LO NORMAL... es tener entre 36 y 37,5 grados, pero no te asustes si tienes menos o más. Mientras no subas de 38 o bajes de 35 no pasa nada. Además tus sospechas eran ciertas, te sueles acostar más calentito de lo que te levantas.
20 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Seguro que más de una vez te has calentado más de lo normal. No de haber pegado algún chillido, que también, sino porque tu temperatura corporal ha subido de 37,5. Puede ser después de haber estado muchas horas al sol o como consecuencia de un proceso infeccioso. Cualquiera de estas dos situaciones justifican tener fiebre, y empezar a moverse en el terreno de los 38, los 39 y los 40. Hasta ahí, porque es raro que el cuerpo humano supere esta barrera. Y si lo hace, «ya existe un riesgo importante de sufrir alteraciones en el sistema nervioso central y cambios en el comportamiento», como explica Manuel Fandiño, médico de Urgencias en el Chuac. En condiciones normales nos movemos entre los 36 y los 37,5. Nos solemos levantar más fríos de lo que nos acostamos, algo que no es de extrañar, si pensamos en el trabajo, la casa, los niños, la compra... y demás situaciones que se van dando a medida que avanza la jornada. «Siempre hay quien te dice: ‘Yo es que aunque tenga 37, tengo fiebre»’. Bueno, fiebre se considera a partir de 38», explica Fandiño, lo que no quiere decir que alguien acostumbrado a no tener una temperatura muy alta con un par de grados más se encuentre febril.
En apenas grado y medio se mueve la inmensa mayoría de los mortales, pero Fandiño aclara que, como en toda campana de Gauss, también es posible encontrarse por fuera de estos márgenes. Pero por mucho que quieras presumir de que tu cuerpo siempre está un grado o grado y medio por debajo de la media -muy pocos hacen alarde de lo contrario- procura que no baje demasiado, no te vayas a quedar como Walt Disney.
«Con menos de 35 grados -señala Fandiño- hablamos de hipotermias. Hay diferentes niveles, desde leve, moderada o grave dependiendo de los grados que se alcancen». Y no siempre los más frescos son los más jóvenes, con el mercurio pasa todo lo contrario. A medida que cumplimos, «las barreras de retención disminuyen, el metabolismo está disminuido y por consecuencia la temperatura». Pero, ¿hasta qué límite puede descender la temperatura de un cuerpo vivo? «Cuando baja de 30 puedes tener alteraciones cardíacas y puedes morirte». Pero los hay que están vivitos y coleando a los que les cuesta calentarse. Son esos que presumen de no tener nunca fiebre, un extremo que le sorprende bastante a este profesional. «Todo el mundo tiene fiebre si pasa un proceso desencadenante de esta, por ejemplo una infección, otra cosa es que te encuentres mal, pero no tengas fiebre. El ‘no tengo fiebre’ es una afirmación popular que no es muy real». Este rechazo a estar caliente no sería tal si supieran que la fiebre no es tan mala como creemos, a pesar de que no goza de muy buena prensa. Es un mecanismo de defensa que nos ayuda a acabar con las bacterias o virus que nos están atacando. Pero entonces, doctor, ¿es bueno tener fiebre? «Claro, lo que pasa es que luego tiene efectos secundarios». Nos ayudará a acabar con el bicho, lo que no quita que para ello tenga que levantarnos dolor de cabeza, tiritona, malestar... El precio de ponerse buenos.