Koné igualó el gol del conjunto madrileño, pero los coruñeses dejaron el fútbol para otro día

Pedro Barreiros
Redactor

La ansiada recuperación del Dépor avanza lenta y penosamente. Otra vez el equipo coruñés volvió a arreglar mínimamente un partido infame en Fuenlabrada (1-1). Fue, de nuevo, una respuesta de dignidad y vergüenza a la enésima dimisión que protagoniza y de la que no se salvó nadie, ni en el plano colectivo ni en el individual. Obligado a redimirse constantemente y a arreglar aquello que se empeña en estropear, los coruñeses volvieron a posponer la remontada para la semana que viene.

La reacción de Santander se quedó en agua de borrajas. Ni trazas se vieron en Fuenlabrada, donde el primer tiempo compitió con todos los 45 peores minutos iniciales que el Dépor lleva protagonizando en esta Liga. El del Sardinero, el de Las Palmas, el del Girona, el del Mirandés y una ya larga lista de rivales forman parte de esta nefasta relación de minutos horribles con que este equipo se ha ido convirtiendo en colista. Incapaz de dar dos pases seguidos, los blanquiazules llegaron siempre tarde a todo, se empeñaron en sacarse el balón de encima sin ton ni son y nunca se dieron por enterados de aquello que requería el partido: ese otro fútbol, esa intensidad y decisión de la que se llevaba hablando como lema del Fuenlabrada, pero a los que el Deportivo volvió a renunciar sin rubor.

El balón apenas rodó un cuarto de hora interrumpido siempre por golpes, faltas y protestas en los que hubo siempre un único ganador: el bravo equipo local. Uno de estos lances repercutió directamente en el 1-0.

Montero y Peru chocaron en el aire, pero el más malparado fue el central, a quien hubo que taponarle una brecha en la frente. Mientras se le acababa de colocar el vendaje, el Fuenlabrada halló oro entre líneas. Hugo Fraile se sacó un derechazo que se coló por encima de un sorprendido Dani Giménez. El Dépor, inerte, no contestó. Solo Peru lo intentó con un disparo lejano que se envenenó hasta caer sobre la red que se agarra al larguero.

El Fuenlabrada pudo zanjar el partido en un contragolpe nada más regresar del descanso, pero Fraile se precipitó y remató alto. Poco después, a la aparición de Santos le tocó el premio gordo. El venezolano puso un balón en el área que no era un remate ni un pase, pero el mal entendimiento entre Chico Flores y Biel Ribas permitió a Koné meter la pierna y empatar. Casi sin proponérselo siquiera, el Deportivo regresaba al partido. ¿Qué hubiera sucedido si se lo hubiera propuesto desde el minuto uno?

El partido calcó luego la misma estructura del arranque: poco fútbol por el pasto y un montón de paréntesis sin juego. Pero, al menos, los coruñeses no dimitían. Es más, sujetaban con solvencia a un Fuenlabrada que continuaba en su salsa. Al menos no sufrían, ahora bien sostenidos por Lampropoulos, quien quizá disputó sus mejores minutos desde que llegó a A Coruña. Faltaron, eso sí, ideas claras en ataque y mucho más temple para volver a comprobar las costuras de la defensa del Fuenlabrada. Ni Mollejo, muy acelerado, ni Galán, intrascendente, mejoraron nada y todo se quedó a medias: el marcador, la remontada y las sensaciones de este Dépor que sigue sin gustar a nadie.

Ficha técnica:

Fuenlabrada: Biel Ribas, Mikel Iribas, Chico Flores, José León, Glauder, Márquez, Clavería, Hugo Fraile, Anderson (Iban Salvador, min 83), Nteka (Héctor Hernández, min 78) y Oriol Riera (Jeisson Martínez, min 62).

Deportivo: Dani Giménez, Bóveda, Lampropoulos, Montero, Salva Ruiz, Álex Bergantiños, Peru, Jovanovic (Borja Galán, min 78), Borja Valle (Mollejo, min 62), Koné y Longo (Christian Santos, min 57).

Goles: 1-0, min 26: Hugo Fraile. 1-1, min 57: Koné.

Árbitro: Vicandi Garrido (Comité vasco). Amonestó al local Glauder y a los deportivistas Bóveda, Santos y Mollejo.