Fernando Simón se examina con Jordi Évole cinco años después del inicio de la pandemia: «Era testigo de mentiras flagrantes»

Iago García
I. GARCÍA LA VOZ

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Fernando Simón, durante su entrevista con Jordi Évole.
Fernando Simón, durante su entrevista con Jordi Évole. LO DE ÉVOLE | LA SEXTA

El epidemiólogo, que pasó con la llegada del covid-19 a convertirse en una figura mediática fácilmente reconocible, hace memoria este domingo en La Sexta de lo que supuso confinar a todo un país para evitar contagiarse de coronavirus

15 feb 2025 . Actualizado a las 09:42 h.

Fernando Simón fue nombrado en 2012, durante el Gobierno del popular Mariano Rajoy, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Afortunadamente el organismo, creado ya en 2004, no había tenido que lidiar con graves problemas para la salud pública, aunque puntualmente sí había tenido que tomar medidas por intoxicaciones alimentarias o protocolos por gripe aviar. Ya en 2014, empezó a hacerse conocida esta institución del Ministerio de Sanidad. Y teniendo en cuenta a qué se dedica, no fue por nada bueno. El brote de ébola surgido ese año, el mayor de la enfermedad hasta la fecha, no solo se notó en África, sino que un misionero español llegó a fallecer en territorio nacional tras ser repatriado. Una de las auxiliares de enfermería que atendió contagios de cooperantes, la lucense Teresa Romero, se contagió e incluso su perro, Excalibur, fue sacrificado por orden judicial.

Pero lo peor para Fernando Simón, para España y para el mundo, estaba por venir a nivel sanitario. A finales de diciembre de 2019, desde China, empezaba a hablarse de un nuevo virus, que se extendía con rapidez entre la población, saturaba hospitales y dejaba centenares de muertos, especialmente entre los mayores de 65 años. El 31 de enero de 2020, confirmado en la isla canaria de La Gomera el primer caso en nuestro país de lo que ya se llamaba coronavirus o covid-19, Simón pronunció en rueda de prensa una frase que le perseguiría durante el resto de la gestión de una grave crisis sanitaria: «España no va a tener —refiriéndose al covid— más allá de algún caso diagnosticado».   

A finales de 2021, según datos del Ministerio de Sanidad, España rebasaba los 5 millones de contagios y se confirmaban entonces más de 88.000 fallecimientos. «7 millones murieron en el mundo», dice Simón a Jordi Évole en la promoción del próximo capítulo de Lo de Évole, que este domingo en La Sexta hace memoria de la pandemia con el epidemiólogo y el que fuera titular de Sanidad en aquel momento, Salvador Illa, hoy presidente de la Generalitat de Cataluña.

El cargo de Fernando Simón, que era el de un técnico experto en enfermedades, le exigió convertirse de pronto en orador para informar cada semana del avance de la enfermedad en nuestro país, al tiempo que argumentaba la necesidad de confinar a la población con la finalidad de frenar la propagación de los contagios. Con todo, reconoce que lo peor fueron las reuniones con cargos políticos: «Barro, barro sucio. Yo era testigo de mentiras flagrantes que se decían en voz alta o de llegar a acuerdos y que luego, al salir, se decía absolutamente lo contrario de lo que se había acordado».      

El programa de Évole abordará también las 7.291 víctimas mortales que se registraron en las residencias de ancianos de la Comunidad de Madrid en tan solo dos meses desde el inicio de la pandemia. Un número elevadísimo que puso en cuestión los protocolos sanitarios del Gobierno de la región, en manos de la popular Isabel Díaz Ayuso. La orden dada entonces fue que aquellos residentes con mayor deterioro, cognitivo o físico, no fueran derivados a los hospitales. Una medida que si bien redujo la presión asistencial en los centros sanitarios, acabó condenando a muchos al final de su vida.  

«¿Qué le parecieron a usted estos protocolos?», pregunta a Simón el periodista de Cornellá. «A mí me resulta difícil de entender. No puedo entender que teniendo un sistema sanitario como el que ha habido en España durante muchísimas décadas, se tomaran este tipo de decisiones en esta comunidad», argumenta el epidemiólogo. Sobre el deber de dar atención a enfermos tan vulnerables como lo eran los mayores en esas residencias cuando el impacto del virus era más fuerte, el médico concluye: «Es la prerrogativa de la Comunidad de Madrid y entiendo que la responsabilidad se tiene que exigir a quien tomó decisión. Esto hizo que hubiera una mortalidad desproporcionada en la Comunidad de Madrid, al menos durante el primer año de la pandemia».