Pascual Ariño: «Tengo 16 pisos, he llegado a tener ocho hipotecas y vivo de alquiler»

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CEDIDA

Era policía, pero quería progresar y eso hizo que se le encendiera la bombilla. «Empecé a buscar inversión inmobiliaria muy rentable. Y conseguí comprar una casa cada año», señala

06 jul 2025 . Actualizado a las 16:23 h.

Para entender la historia de Pascual Ariño hay que realizar un cambio de mentalidad a la hora de entender el concepto de vivienda. Porque, mientras que para la mayoría de nosotros es un lugar donde vivir y disfrutar de la familia y los amigos, para él es simplemente un activo, un producto al que sacar rentabilidad. Aunque no siempre fue así. Pero con este cambio de mentalidad puede decir, a sus 38 años, que es el propietario de 16 pisos, que ha llegado a firmar hasta ocho hipotecas y que no reside en ninguna de ellos. Así es cómo este policía nacional de Alicante, que ya no trabaja como agente, ha logrado adquirir 16 inmuebles.

«Compré mi primera vivienda en el 2010. Me costó 180.000 euros y fue un error. Metí la pata, porque los precios siguieron bajando y perdí dinero. Pero en el 2013 quise compensar eso», cuenta el que fue agente de la Policía Nacional. «Ese año me abrieron un expediente en la policía que, al final, se archivó, porque no había hecho absolutamente nada, pero eso no me permitió ascender durante unos años», cuenta. Y como no hay mal que por bien no venga, esta circunstancia lo animó a buscar una inversión inmobiliaria «muy, muy rentable». «Y empecé a comprar una casa cada año. La segunda la compré con un préstamo personal. Y en el 2014, fue con una hipoteca. En el 2015, con otra. Y en el 2016, otra... Al final tuve ocho hipotecas», asegura. Claro, ante la perplejidad de semejante logro, Pascual responde que fue relativamente sencillo: «Los bancos me las daban, porque yo, con cada casa, ganaba más dinero. Pagaba una hipoteca de 200 o 300 euros, pero luego la alquilaba por 700, 800 o incluso 1.000 euros. Una de las casas la tuve como alquiler vacacional y sacaba 2.000 euros por dos meses. Entonces, solo con un mes de alquiler, ganaba más de lo que pagaba de hipoteca. Y el banco ve que eres solvente y que ganas más dinero con cada casa. Entonces, te da el dinero».

Pero ¿qué tipo de vivienda busca Pascual? «Yo he hecho inversiones de todo tipo. Alquiler vacacional, pero también alquiler tradicional, que es lo que más hago. Y alquiler por habitaciones. En cuanto a las propiedades, he comprado pisos de 30.000, 40.000, 50.000 euros, de 100.000 euros también... Me compré una nave por 240.000 euros... En fin. He tenido varias propiedades», dice. Pero, ¿cómo sabe que ese es el inmueble que tiene que comprar? Para él es muy sencillo: «La clave está en comprar con descuento, eso es lo más importante. Porque cuando inviertes te da igual que sea una casa u otra. Que tenga acceso o no lo tenga, que tenga una habitación o tres... Y luego, además de comprar con descuento, que tenga una rentabilidad muy alta. Yo le saco una rentabilidad mínima del 10 %. Entre un 10 y un 20 % de rentabilidad», explica, mientras aclara que el descuento, la mayoría de las veces, viene acompañado por algún problema que arrastre la vivienda. «Compras con descuento porque tiene algún problema. Ese problema puede ser una herencia familiar, y que se están peleando y necesitan el dinero ya. Puede ser que la casa necesite una reforma, puede ser que a lo mejor tiene un inquilino que le da problemas, puede ser que tenga un okupa... Hay gente que necesita dinero urgente. Entonces, puede ser por muchos motivos. Se trata de comprar con descuento. Y luego, que la rentabilidad sea de por lo menos un 10 %», insiste.

Pero no todo fue como la seda, al principio tuvo que hacer las reformas él mismo: «Como no tenía dinero para las obras, cuando terminaba de trabajar, me ponía a reformar los pisos. He aprendido a hacer un poco de todo, porque cuando empecé con las primeras inversiones, no tenía dinero para las reformas y ponerlas a punto». Pero reconoce que nunca se sintió ahogado por todo ello: «Lo que sí he tenido es mucho trabajo. Salía de trabajar y tenía que ponerme a reformar mis propios pisos. Pero no me he sentido ahogado, porque eran inversiones muy buenas en las que yo con cada piso ganaba más. Pero sí me he pasado alguna noche sin dormir pensando en cómo solucionar algún problema que te surge. Pero pensar en ‘vaya lío en el que me he metido y a ver cómo salgo de esta...’, eso no. Porque haciendo números ves que no hay ningún riesgo».

Hay oportunidades

A pesar de que ahora los precios están por las nubles, Pascual considera que todavía sigue habiendo inmuebles que merecen la pena. «Pues ahora mismo hay una casa en la que su precio sería de unos 70.000 euros, la he conseguido por 55.000 euros y se va a alquilar por 600 euros. Entonces, sigue habiendo oportunidades. Y la voy a poner en el club que tengo con mis alumnos, a ver quién la quiere comprar. Yo, esta misma semana, he hecho una compra de deuda. En vez de comprar la casa, compro la deuda. La estoy comprando como si yo fuera el banco. Compro la deuda de una casa que está a punto de embargarse y me cuesta 54.000 euros. Pero es una casa que vale 120.000 euros. Los bancos venden la deuda a un fondo de inversión y luego el fondo, que ha comprado la deuda por lotes y superbarata, me la ha vendido por 54.000 euros. Esto es otro tipo de inversión que estoy haciendo este año. Pero hay muchas formas. El piso que te comenté de 55.000 euros, es un piso normal y corriente», comenta.

Pascual ya no es policía desde el 2022. La rentabilidad que ha conseguido con el alquiler de sus inmuebles le permite vivir de una manera holgada: «Si sumo todos los alquileres y lo multiplico por 15, pues supero los 15.000 euros al mes de rentas. Yo voy a alquilar siempre al precio más caro que pueda, pero es verdad que tengo alquileres de 500 euros, incluso de 400 euros al mes, porque son de un piso que me ha costado 30.000 o 40.000 euros. Y eso es asequible, pero es el precio de la zona. Yo siempre digo que los precios los marca el mercado, no los marco yo».

Y, al contrario de lo que pueda parecer, este inversor inmobiliario no reside en ninguna de las casas que ha comprado: «Vivo de alquiler y pago 4.500 euros al mes. La casa en la que vivo no es rentable para comprar porque vale más de un millón de euros. Y para que lo sea, debería sacar por lo menos 10.000 euros al mes de alquiler, es un 10 %. Si tú tienes un millón, lo ideal es que te compres 10 casas pequeñitas de 100.000 euros y que obtengas 1.000 euros en cada una, así tendrás 10.000 euros de rentas al mes. Entonces, con esos 10.000 euros pagarás los 4.500 euros de alquiler y te sobran todavía 5.500 para vivir, disfrutar y demás. Por eso, las casas más caras no son las más rentables».

Por ahora, Pascual no tiene techo y tiene pensado seguir invirtiendo en inmuebles. No es difícil adivinar cuántos pisos llegará a tener en propiedad dentro de 15 años más: «Sin esforzarme, voy a llegar a los 30 mínimo. De eso no tengo ninguna duda. Luego ya, dependerá de lo que yo quiera. Al principio vivía por debajo de mis posibilidades para poder invertir y ahora la verdad es que estoy gastando bastante dinero. El colegio del niño, me cuesta 1.500 euros, el alquiler... Ahora vivo muy bien. Pero al principio no, trabajaba más que los demás. Y ganaba 6.000 o 7.000 euros y me los ahorraba para reinvertirlos. Y así se hizo la pelota más grande. Para mí no tenía ningún sentido gastarme el dinero en un iPhone o en un Mercedes, lo que me gustaba era tener libertad financiera y poder vivir de rentas». Y vaya sí lo ha conseguido.

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Cuenta que tal y como está su situación financiera no tendría que seguir buscando más oportunidades de inversión. «Podría vivir solo de rentas, lo que pasa es que como me gusta..., pues me dedico también a la formación y a enseñar que otra gente pueda hacer lo mismo que yo. Hago eventos y también busco chollos para otros. Hago un poquito de todo. Me gusta», dice, mientras explica que cuando dejó la policía ya era propietario de 15 inmuebles: «Y me tiré seis meses en el sofá sin hacer nada y jugando a la Play. Pero eso no me llenaba. Mi entorno no tenía el dinero que tenía yo, y tengo un hijo. ¿Qué hacía todo el día sin hacer nada? Y como me gustan las inversiones inmobiliarias, comencé a hablar de ellas en las redes sociales. Y así empezó todo».

Pascual concluye con una frase que nos gustaría decir algún día a cualquiera de nosotros: «Podría irme al Caribe y ponerme debajo de una palmera a tomar mojitos todo el día y no hacer nada. Pero tengo un niño de 4 años que necesita estabilidad y que tiene que ir al cole. Y también me gusta lo que hago».