Calidad y sostenibilidad: las claves para que Galicia sea una potencia cárnica
TERRA
La estrategia de dinamización del sector incide en la necesidad de mejorar hasta el 2030 la profesionalización de la actividad y la concienciación de los consumidores
02 sep 2023 . Actualizado a las 19:23 h.Durante el año pasado, salieron de las granjas gallegas 105 millones de cabezas de ganado, que permitieron poner en el mercado algo más de 430 millones de kilos de carne, un 9 % más que durante el ejercicio precedente. Un importante volumen de materia prima que generó una cifra de negocio superior a los 1.300 millones de euros, el 34,5 % de la producción final agraria, y que sitúa a Galicia entre las principales comunidades cárnicas del estado. Una posición de privilegio que se pretende mantener y mejorar mediante el desarrollo de la estrategia de dinamización del sector cárnico, una hoja de ruta que se divide en seis ejes a desarrollar hasta el año 2030 y que incluye 64 medidas y 174 acciones que buscan disponer de un sector organizado y profesionalizado.
Para lograrlo, será necesario disponer de una industria competitiva y líder en calidad, mejorar el posicionamiento de la carne gallega en los mercados nacionales e internacionales y promover una cadena de valor más transparente y equilibrada. En esta línea, otro de los objetivos que se busca alcanzar a través de estas medidas es el de fomentar una sociedad concienciada con la importancia de la producción cárnica gallega y su valor nutricional, así como avanzar hacia un sector productor más sostenible que cuide el medio ambiente y garantice el bienestar animal. Estos son algunos de los aspectos más reseñables en los que es necesario incidir:
Sector productor
Organización y profesionalización. La necesidad de mayor base territorial, la escasa formación de buena parte de los ganaderos y, principalmente, la ausencia de relevo generacional son tres de los principales problemas a los que se enfrenta el sector productor. De hecho, a día de hoy, la mitad de las granjas cárnicas gallegas tienen como titular a una persona de 60 o más años, por lo que, en el mejor de los casos, cerrarán en poco más de un lustro si no encuentran un sucesor. En este sentido, el acceso a la tierra también representa una barrera importante para la incorporación al sector agroganadero, ya que la base territorial media de las granjas gallegas (11 hectáreas) apenas supone una quinta parte de la que registra la media española. A esto se suma una excesiva fragmentación de la propiedad, que se refleja en el hecho de que las escasas 300.000 hectáreas de superficie agraria útil adscritas a este sector se reparten en más de 675.000 parcelas. Para atajar estos males, la estrategia cárnica aboga por poner en marcha herramientas de movilización de tierras, la creación de un banco de explotaciones, la implantación de campañas de captación en las escuelas de capacitación agraria y de formación universitaria de las familias agrarias o la priorización de las ayudas de los planes de mejora hacia aquellas granjas más profesionales.
Industria
Aumento de la transformación autóctona. Un aspecto clave para el mantenimiento de un sector cárnico potente pasa por la existencia de una industria cárnica innovadora, altamente competitiva y con capacidad, tanto para desarrollar productos transformados de valor añadido, como para llegar a nuevos mercados nacionales e internacionales. Para conseguirlo, se señala la necesidad de mejorar y ampliar la capacidad de transformación de la industria autóctona mediante la puesta en marcha de ayudas dirigidas a la automatización, digitalización y la industria 4.0. La hoja de ruta del sector cárnico gallego también aboga por mejorar el funcionamiento de los mataderos y salas de despiece, apostar por la retención del talento y redoblar la apuesta por el I+D+i en la industria de transformación. Igualmente necesario se considera aumentar el peso de las cuatro indicaciones geográficas existentes (IGP) —Ternera Gallega, Vaca e Boi de Galicia, Lacón de Galicia y Capón de Vilalba—, en lo relativo a la transformación industrial o la optimización de los procesos de la cadena productiva, así como crear otros marchamos de calidad susceptibles de amparar la materia prima de sectores como el ovino, el avícola o el porcino.
Mercados
Apuesta por la diferenciación. Otro de los ejes principales de la estrategia cárnica gallega apunta a la necesidad de buscar un mejor posicionamiento de los productos en los mercados nacionales e internacionales. Bien sea mediante la diversificación de la oferta, el aumento de la diferenciación o la mejora de su presentación.
Alcanzar este objetivo pasa, según el análisis del propio sector, por apoyar la creación de marcas de productor, el desarrollo de nuevos productos, bien sea por piezas, nuevos cortes comerciales o especies, y por poner en marcha actuaciones dirigidas a desarrollar nuevos envases o presentaciones en la industria. En cuanto a la apertura de nuevos mercados, se relacionan como líneas estratégicas el desarrollo de nuevos canales de venta —online o venta directa serían los principales—, la mejora de la logística o el impulso al comercio exterior y la internacionalización.
Cadena de valor
Mayor transparencia y equilibrio. Contar con una cadena alimentaria equilibrada y transparente en las relaciones entre los diferentes operadores es una reivindicación histórica del agroganadero gallego. De hecho es, según los expertos, la mejor forma de asegurar que los productores recibirán siempre un precio justo por sus productos y que no se darán escenarios de venta a pérdida como los ocurridos recientemente en sectores como el avícola o el cunícola. Lograr este escenario pasa, inexcusablemente, por impulsar el asociacionismo y las agrupaciones de productores, así como mejorar la interlocución entre los diferentes eslabones de la cadena. Entre las acciones que se proponen figura la creación de una plataforma de intercambio de datos para disponer de información constante sobre costes y márgenes a lo largo de la cadena de valor, mejorar la aplicación de los contratos entre productores e industrias o poner en marcha un servicio dedicado al control de posibles prácticas comerciales desleales.
Consumidores
Campañas de concienciación. Cada gallego consume, de media, 51 kilos de carne al año, cuatro menos que hace una década. Una preocupante tendencia para el sector que, según todos los indicadores, va camino de consolidarse e incluso agravarse a corto y medio plazo. Revertir este escenario pasa por concienciar a la sociedad sobre la importancia que tiene este sector para el desarrollo rural y sobre el valor nutricional de la carne para mantener una dieta rica y equilibrada. En este sentido, la estrategia de dinamización del sector cárnico gallego apunta a medidas como la creación de un portal dedicado exclusivamente a la carne gallega y a sus particularidades productivas o la puesta en marcha de campañas promocionales en restaurantes. El sector productor tiene que ser capaz de trasladar a los consumidores, cada vez más interesados en los cuidados que reciben los animales, que cumplen con los más altos estándares de calidad, seguridad y bienestar animal, aportando transparencia sobre el sistema de cría y engorde de los animales.
Medio ambiente
Sostenibilidad y resiliencia. La ganadería juega un papel clave como protectora y conservadora del entorno, hasta el punto de que la utilización de superficies de pastos genera un amplio abanico de beneficios ambientales, como el secuestro de carbono, retención de agua, recarga de acuíferos, lucha contra la erosión, prevención de incendios o conservación de la biodiversidad.
Aún así, la producción cárnica debe enfocar sus esfuerzos a potenciar un modelo cada vez más sostenible y en constante evolución hacia la neutralidad de su huella ambiental. Alcanzar este objetivo requiere el impulso de medidas en ámbitos tan variados como el de la formación —es fundamental el asesoramiento, la investigación y la transferencia de conocimientos en I+D+i—, la mejora de la sostenibilidad, la preservación del estatus sanitario, el bienestar animal y la seguridad alimentaria. Aspectos estos últimos en los que tendrá una importancia capital la reducción del uso de antibióticos, los planes de actuación frente a la fauna silvestre o las buenas prácticas en materia de bienestar tanto en las granjas como en el transporte o la industria.
La movilización de tierras es un reto clave para que el sector gane competitividad
La mejora del posicionamiento en los mercados, otro de los grandes desafíos
La cadena necesita más transparencia para garantizar
un precio justo
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