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Accidentes Marítimos aconseja evitar una práctica habitual al largar el aparejo del arrastre

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Foto de archivo de tripulantes de un arrastrero gallego durante la maniobra de recogida del aparejo
Foto de archivo de tripulantes de un arrastrero gallego durante la maniobra de recogida del aparejo S.S.

Recomienda alejar a la tripulación del cable tras analizar el accidente del contramaestre de un barco coruñés al que rescataron sus compañeros tras 45 minutos en el mar

23 mar 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

Consiguió sobrevivir al golpe del cable del aparejo que le rompió un brazo y lo lanzó al mar, donde resistió unos 45 minutos en medio de una fuerte marejada, a unas 28 millas (52 kilómetros) al noroeste de A Coruña. Sin fuerzas y con síntomas de hipotermia, a ese contramaestre del arrastrero coruñés Virgen del Faro lograron rescatarlo sus compañeros enganchándolo por el chaleco salvavidas. A raíz de ese percance del 17 de junio del 2021, la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) aconseja a las tripulaciones de los arrastreros evitar una práctica habitual en el largado y virada del cable: «Que no haya personal cerca y, específicamente, nadie en los pasillos laterales de la cubierta».

Para comprobar la apertura correcta de las puertas que separan la red, de lo que dependen las capturas, suele haber algún tripulante en la zona de popa, al lado de la rampa por donde sale el aparejo. A los técnicos de la Ciaim no se les escapa que puede ser una medida necesaria y, en ese caso, recomiendan a los patrones y a los armadores «parar la largada mientras haya personal en las zonas de riesgo, reanudando la maniobra solo una vez que queden despejadas». Y proponen incluir en los planes de prevención de riesgos laborales de los arrastreros «la obligación expresa de que no haya personal cerca del cable» en el largado y la virada. Por ejemplo, delimitando en la cubierta «zonas de seguridad de suficiente extensión en torno a los cables».

El informe de la Ciaim concluye que el contramaestre del Virgen del Faro se lesionó cuando «un fuerte golpe de mar alcanzó al buque», destensando y tensando el cable. Constata cuánto importa que tuviese el chaleco salvavidas, «fundamental tanto para garantizar la flotabilidad como para facilitar» que sus compañeros lo rescatasen del mar.

Al contramaestre lo recogió del arrastrero el helicóptero Helimer 402, que lo trasladó al aeropuerto de Alvedro, desde donde una ambulancia lo transportó a un hospital. Al ver durante el vuelo que se recuperaba de la hipotermia, se desplazó al norte de Cedeira para auxiliar a víctimas del naufragio del Siempre Güeto, un siniestro que se saldó con dos muertos y ocho supervivientes.