Jorge Ponce se retracta por el «falso gallego» que se les coló en «La revuelta»: era de Toledo, pero fan de Luis Tosar y Luis Zahera
TELEVISIÓN

El colaborador explicó un error durante la prueba para diferenciar habitantes de Galicia de mandos a distancia, que se debió a la caradura del joven: «Vaya triple se ha marcado el chaval»
27 may 2025 . Actualizado a las 14:42 h.La revuelta ha tenido que retractarse. Y todo por culpa del sketch de la semana pasada donde Jorge Ponce le enseñaba a David Broncano cómo diferenciar entre un gallego y un mando a distancia. Era una más de las ocurrencias absurdas del colaborador de Broncano, que se puso a detallar las mayores divergencias entre un habitante de Galicia y el utensilio televisivo. Pero el problema vino al final de todo, cuando, para comprobar si el presentador —nacido, por cierto, en Galicia— lo había entendido, le hizo una prueba práctica.
La primera era fácil. Yolanda, una productora del programa, «galegofalante e de Boiro». No había duda. El problema vino con el otro ser humano sobre el escenario, un chico vestido de mando a distancia. No solo porque Broncano lo identificara incorrectamente como el dispositivo electrónico, sino porque, cuando se presentó como gallego, había algo que no cuadraba. «No has acertado, ¿qué pasó, pues?», dijo con una interjección final que hizo saltar las alarmas de Ponce y Broncano. «¿Pero de qué parte de Galicia eres tú?», le preguntó, desconfiado, el colaborador. «De Compostela», respondió con un acento desconcertante, para luego matizar que era «portugués e galego».
Pues ni lo uno ni lo otro. Según ha revelado Jorge Ponce este lunes, entonando el mea culpa, el chaval no era ni portugués ni gallego ni nada que se le parezca. El colaborador explicó que su intención era poner sobre el escenario a dos trabajadores gallegos de La revuelta. Solo la boirense Yolanda aceptó. «Teníamos a más gente gallega, pero que quisiera salir, no», justificó.
Así que optaron por contactar con una agencia de figuración, para que les consiguiera a una persona de la comunidad. «Lo único que tiene que hacer es ser gallego», pidieron desde el programa, «e se fala galego, mejor». Desde la empresa de actores se pusieron a buscar en su base de datos gente que, entre los idiomas, tuviese el gallego, y encontraron a este joven de 21 años.
Para cerciorarse, le pidieron un vídeo, que este les envió enseguida. Se nota que nadie que sepa gallego lo comprobó, porque la grabación enviada ya cantaba a las leguas. Era evidente que lo que hablaba no era gallego en absoluto. Ya advertimos que lo transcribimos tal cual lo dijo, por si a alguien le duelen los ojos al ver este castrapo: «Mi nombre es Llavier Recio, teño veintiún anos, vivo en Madrid y son un actor. Ollalá nos podamos ver esta noite en La revuelta. Oye, carallo, que quién es el invitado, ¿pues? Venga, un saído moi grande».
A quienquiera que escuchara este vídeo en la agencia, de algún modo, se la coló. De hecho, desde la empresa de figuración le pidieron perdón fervientemente a La revuelta. «No ha sido intencionado, he buscado en la base de datos gente que hable gallego y me ha enviado un vídeo y todo», se excusaron.
Al preguntarle a él directamente, salieron de dudas. «Soy de un pueblo de Toledo», contestó sin problema. Porque, al parecer, nadie le había preguntado antes. Y, sobre su supuesto conocimiento de nuestro idioma, contestó: «Se me da bien el gallego porque desde pequeño me gustan Luis Tosar y Luis Zahera». Bueno, esa es su opinión.
«Vaya triple se ha marcado el chaval», valoró David Broncano entre risas, declarándose fan del joven figurante, «menudo máquina».
A Broncano y a Jorge Ponce ya les había chocado el uso de la interjección «pues» al final de la frase, nada propia de Galicia. «A mí ya me pareció raro, pero no dije nada por no romperte el momento», dijo el presentador. A Ponce también le desconcertó que se identificase como «de Compostela» en vez de «de Santiago». «Es como si eres de Jerez de la Frontera y dices: "soy de la Frontera"», reflexionó incorrectamente el colaborador. Porque muchos compostelanos sí usan la última parte del topónimo para explicar su origen.