Nerea Míguez, ingeniera viguesa: «En términos tecnológicos, lo que pasó en el año 2019 es la prehistoria»

VIGO

Dirige proyectos de 5G en Vodafone a nivel nacional con Administraciones y negocios. «En equipos con hombres y mujeres, las decisiones se toman más rápido»
04 oct 2025 . Actualizado a las 11:58 h.La mayoría de los gallegos ni habían pronunciado la palabra teletrabajo el 22 de mayo del 2019, día en que la comunidad hizo historia al acoger la primera conexión de datos transfronteriza internacional 5G entre Tui y Valença. Han pasado seis años y una eternidad en términos de telecomunicaciones, covid mediante. «En términos tecnológicos, lo que pasó en el año 2019 es la prehistoria», puntualiza Nerea Míguez Rúa (Vigo, 1980), directora de Preventa y Soluciones de Negocio 5G de Vodafone a nivel nacional. La ingeniera de Telecomunicaciones por la Universidade de Vigo dirige proyectos por todo el territorio nacional desde que se incorporó a su nuevo cargo en abril, lo que le obliga a desplazarse a Madrid varios días por semana desde la central de la compañía en A Grela, A Coruña.
Lleva 20 años en la compañía de telecomunicaciones. Antes, fue responsable de redes privadas 5G en la compañía y coordinadora de los proyectos de IoT (Internet de las Cosas). Explicar su trabajo no es sencillo: «Sería más sencillo si fuese médica, por ejemplo», reconoce. Sus tres hijos, de entre ocho y diez años, saben que se dedica a la tecnología y que tiene que viajar mucho. «Ellos dicen con orgullo que mamá es ingeniera. Les explico que cuando una empresa tiene un problema o una necesidad, trabajamos para solucionarlo creando proyectos». Muchos de ellos, para beneficio de los gallegos.
En un episodio de sequía como el que amenaza la comarca de Vigo, son varios los ayuntamientos de la provincia de Pontevedra que están inmersos en un proyecto piloto que dirige Míguez junto con Aqualia para monitorizar el consumo en tiempo real en los contadores. «No solo se hace por tener un dato exacto, también te permite detectar variaciones que muestran fugas de agua, para localizarlas y solventarlas», explica la ingeniera. Vodafone lleva años trabajando con el CTAG en la conectividad del coche autónomo en O Porriño. «En Galicia tenemos cobertura casi total, desde luego en las ciudades, pero también en casi todo el rural. Fuimos líderes en 5G con esta conexión transfronteriza y hoy estamos al nivel de España y de Europa».
El 5G permite velocidades hasta 100 veces mayores que el 4G. Tanto facilita hacer operaciones de cirugía en remoto, como conectar dispositivos de forma masiva para crear ciudades inteligentes. Míguez trabaja también en conexiones prioritarias para servicios de emergencias. Está diseñando el desarrollo de una red de comunicaciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para hacer posible la conectividad en situaciones extremas como los incendios. Se conforman redes burbuja con enlaces satelitales que funcionan cuando las llamas arrasan con las antenas de la red convencional.
«No me veía de ingeniera»
Desde que iba al colegio o al instituto, se recuerda arreglando aparatos y experimentando con los ordenadores de la familia. Aunque no se planteaba ser ingeniera de Telecomunicaciones, sí que había una parte en el aprender que se sustentaba en el cómo: cómo funciona, cómo se monta, cómo instalar el wifi... «Recuerdo una tarde en Verín con mi abuelo, se le estropeó la tele y me decía: ‘¿pero tú no te dedicabas a esto?’». «Mamá» o «Nerea» siguen siendo las palabras que antes se pronuncian en su casa cuando algo no funciona. De momento, la reclaman poco. Sus niños, a día de hoy, usan más la bici que la tablet. «No hay que demonizar la tecnología, pero sí que hay que explicar muy bien lo que supone antes de facilitársela». Y no solo a los niños.
Míguez terminó sus estudios universitarios en el 2014 y le sorprende que, más de 20 años después, las chicas sigan siendo minoría en las aulas. «Éramos 10 chicas en clases de 60 personas. Hoy, solo el 30 % de las jóvenes eligen estas carreras. Me parece increíble». Esta descompensación, denunciada constantemente por las tecnólogas, no tiene solución a la vista. «Yo no me veía de ingeniera, pero sí que me fascinaban las matemáticas y la física. Hoy, a mis hijas les encantan los juegos de construcción o montaje. Cuando escriben la carta a los Reyes Magos y miran una y otra vez el catálogo, se encuentran que al lado de los juguetes que les gustan, hay fotos de niños. Hay que hacer una revisión desde abajo para que las chicas quieran dedicarse a la tecnología».
A nivel empresarial cuesta encontrar perfiles de mujeres a determinado nivel de organización, según la experiencia de los procesos de selección que ha puesto en marcha en los últimos meses. Buscarlos no es solo por preferencia personal, sino por eficiencia. «En los equipos formados por mujeres y hombres se fomenta más la innovación, ayuda a tomar decisiones de forma más ágil y rápida, además de la evidencia de que se aportan otros ángulos y otros puntos de vista», defiende. La descompensación en las facultades se agrava en las empresas, donde las mujeres aspirantes a puestos directivos son minoría.
Su canción favorita
«Turnedo», de Iván Ferreiro. «Soy viguesa, me pasé en la ciudad también la vida universitaria, tenía que elegir a Iván. Esta canción me acompañó cuando estuve por trabajo en Valladolid, en Sídney y en Orlando. Hoy vivo en Oleiros y, cuando llevo a los niños al cole, les pongo esta canción y se la saben».