non poden facer fronte por estes motivos e a desesperación é evidente en actos como o de onte [el encierro del malpicán]». Reprochan a la conselleira que aún no haya convocado la mesa del cerco, como prometió, y anuncian que, por luto, no irán hoy a protestar a Monte Pío.

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