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El segundo abierto de pesca de Corrubedo salió a flote a pesar de los chubascos

Carlos Portolés
Carlos Portolés RIBEIRA / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

CARMELA QUEIJEIRO

El mal tiempo hizo que algunos inscritos no acudieran a la esperada cita pesquera

23 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Dependiendo de a quién se le pregunte, el mal tiempo que se está viviendo puede ser bueno o malo para la pesca recreativa. Hay quien prefiere aguas un poco revueltas para probar suerte con piezas más jugosas. Otros se lo pasan mejor con un mar en calma, acariciados por el sol y esperando pacientemente a que se acerque algún pez.

En cualquier caso, el segundo Open Spinning Galicia Corrubedo ha tenido que celebrarse bajo la lluvia. Ya se había especulado con la posibilidad de su aplazamiento debido a las inclemencias meteorológicas. Pero el coordinador, Fernando Piñeiro, negó rotundamente desde el principio la posibilidad de suspender el evento. Finalmente, los valientes que acudieron tuvieron que hacerlo ataviados con un chubasquero para no calarse. Pero muchos de ellos son pescadores veteranos acostumbrados a realizar sus actividades sin prestar atención a los cielos.

Faltaron algunos de los inscritos —los que, presumiblemente, prefirieron quedarse en el calor de sus hogares—, pero la participación fue casi tan alta como se había esperado. Según Piñeiro, a lo largo de la jornada, desde que se dio el pistoletazo de salido a las ocho de la mañana, «se acercaron unos 180 pescadores».

Apelar a la responsabilidad

Una de las principales preocupaciones de la organización fue garantizar la seguridad de los concursantes. Desde el principio, y en vista de las agitadas mareas, se hicieron llamadas a la prudencia. «Apelamos siempre a la responsabilidad. El mar es un peligro añadido. Queremos que la gente vaya con cuidado porque si no esto deja de ser una fiesta», comentó Piñeiro.

En principio, se confiaba en que la tempestad fuera incluso beneficiosa para la actividad pesquera, sirviendo como una ayuda que agitara las mareas e hiciera que los peces se aproximaran a los anzuelos. Pero no fue así. «Las capturas fallaron un poco. Creemos que por el estado del mar los peces estaban un poco recelosos. A veces es al revés, y con el mal tiempo pican más. Pero hoy no ha sido así. Muchos picaban, pero muy pocos se quedaban en el anzuelo», explicaba el coordinador.

No obstante, el ambiente jovial compensó los escasos botines encontrados. Fue un encuentro para pescadores de toda la comarca que pudieron disfrutar en compañía mutua de su gran pasión. Una vez guardados los sedales, hacia las 13.00 horas, hubo una comida a la que estaban invitados todos los participantes, donde se confraternizó y se entregaron regalos y premios. En definitiva, pusieron al mal tiempo buena cara.

A pesar de los inconvenientes, todos acabaron el día satisfechos y deseosos de empezar a organizar la tercera edición, de la que se esperan grandes cosas. La implicación fue total por todas las partes. En especial, Piñeiro resaltó las aportaciones inestimables de los patrocinadores.