«Tuve un tiburón a cuatro metros y supe que no me iba a hacer daño»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

VIGO

William Heyman

Los documentales de Ana Salceda se han emitido en todo el mundo. La productora viguesa residente en Washington pasa el confinamiento en Galicia teletrabajando en su próxima obra

21 abr 2020 . Actualizado a las 00:22 h.

El término corona es patrimonio en estos momentos de la pandemia. Pero hay una mujer que ocupa su cabeza este confinamiento con otra corona: Cayman Crown ­­­(en castellano, la Corona del Cayman) es el nombre de un nuevo arrecife entre Guatemala y Belice. Un pescador lo descubrió en el 2015 y ahora Ana Salceda (Panamá, 1968), productora de documentales viguesa nacida en la emigración, se ha propuesto que el mundo conozca esta joya subacuática gracias a su obra The Secret Crown. «Se llama corona porque tiene la forma de una corona. La salud de este arrecife comparado con el mesoamericano es alucinante, tiene muchas especies que ya no abundan. El documental cuenta la historia del descubrimiento y también incluye el punto de vista de científicos que aportan su visión. Es una historia de esperanza».

Los rodajes de los documentales, a través de su productora Beluga Smile, han permitido a esta gallega recorrer algunos de los parajes más espectaculares del planeta. Una experiencia vital fascinante pero también llena de peligros. Hace unos meses, mientras buceaba durante el rodaje de The Secret Crown se topó de frente con un tiburón. «Fue un tiburón toro, una hembra gigantesca, parecía un miura. Fueron unos segundos de pavor terrible pero por alguna razón siempre he tenido sangre fría y mantengo la calma. Cuando estuvo a cuatro o cinco metros de mí supe que no me iba a hacer daño. Me pasó lo mismo con un águila arpía. No te puedo explicar cómo lo sabes, es la conexión entre el hombre y la naturaleza».

Su trabajo acaba convirtiéndose en experiencias de vida como cuando Salceda convivió año y medio con un perezoso, al que bautizó Velcro. Una historia que le enseñó a ser más paciente y que se pudo ver en la televisión pública estadounidense PBS , y también en Asia, América del Sur y Europa a través de los canales de distribución de National Geographic y Terra Mater Studios, de Red Bull. Los mismos aliados con los que Salceda cuenta para que The Secret Crown llegue a España.

Mark Carroll

Imágenes que convencen

Desde su residencia en Washington, Ana Salceda escoge las historias que luego llevará a la pantalla. Pero, ¿cuál es el criterio?; ¿quién y cómo decide lo que acabaremos viendo en nuestras televisiones? «Quienes trabajamos en la producción de documentales tenemos la tendencia de ser alarmistas. Hay que lanzar señales de emergencia pero deben ir acompañados de soluciones y rayos de esperanza. No es bueno que la gente acabe de ver un documental y se sienta incapacitada. Busco que la gente piense que sí hay cosas que se pueden hacer, cada uno desde su casa». Un mensaje que no está reñido con la búsqueda de la belleza y el relato de personajes locales que contextualizan cada historia.

Esta periodista sigue con mucha atención los efectos que el confinamiento está teniendo en el medio natural. La cuarentena está causando en las especies animales y vegetales una fase de rehabilitación: cielos más limpios, ríos más cristalinos y aire más puro. Y animales que vuelven a territorios que le han sido arrebatados. «Le estamos dando un respiro al planeta muy breve. La tierra es muy resiliente y lo está agradeciendo pero se merece un poco más. Ojalá este parón sirviese para que reflexionemos un poco sobre el aprecio o desprecio que le tenemos a la naturaleza».

La llamada de la naturaleza

Igual que en el entorno natural, una concatenación de casualidades ha provocado que Ana Salceda pase este confinamiento en Ourense, en una casa familiar en O Ribeiro. La misma casa donde de niña pasaba fines de semana largos cuando dejaba atrás el entorno vigués en el que pasó su juventud. Salceda llegó a Vigo con seis años procedente de Panamá, donde nació, como tantos otros hijos de emigrantes gallegos. «Panamá es un país precioso en el que en cuestión de 40 minutos puedes bañarte en ambos océanos; mismo en la capital tiene una selva maravillosa. Mi pasión nació con esa exuberancia tropical. Luego vine a Vigo, con esa belleza de las rías… En los fines de semana veníamos a O Ribeiro con sus bosques y ríos maravillosos... He sido afortunada de estar cerca de la naturaleza y la llamada estaba ahí».

Una naturaleza que la está llamando, durante la cuarentena, desde su tierra, para que convierta a Vigo en uno de sus espacios de rodaje. «Tengo amigos que me mandan historias fascinantes. El mar es mi tema favorito y esta ría es un lugar maravilloso. No a corto plazo pero sí rodaré aquí a medio y largo plazo».

«Spartacus Love Theme» de Bill Evans. «Es la canción de canción de la película Spartaco. Casualmente la pusieron en la televisión durante el confinamiento. Me encanta el piano, soy una eterna amateur del piano. Elegí este tema porque escuchar esta canción me hace pensar que todo es posible y que la belleza prevalecerá».