El campo gallego importa bienes y materias primas de más de una veintena de países

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. ALVITE REDACCIÓN / LA VOZ

TERRA

SERGEI ILNITSKY | EFE

Cereales, fertilizantes, semen o fitosanitarios son algunos de los productos que confirman la dependencia que el sector agroganadero sigue teniendo de las compras foráneas

28 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El futuro del lácteo gallego se sigue jugando a miles de kilómetros de distancia, en los mercados globales. Tanto es así que, detrás de las buenas cotizaciones que registra la leche en Galicia actualmente, se encuentran las fuertes caídas de la producción que sufren países con gran vocación exportadora como Nueva Zelanda o Estados Unidos. En este escenario, muy favorable para los ganaderos autóctonos, también parece tener una influencia determinante la creciente demanda de derivados lácteos industriales —leche en polvo y queso, mayoritariamente— de China o Alemania.

Otro tanto sucede con coyunturas más negativas como la que vive el sector de la fabricación de piensos animales. Compuestos que ya alcanzan los precios más altos de la historia debido, principalmente, a la reducción de las importaciones procedentes de Ucrania y al encarecimiento de las compras en Argentina o Estados Unidos.

Son solo dos ejemplos de la fuerte globalización a la que sigue estando sometida el sector agroganadero gallego cuya actividad depende de la relación comercial con más de una veintena de países repartidos por todo el mundo. Estos son algunos de los principales mercados a los que acude Galicia para comprar sus bienes de consumo.

Cereales

De Ucrania a Argentina . Con algo más de tres millones de toneladas anuales —más de la mitad destinadas al ganado bovino— Galicia se sitúa como una de las principales comunidades productoras del pienso en el conjunto del Estado. Una actividad en la que tienen un peso importantísimo las importaciones de cereal de países como Ucrania —un 40% de las más de 1,1 millones de toneladas que consumen los fabricantes gallegos de pienso proceden de este país— o Argentina. A ellos hay que sumar otros mercados de los que también procede la inmensa mayoría de la soja, el girasol o las demás oleaginosas necesarias para la alimentación animal, como es el caso de Brasil, Canadá o Estados Unidos.

A día de hoy, la compra de pienso supone el mayor desembolso al que deben hacer frente las granjas gallegas. De hecho, solo las vacas adultas productoras de leche registran un consumo diario superior a los 2,5 millones de kilos, cuyo valor económico supera el millón de euros.

Fertilizantes

Portugal a la vanguardia.  Múltiples son las variedades y también las procedencias de las más de 45.000 toneladas de fertilizantes que se emplean cada año en el campo gallego. Durante los últimos meses, coincidiendo con los trabajos de siembra del maíz —es el cultivo agrícola que mayor superficie ocupa por cuanto sirve de sustento a la producción de leche en la Comunidad—, ha sido masiva la entrada de abono procedente de Portugal. De hecho, el grupo Fertiberia, el más potente dentro del mercado español y uno de los primeros a nivel europeo, ya desarrolla sus variantes Tech de abonos específicos de alta calidad, precisión y tecnología a través de la firma Adubos de Portugal (ADP). De tierras lusas también provienen muchos de los plásticos agrícolas empleados en el sector agroganadero gallego.

Genética

Sementales americanos. Aunque la demanda de semen autóctono va en aumento —muchos de los mejores sementales del mercado en los últimos años fueron criados en Galicia— la mayoría de ganaderos gallegos siguen importando genética de países como Estados Unidos, Italia y, principalmente, Canadá. Esto también incluye la compra de reses de alto valor genético en granjas alemanas, holandesas, francesas, suizas e incluso suecas o danesas. Paradójicamente, desde Xenética Fontao, centro de referencia a nivel internacional en el ámbito de la mejora genética vacuna, se exporta semen gallego de raza rubia gallega a países tan lejanos como Brasil, Uruguay, Paraguay o incluso Indonesia. Por su parte, Turquía y Polonia son destinos habituales del material genético que producen los toros gallegos de aptitud láctea. Galicia también envía, desde hace unos años, embriones de algunos de sus mejores ejemplares frisones a centro de reproducción de EE.UU.

Semillas

El granero del este. Variada resulta también la procedencia de las semillas forrajeras que se emplean en el campo gallego. Porque aunque en los envases aparezca el nombre de multinacionales de origen estadounidense como Monsanto o Pioneer, filial de Dupont y de otras europeas como Advanta, Limagrain o KWS con sedes en Holanda, Francia y Alemania, buena parte del grano que se siembra en la comunidad procede de terceros países. En su mayoría situados en Europa del este donde las grandes extensiones de terreno propician el cultivo de este tipo de semillas. Es el caso de Rumanía, uno de los mayores productores de semilla de maíz de Europa, de Ucrania. República Checa o Eslovaquia. En este sentido, un parte importante de la cosecha de gramínea que, a día de hoy, está plantada en las fincas gallegas también procede de viveros franceses y holandeses.

Fitosanitarios

Procedencia británica. Si bien el brexit parece estar provocando un cambio de tendencia, durante los últimos años el Reino Unido venía siendo el lugar de fabricación de buena parte de los productos de limpieza, desinfectantes y, principalmente, productos fitosanitarios con los que se combaten las plagas en el campo gallego. Al menos de aquellos cuyas patentes pertenecen a las principales multinacionales de este sector. Otro tanto sucede con multitud de medicamentos destinados al ganado que si bien pertenecen a grandes corporaciones multinacionales, se elaboran en terceros países. Es el caso, por ejemplo, de Elanco, Zoetis o MSD (Estados Unidos), Boehringer Ingelheim (Alemania), Virbac (Francia) o Novartis (Suiza).

Maquinaria

El mercado centroeuropeo. Tal y como hicieron en su día con las vacas, los ganaderos gallegos viajan ahora a Alemania para comprar maquinaria agrícola. La inmensa mayoría de empresas de servicios agrícolas que operan en Galicia disponen de tractores, remolques, cosechadoras u otros muchos aperos comprados en el país germano. Aunque en muchos de estos casos se trata de maquinaria de segunda mano, en el país teutón también se fabrican algunas de las marcas de tractores más prestigiosas a nivel internacional como es el caso de Fendt, de remolques mezcladores como Siloking o de cosechadoras de forraje como Claas.

Por los campos gallegos también puede verse maquinaria fabricada en Estados Unidos —la marca de tractores más vendida en la comunidad el año pasado, John Deere, procede de allí— e incluso en países menos habituales como Finlandia, Italia, Reino Unido e incluso Japón.

Equipos de ordeño

Tecnología americana y alemana. Como principal referente mundial lácteo, Estados Unidos se ha convertido también en uno de los principales proveedores de muchos de los medios de producción que utilizan las explotaciones de la comunidad. Así, por ejemplo, dos de las principales marcas de equipos de ordeño utilizadas en Galicia —Boumatic y Gea— son fabricadas por multinacionales americanas, aunque en el segundo caso su sede se ubica en la ciudad alemana de Düsseldorf.

El resto de las que se reparten la práctica totalidad del mercado gallego —aunque operan en gran número de países con distintas filiales— tienen su sede principal y, por tanto, sus centros de decisión en Dinamarca o Suecia. Se trata de las firmas SAC y Delaval. Por su parte, los robots de ordeño más populares entre los ganaderos de la comunidad gallega los suministra Lely, una multinacional holandesa.