Mario, 4 años: «No quiero ir al cole porque me hacen dibujar mucho»

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Mario, 4 años: «No quiero ir al cole porque me hacen dibujar mucho»
Mario, 4 años: «No quiero ir al cole porque me hacen dibujar mucho» ANGEL MANSO

Acompañamos a este pequeño a su primer día de clase en el último curso de Infantil

11 sep 2019 . Actualizado a las 20:07 h.

La media sonrisa de Mario lo dice todo: refleja ese nervio del primer día y la contradicción de querer ver a los compañeros, por un lado, y la tentación de querer quedarse en casa pegado a su mamá, por otro. Él, que tiene 4 años y pasa al último curso de Infantil, me lo explica con esa claridad que solo transmiten los más pequeños. ¿Quieres volver al cole?, le pregunto. «No, porque me hacen dibujar mucho», reponde de camino a clase. «No me gusta dibujar fichas, libros de fichas, prefiero dibujar un balón y también a Dori, la de Nemo».

Mario está contento porque va a ver a sus mejores amigos del cole, Carlota y Unai, y está deseando recuperar el patio para poder jugar al fúbol, que es lo que más le gusta. «En clase dibujamos y también leemos, aunque yo aún no leo», me explica mientras su madre, Eva, lo mira con ojitos de cordero degollado.

«Qué pena que empiecen»

«Me da mucha pena que empiecen, yo no soy de las que está deseando la rutina, porque tanto Mario como su hermano mayor, Mateo (que tiene 11 años), están más relajados en verano, lo noto mucho en su carácter; después les agobian las prisas y el estrés del horario fijo, sobre todo al mayor». Eva me cuenta que sus dos hijos, que cumplen a mediados de diciembre, tuvieron que incorporarse al colegio con tan solo 2 años y que a esa tempranísima edad ninguno lo llevó muy bien. «Mario lloró muchísimo cuando empezó, le costó adaptarse, pero una vez que lo hizo es verdad que ahora va contentísimo», apunta. Bueno, contentísimo, contentísimo, no; digamos lo suficientemente animado como para enfrentarlo, solo hay que ver lo que me acaba de confesar: «Cole sí, pero sin tanto dibujo». Su hermano Mateo, que ahora empieza la ESO, ya está en otra etapa, pero en Infantil fue, en palabras de su madre, «un horror». «Son muy pequeños, lloraba y tardó mucho en aceptarlo, porque feliz en realidad nunca fue en esa etapa. Además, se ponen enfermos con mucha frecuencia, así que es normal que durante los primeros años las familias estemos en ese desconcierto de un día bien y otro mal».

Acompañamos a Mario hasta la puerta del cole y sus nervios ya van aflojando, -«me toca una profe nueva, a ver quién es» me sonríe. «Le voy a decir que quiero dibujar un balón», me sopla al oído para lanzarse a darle un beso y un abrazo a su madre. «¡Pásalo bien, Mario!», suelta como un eslogan de ánimo deportivo Eva. La primera prueba está superada.