Bibiana Rodiño: «Sin nuestros implantes, tendrían que sacrificar a muchos animales»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

La ingeniera fundo en Salvaterra la empresa Beta Implants, única de España que fabrica prótesis a medida para veterinarios. «Cada mes llegamos a un país nuevo», explica

13 feb 2022 . Actualizado a las 01:32 h.

Beta Implants nació en un garaje y, al igual que otras empresas tecnológicas que arrancaron en este tipo de construcciones, el proyecto de Bibiana Rodiño (Pontevedra, 1984) ya es un éxito. Desde Salvaterra se envían implantes personalizados para animales a medio mundo. A día de hoy, es la única empresa de España capaz de fabricar en 24 horas una pieza fuera de catálogo. «Estamos en Francia, Italia, Rumanía, Reino Unido, EE.UU., Angola, Kuwait, Dubái y Portugal», explica la fundadora de una firma que da trabajo a 32 personas y que tiene entre sus objetivos seguir creciendo. «Últimamente, cada mes llegamos a un país nuevo. En cinco años hemos pasado de ser dos a ser 32 trabajadores. En diez años seremos 200».

Además del triunfo económico y empresarial, está también la satisfacción de salvar vidas de muchos animales que «sin nuestros implantes, tendrían que ser sacrificados». Como el caso de una gata que nació sin parte del cráneo, que se estaba quedando ciega, y a la que se le diseñó un casco para sujetar el cerebro. O un tigre blanco que no podía saltar a los árboles por un problema en sus patas traseras. «Le hicimos un estudio y el implante y ya es un tigre normal», explica.

La de Beta Implants es una historia de éxito que empezó con algunos portazos. Cada día, al salir de su trabajo en el departamento de Innovación del Centro Tecnológico de Automoción de Galicia, el CTAG, Rodiño recorría las clínicas veterinarias de la provincia. «Les ofrecía implantes a medida para animales, pero les sonaba a galáctico. Entraba por la puerta, recién licenciada, y veía que aquello no cuajaba. Entonces me pregunté qué hacía la competencia. Contacté con proveedores de prótesis humanas e hice una selección que podía usarse en animales. Ya tenía un catálogo y mi servicio de implantes a medida». Detectó el nicho de mercado en el departamento de I+D de la Universidad de Vigo, donde trabajaban en el diseño de prótesis para animales en impresión 3D con la clínica veterinaria Fauna, de Pontevedra. «Me di cuenta de que solo había empresas de prótesis humanas vendiendo implantes para animales y no estaban acostumbrados a trabajar con la casuística, las cargas y los esfuerzos que se dan en animales. Me di cuenta de que, si quería trabajar en esto, tenía que hacerlo yo».

Tras avanzar en el catálogo de implantes para traumatología, surgió otro problema: «Para hacer un implante a medida tenía que subcontratar la fabricación, me tardaban una semana y me cobraban 750 euros. Cuando se lo decía a los veterinarios, no salía ni de broma. Entonces decidí que tenía que fabricarlos». En ese momento, en el 2013, Rodiño se asoció con el ingeniero Antón Rodríguez, especializado en producción industrial. «Compramos una máquina muy antigua, del 89, que iba con manivela y la pusimos en el garaje de los padres de Antón. En las nuevas instalaciones la colocaremos en la entrada como un monumento de cómo empezó todo».

Bibiana, de niña con sus tres hermanos
Bibiana, de niña con sus tres hermanos

«Sé lo difícil que es conciliar»

Beta Implants está tramitando la licencia para una nueva nave en la Plisan que, al igual que sus orígenes, hace referencia a Silicon Valley, con zonas verdes, rocódromo y sala de lactancia con ludoteca. «Soy madre de dos niños y sé lo difícil que es conciliar. En mi empresa no quiero que nadie tenga que sacrificar su vida personal, que puedan venir con sus niños». La media de edad es de 27 años, el 59 % de la plantilla son mujeres y el porcentaje de ingenieras llega al 50 %. Una proporción que nada tiene que ver con la que se da en las facultades. Cuando Rodiño estudió la especialidad de mecánica eran dos alumnas en clase. «En la carrera no noté ninguna diferencia entre chicos y chicas pero en el mundo del emprendimiento, sí. Iba a hacer una presentación y cuando bajaba a hablar con los inversores se dirigían a mi socio, cuando había sido yo la que había intervenido. Ha habido situaciones en las que me he sentido cuestionada y he tenido que sacar la mala leche. Creo que las mujeres necesitamos un extra de carácter para liderar». A base de empuje y empatía, fue construyendo un proyecto que le ocupa «todo el día». «Cuando empecé tuve que escuchar que de esto no iba a vivir, y aquí estamos. Soy muy terca y muy cabezota, tengo unos valores muy claros, sé lo que quiero y voy a por ello».

A día de hoy, Rodiño participa en charlas en institutos y colegios y en el programa Inspira Steam en la Universidad de Vigo. «Para que las niñas normalicen mujeres en este ámbito, porque a veces estamos un poco a la sombra. Les digo que la clave del éxito es identificar lo que te gusta y lo que se te da bien, porque si te gusta, lo haces con ganas».

Rodiño quería ser arquitecta, pero no le dio la nota. Tampoco le hizo falta. Con los años ha diseñado y construido una empresa que es referencia en el sector de la veterinaria, y ya planea la ampliación: dar el salto a los implantes humanos. «En las nuevas instalaciones nos vamos a certificar como producto sanitario. Es rarísimo que se hagan prótesis para personas y nosotros las hacemos a diario y en 24 horas».

Su canción favorita

«Soy yo», de Bomba Estéreo. «Es una canción supermarchosa y me encanta. Tiene un mensaje con el que me siento identificada: ‘unque te critiquen tienes que decir: soy yo’. Cuando empecé tuve que escuchar que una chica en este sector no lo iba a conseguir. Pero soy muy terca, eso me ha llevado a ser lo que soy».