Yago Casal, el entrenador con toga

Xosé Ramón Castro
X. R. CASTRO VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Creció escuchando a Díaz Miguel y a García Reneses, fue entrenador precoz, eligió Bolonia para su Erasmus por ser la «Básquet City», es parte esencial del Novobasket y, como abogado, defiende al deporte en los juzgados

03 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A Yago Casal Mera el baloncesto le viene de cuna, literalmente. Hijo del mítico Pepe Casal, «un señor de Vigo que facía atletismo, foi estudar a Santiago e, a partir de aí, implicouse coa preparación física de equipos», se sentó en la misma mesa desde pequeño de dioses como Antonio Díaz Miguel o Aitor García Reneses, con quien hablaba su padre a menudo. Aquel niño creció jugando al baloncesto, en edad júnior ya tenía claro que quería ser entrenador y, de un modo paralelo, comenzó a estudiar Derecho y se convirtió en un abogado que tiene en el derecho deportivo a una de sus especialidades.

La actual es la primera temporada de Casal fuera de los banquillos, pero sigue encargándose de la gestión del Novobasket, un club heredero del Ademar y Maristas con un gran futuro por delante. A mayores, es el secretario general de la Federación Española de Surf y cada año organiza en Mondariz el campus de baloncesto Antonio Díaz Miguel para preservar la memoria del que fuera seleccionador. Desde el 2012, recae sobre sus hombros una iniciativa que ya ha cumplido 30 años y reúne a 400 jóvenes.

La llamada del baloncesto era una cuestión obvia en la vida de Yago Casal. «Na miña casa escoitaba falar de baloncesto, escoitaba as conversas con Antonio Díaz Miguel ou Aíto García Reneses e xente así», recuerda. Además, aquella época coincidió con la irrupción del Obradoiro en la élite. Todo eso llevó a este compostelano afincado en Vigo a comenzar a entrenar «incluso sen ter idade para competir». Lo hizo en el Peleteiro, uno de los clubes de referencia en Galicia, coincidiendo con técnicos de primer nivel. «Había unha xeración de adestradores moi bos, case todos tiveron unha carreira profesional no baloncesto e lémbrome de Cristino Menor, Jaime Timiraos, Rubén Domínguez, Moncho Fernández...».

Con semejante nómina, Yago Casal no tardó mucho en darse cuenta de que lo suyo eran los banquillos. «Cando rematei júnior, empecei a estudar Dereito en Santiago e xa empecei a adestrar aos rapaces en Peleteiro», comenta. Poco después, «por medio de Timiraos, que foi un mentor e un moi bo amigo de sempre», le llegó la oportunidad de ser entrenador ayudante de Tito Díaz en el proyecto del Rosalía, en LEB Plata. «Estivemos a punto de ascender a LEB Ouro, por unha canastra».

El baloncesto ya era el motor de su vida y cuando tocó año de Erasmus, tuvo claro el lugar: Bolonia. «Escollín ese destino porque lle chamaban básket city. Era a cidade máis vencellada ao baloncesto de Italia», y allí se empapó de los métodos de dos grandes del continente. «Estiven seguindo tanto a Virtus, nos adestramentos, como a Fortitudo. Determinados contactos permitíronme estar aí, estivo especialmente amable Sergio Scariolo». De regreso, comenzó un periplo semiprofesional combinando el baloncesto con sus estudios y, después, con prácticas en despachos de abogados, participación en empresas y, más tarde, abriendo su propio despacho (es socio fundador de López y Casal).

«Estiven no Gestibérica en Vigo, tamén en Marín un ano en Liga EBA e logo aparece o proxecto do Obradoiro, que gaña una sentenza despois e 20 anos». En el renacer del equipos compostelano, se permitió el lujo de dedicarse un año en exclusiva al baloncesto «porque non había tempo para nada». «Os que estabamos alí implicados faciamos o traballo de dúas ou tres persoas. Foi moi enriquecedor».

Su extenso currículo baloncestístico incluye un año en la dirección deportiva de la Federación Galega de Baloncesto y el paso por el Xuventude de Cambados, donde tuvieron «catro anos de moitos éxitos». Comenzaron en EBA y ascendieron a LEB Plata, con dos buenos cursos y una fase de ascenso a Primera FEB. Para entonces, ya era casi imposible compatibilizar banquillos a un nivel respetable y despachos.

Fue en ese punto cuando tuvo claro que era el momento de echarse a un lado y centrarse en la abogacía, pero sin olvidar el deporte de la canasta, colaborando con el Celta femenino y el Novobasket, el heredero de Maristas y el Ademar, y tras dos años colaborando con la entidad celestes, decidió centrarse en el cuadro masculino. En el Novobasket ya acumula una década y dice sentirse «ledo» por haber «axudado ao club a que recuperase aquilo que fora Maristas e Ademar. Que volvese a ter xogadores nas seleccións, que fose a campionatos de España...». La temporada actual es la primera que no entrena desde que era director deportivo de la Fegaba, pero sigue muy vinculado al club.

De un modo paralelo, ha sido capaz de forjar una carrera de éxito en el mundo de la abogacía, especializándose en derecho deportivo y en negociaciones de determinadas operaciones. En el año el 2019, ayudó a crear el primer sindicato de entrenadores de baloncesto, lleva temas de reclamaciones en el Tribunal de Arbitraje Deportivo de la FIBA, actúa en negociaciones con el CSD y ha ganado un buen número de casos relacionados con el cambio de licencias en el fútbol base. «Estou contento de poder axudar dende o meu coñecemento no ámbito xurídico a moitas persoas nun espazo que me gusta moito como o deporte».

Yago no oculta su amor por el baloncesto, pero ve similitudes en sus dos grandes ámbitos: «Non son moi diferentes. Hai que poñer a funcionar equipos de traballo e que as cousas saían adiante.O dereito deportivo é unha cousa que me gusta e na que me especialicei, pero se chego á casa e podo ver un partido de Euroliga, non me poño a ver un tratado. Non fago compartimentos estancos». No da por cerrada su etapa de técnico.