Tocó fondo, pero se está levantando. Tras su ruptura con Mario Casas ha comenzado una nueva vida. Gamberra, tranquila y flexible, así quiere ser la nueva María. Dice que lo está consiguiendo
27 jun 2015 . Actualizado a las 18:56 h.Jugó a ser mayor muy pronto. Con solo 16 años ganó el Goya por La Flaqueza del Bolchevique, su primera película. Ahora más diez años después, María Valverde (Madrid, 1987) reconoce que tuvo el mejor inicio que se puede tener pero que quizá también le privó de una adolescencia «normal». No se arrepiente de nada. De hecho, ya ha pisado Hollywood, de puntillas. No quiere poner los dos pies. Ahora está feliz en Londres, y desde ahí quiere dar «tumbos» antes de instalarse en un lugar definitivamente. Hace unos días estuvo en Madrid, donde presentó su nueva película junto a Dani Rovira, Ahora o nunca.
-Tu primera comedia. ¿Ha sido muy distinto a lo que has hecho hasta ahora?
-Diferente. La verdad que al principio me daba un poco de vértigo porque no tenía los recursos ni sabía muy bien por dónde empezar, pero me ayudaron mucho los compañeros que tuve y Dani ha sido una pieza clave en el proceso de mi personaje porque a veces le pedía que me hiciera mi papel para ver cómo él lo haría. Me he sentido muy apoyada por todos, porque para mí ha sido como empezar de cero. Ha sido una experiencia muy bonita, que me ha dado la posibilidad de liberarme como María.
-¿Qué es más fácil reír o llorar?
-Tengo más experiencia en hacer llorar, me resulta más fácil, más cómodo. Hacer reír es más difícil, lo dije una vez, son como matemáticas, porque te tiene que salir y tienes que dar con la ecuación perfecta para poder dar en el punto.
-Lo que está claro es que lo de Dani Rovira no son las bodas...
-La verdad que no, pobre Dani.
-Y tú, ¿crees en las segundas oportunidades o eres más de ahora o nunca?
-Es difícil la pregunta. No creo en las segundas oportunidades, creo que es ahora o nunca. Pero el ahora o nunca puede llevarte más tiempo, no tiene que ser de la noche a la mañana.
-Después de lo que se ve en la película, a una le quedan pocas ganas de casarse ¿no?
-No, yo creo que es un canto al amor, es la sensación de todo con lo que tienes que luchar y todos los problemas de los que no eres responsable, una huelga de controladores, perder la maleta...
-¿Cómo actuarías tú en una situación de estas, perderías los nervios o calma ante todo?
-Perdería los nervios al principio, pero luego me lo tomaría con sentido del humor, que al fin y al cabo es como te tienes que tomar este tipo de cosas.
-Con 16 años rodaste tu primera película, empezaste a ser mayor muy pronto, igual no has tenido una adolescencia al uso. ¿Te arrepientes?
-No. Ahora viéndolo para atrás, no me arrepiento, creo que ha sido bastante bonito todos los pasos que he ido dando desde los 16. Es otra vida, igual sí que me habría gustado tener la oportunidad de dedicarle más tiempo a los estudios, o haber vivido más cosas con mis amigas, pero he vivido otras.
-Repasando tu trayectoria solo hay un año, 2013, que no estrenaste algo desde que empezaste. ¿Qué paso?
-¿En serio? No sé qué paso. A veces hay proyectos que ruedas y no se estrenan hasta una temporada después, otros muy pronto... Pero también tengo muchos descansos.
-Eso te iba a decir, pero aún así, vas reenganchando un trabajo con otro, ¿hay que estar ahí por si pasa el tren?
-Paro bastante, lo que pasa es que ahora han coincidido varios proyectos que me apetecía hacer y te tienes que dejar llevar por las oportunidades, por las ganas y por las necesidades, pero he parado bastante. He tenido meses largos para hacer cosas que no puedo hacer mientras trabajo.
-¿Recuerdas el día en que ganaste el Goya? ¿Cómo se lo contarás a tus hijos?
-Se lo contaré como algo muy bonito porque lo recuerdo como un sueño, como algo que no pasó realmente. Voy anotando varios momentos bonitos en mi vida.
-¿Dónde lo tienes?
-En casa de mis padres.
-De todos los premios que te han dado, ¿cuál guardas con especial cariño?
-No sabría decirte, todos son muy especiales, pero quizás el Goya porque llegó en un momento inesperado y puso mi vida patas arriba.
-Participaste en la cabecera de «Qué apostamos». ¿Fue tu primer trabajo?
-Sí. Ahí fue cuando empecé a cotizar.
-¿Te llevaron tus padres?
-No, les llevé yo a ellos. Yo quería ser actriz, mis padres no tienen nada que ver con este mundo, yo les presionaba y al final mi padre me consiguió el teléfono de una agencia. Tenía vacaciones ese día, me llevaron para que se me quitaran las ganas, y me cogieron.
-¿Qué tal llevaron tus padres que dejaras los estudios?
-Lo llevaron bien, siempre me han apoyado en las decisiones que tomé, también porque saben que nada es para siempre y siempre hay tiempo para retomar cualquier cosa, y las experiencias que estaba viviendo no me las podía perder, fueron los primeros que me animaron a seguir adelante.
-Leí que dijiste que la primera vez que te sentiste actriz fue durante el rodaje de «Melisa P.» y que tuviste que lidiar con medio mundo por el contenido sexual de la película, ¿valió la pena?
-Sí, para mí sí, y volvería a tomar esta decisión. Yo creo que cuando uno quiere hacer algo tiene que luchar por lo que cree que tiene que hacer, aunque luego te puedas arrepentir o no, o te pueda gustar o no. Tienes que estar un poco ajeno a todo esto y dar pasos de forma individual. Para mí fue una decisión muy importante que tomé yo sola, la gente que quiso entenderlo lo entendió y la que no, no.
-¿Te ves viviendo en Hollywood o por ahora son viajes de ida y vuelta?
-Me veo viviendo en el campo, pero por ahora quiero dar tumbos por el mundo, no me veo viviendo en un sitio concreto mucho tiempo.
-¿Te has ido a Londres para poder llevar una vida normal?
-Sí, para crecer como mujer, para llenarme de cosas nuevas, de otra cultura, y sobre todo para estar muy despierta a nuevas experiencias.
-¿Te ha tentado alguna vez la moda o solo lo ves como algo complementario?
-Es algo complementario, me divierto, me gusta hacerme la modelo, pero sé que no puedo ni por talla ni por altura. Me divierte, lo disfruto y que quieran contar conmigo para ese tipo de trabajos es un lujo.
-2014 ha sido una mezcla de emociones, ha habido cosas malas (rompió con el actor Mario Casas tras cinco años de noviazgo) pero también buenas (rodó con Ridley Scott y fue la protagonista del anuncio de Freixenet). ¿Ha sido tu año?
-Ha sido un año de cosas maravillosas, en el que me he tirado a la piscina, me he sentido muy libre, y lo voy a guardar en mi cajita de recuerdos porque ha sido mi año de liberación. No sé si ha sido mi año pero sí ha sido muy especial para mí como mujer.
-¿Llevas muy mal esto de la fama? ¿Te has ido en parte de España por eso?
-No, me siento muy respetada, la gente que me conoce me respeta mucho. Como estoy de voy y vengo, que no estoy en ningún sitio, agradezco mucho las palabras de cariño de la gente que me sigue.
-Te definiste en una ocasión como una yonqui emocional, ¿esto viene siendo que prefieres llevarte un palo pero haberte enamorado?
-Prefiero vivir las cosas intensamente, que perderme las oportunidades soy bastante valiente a la hora de enfrentarme a las cosas y a las situaciones, no me tiemblan las piernas, luego me llevo palos, pero creo que es como hay que vivirlo. Soy una yonqui.
-Una nueva María, gamberra, tranquila, flexible... Esto es lo que quieres ser. ¿Cómo eras hasta ahora?
-Creo que estoy consiguiendo todos esos adjetivos, y que estoy alcanzando mi objetivo. Antes era más tímida, más consciente, intentaba ser más responsable, no sé, yo creo que era un poco más pequeña.