Purrusquiños, la escuela donde los niños vendimian, hacen yoga y practican de chefs
VIGO
La mejor ludoteca de España se inspiró en el método Reggio Emilia. Abrió sus puertas en septiembre como centro de educación infantil
09 oct 2024 . Actualizado a las 09:11 h.Los niños también pueden vendimiar, preparar su propia comida o practicar yoga. «Enseñamos jugando». Con esta premisa, la ludoteca Purrisquiños (ubicada en Coia), considerada como la mejor de España en el 2024, abrió en el 2019 y en septiembre arrancó el curso por primera vez como escuela infantil.
Este proyecto se construyó siguiendo el método Reggio Emilia que se centra en que el niño aprenda a través de los juegos y que busca potenciar su investigación, descubrimiento y creatividad. Desde Purrusquiños han querido adaptar esta metodología para niños de entre uno y tres años.
«Cuando creamos Purrusquiños queríamos que aprendieran con juegos realistas, con cosas que se van a encontrar en el mundo real que los rodea», explica Sebastián Castiñeiras, el director gerente del centro. Por eso, la actividad más famosa de este centro es la vendimia. «Yo soy de Castrelo de Miño y hay mucha cultura del vino», explica Sebastián. «El día que hacemos esa actividad traemos una parra real, con uvas de verdad y los niños las recogen y pisan dentro del capacho», dice.
El objetivo de este tipo de dinámicas es que los niños se familiaricen con las tradiciones de su entorno y que aprendan con ellas. Otro de los juegos que más triunfa es la tomateira, donde aprenden a hacer su propia salsa de tomate. El día a día se centra siempre en un juego principal, desde la vendimia hasta la organización de un mercado local o una actividad relacionada con el folklore. Además, para este equipo es muy importante acercarles realidades que normalmente están reservadas para los adultos. Por eso, hasta practican yoga infantil y aunque ellos lo conciben como un juego, «se acaban transformando en auténticos yoguis», cuenta Sebastián.
Uno de los pilares esenciales de la escuela es la comida. El centro cuenta con su propia dietista encargada de los menús, Lola Poza. En sus inicios como ludoteca, situada en Rúa de Pablo Iglesias, 26, Poza confeccionaba una merienda saludable para cada día. «Los niños participan en la elaboración; por ejemplo, un día escogemos una tosta y cada uno hace la suya».
Ahora que son una escuela infantil, se ha introducido el menú del mediodía. El objetivo es instaurar y potenciar hábitos saludables con la comida. Por eso, explica la dietista, «trabajamos con productos de temporada, no introducimos ni procesados ni frituras y hemos incorporado las legumbres como fuente de proteína». «Ha sido también una herramienta que le hemos dado a las familias y que nos agradecen».
Para la escuela, que los niños sean autónomos para experimentar con la comida es esencial, por eso la cocina está adaptada a su altura, «para que vean que son capaces de hacer las cosas ellos solos», explica Poza. Aunque cuando comienza el curso los platos son sencillos, la dificultad va subiendo de nivel a medida que avanza los meses. «Es bonito cuando se acerca el final del curso y ves las cosas que pueden llegar a hacer. Algunos cocinan mejor que yo», bromea el gerente. Por este motivo, cuando va a acabar el año académico organizan su particular Masterchef.
«Una de las cosas más importantes es que adaptamos todas las actividades a los niños», explica Patricia Méndez, la directora pedagógica. Cuando todos los alumnos han llegado, tras haber hablado con los padres, organizan la actividad llamada Asamblea. La conciben como una parte primordial del día porque «a veces leemos un cuento o nos hablan de lo que ellos quieran, pero también detectamos cómo se siente cada niño». Por eso, si alguno ha tenido un cambio en su casa o tiene un mal día, esa charla grupal sirve para que el niño se relaje y pueda disfrutar de su tiempo en la escuela. Además, durante la adaptación, los padres pueden entrar a lo largo de la jornada. «Que los padres entren y participen en las dinámicas hace que los niños vean este lugar como su casa, como un sitio de confianza», explica Sebastián.
Purrusquiños, que ha recibido el premio de excelencia académica dos años consecutivos, incorporará un jardín exterior a finales de año, «para aprovechar también las posibilidades que nos da el entorno natural en su educación», explica Castiñeiras.
Actualmente, la escuela solo admite a quince alumnos pero desde el equipo aspiran a poder abrir otra aula. Sin embargo, han trabajado para mantener la ludoteca, que comenzará este mes para niños de entre 3 y 8 años. «Los antiguos alumnos querían volver y hemos conseguido que puedan hacerlo», aclara.
Tras haber analizado más de diez modalidades de educación, la implementada en Purrusquiños ha sido la que les ha permitido convertirse en la mejor la mejor ludoteca de España en el año 2024. Ahora tienen claro cuál es el objetivo que más ilusión les haría: «Me encantaría que el proyecto crezca y nos convirtiéramos en un centro de referencia», dice Patricia Méndez.