
Denuncian que no pueden sembrar maíz para sus animales
21 may 2025 . Actualizado a las 14:19 h.Ricardo sembró este mes uno de sus campos en Coruxo como hace todos los años. Al día siguiente, al volver, todo el trabajo se había echado a perder por culpa de una manada de jabalíes. «Todo o que intenta sementar está o xabarín ao reventar», cuenta Loren, un vecino que lo acompaña y que actúa de portavoz de una buena parte de los afectados por la presencia de jabalíes. Quiere visibilizar su problema para tratar de forzar a las administraciones a actuar y a buscar una solución.
«O peor é que non van facer nada», lamenta Loren. Dice que mandan arqueros que «non dan a basto». Cuenta que en varias ocasiones los acompañó, pero que en un entorno tan urbanizado es difícil abatirlos. «Precisan subirse a algún sitio alto coma unha árbore e aquí non poden», cuenta.

Este mes el problema se agrava porque muchos de los vecinos están sembrando maíz. «Xa imos tarde porque o tempo fixo que tiveramos que retrasar a sementeira, pero agora o xabarín está a rematar con todo. É unha desfeita», continúa Loren, que recuerda que sin estos cultivos muchos tendrán que comprar comida para sus animales, con el gasto que eso conlleva. Cita el caso de su vecino Casto Pérez que relataba a La Voz que dejó de tener animales por los jabalíes. Antes los alimentaba con lo que plantaba en sus fincas, pero ahora «xa non vale a pena. Aquí veñen cada dous días os xabaríns». El año pasado intentó plantar maíz y patatas, pero «non duraron nada». También se comieron los brotes de alguno de los árboles que trata que crezcan en el lugar.
Loren insiste en que es muy difícil eliminar a los animales y que, en parte, la solución está en el cambio de la gestión forestal. «O problema comezou despois dos incendios de 2017», insiste. Gran parte de las parcelas privadas que hay en el monte «teñen máis eucaliptos que antes». Loren indica que se esconden en estas zonas y que, «como alí non teñen comida, veñen para aquí. Antes non pasaba porque sempre atopaban algo polo monte».
Después de aquella primera siembra fallida, Ricardo volvió a intentarlo, «pero o xabarín chegou outra vez e botou todo a perder. É a tónica de todos estes anos», concluye Loren.