Alicia Delicia, educadora sexual: «Con la masturbación no tienes que fingir posturas ni gritos»

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«Vamos a cambiar juntas ese discurso, sí está bien hacerlo y empieza a disfrutarte». Así lo dice esta joven feminista mexicana que comparte sus conocimientos sobre educación sexual para mujeres adultas en las redes. Aunque le han censurado cinco veces su perfil de Instagram, no se detiene

21 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Alicia Gómez (1990) , más conocida como «Alicia Delicia» en las redes, es directa, inteligente, libre, pero sobre todo feliz. «Me costó, pero ya lo soy», cuenta. Para ella no hay tabús y mucho menos cree en estereotipos. Ama masturbarse e invita a todas que lo desean, a que lo disfruten sin vergüenza y con naturalidad, porque es un proceso de descubrimiento del cuerpo. «Que hoy hablemos de sexualidad, placer y masturbación abiertamente, sobre todo las mujeres, es un avance», señala. Pero, insiste, queda mucho por desaprender y aprender. Este puede ser un buen comienzo. Así que despójate de prejuicios para leer estas líneas, toma nota si es necesario, y ponte cómoda. Ya dirás si ves las estrellas.

-¿Por qué las mujeres deberían masturbarse? ¿Tiene beneficios hacerlo?

-Claro. La práctica de la masturbación con el objetivo de obtener placer sexual ha existido siempre y tiene sentido, porque estás descubriendo tu cuerpo y te das cuenta de que se siente rico. Con los órganos sexuales tenemos mucha conectividad, y es aquí donde aparecen los beneficios. A nivel anatómico, el cuerpo está regulado por el cerebro, que tiene un montón de conexiones específicas con el clítoris que, cuando se toca, se enervan estos nervios y generan estabilidad, razón por la cual se siente ese alivio y ese placer, porque está hecho para liberar estrés y hacernos sentir bien a nivel corporal. Pero creo que hay un trasfondo social mucho más fuerte: «Yo soy dueña de todo esto porque mi cuerpo me pertenece». Entonces, escoger mirar mi vulva y estimularla es muy potente en un punto en que nos han enseñado que como mujeres existimos para los demás, y nunca para nosotras. Y el explorarse es importante, porque es clave para construir una autoestima, sentirse cómoda, feliz, conocerse... y eso se puede conseguir a través de la masturbación. Además, una de las mentiras más crueles que se han contado una y otra vez, es pensar que todos vamos a sentir lo mismo con todo tipo de estimulación. Y con la masturbación, de pronto está esa libertad de poder decir: «No, aquí voy a hacer lo que me sienta bien», porque es por mí y para mí, sin fingir posturas, ni gritos, porque estoy conmigo.

-Entonces ¿no existen razones para que no se practique?

-La única razón para no masturbarse es que no quieras hacerlo. Pero que sea una elección, que sepas que puedes hacerlo y disfrutarlo, y también cuando no quieres. Y lo que sucede con esto, es que se nos dice una y otra vez que no lo debes hacer y que es malo, basándose en un montón de mitos y desinformación como que no te va a gustar, que vas a perder sensibilidad, que te van a salir pelos en las manos, que te vas a volver te infértil. Mentiras ridículas que han influido en que muchas mujeres hasta la fecha no se toquen porque sienten miedo, vergüenza o culpa, porque se les dijo una y otra vez la misma mentira hasta que se volvió una verdad en su cabeza.

-¿Lo primero es conocerse y saber lo que nos gusta a nivel individual?

-Antes que eso, yo diría que hay que conocer la teoría. Si a mí se me acercan y me enseñan una vulva y me dicen: «Aquí tienes labios externos, internos, un capuchón y el clítoris», tú ya tienes una anatomía de placer, y así es más fácil luego en tu privacidad conocerte y empezar a estimularlo. Tener información que respalde a nivel teórico es importante, porque conozco mi anatomía y a partir de ahí exploro y descubro lo que me gusta. Cuando lo tengo claro, entonces puedo compartirlo con alguien más y decir: «Esta es mi anatomía, así funciono, esto me gusta y esto no». Y el ser capaces de hacer esa reflexión nos da autonomía.

-¿Cómo debemos naturalizar la práctica de la masturbación con la pareja?

-Que cada quien sepa que se puede dar placer y que esta práctica individual, puede invitarse a que sea compartida. El verse ambos sirve también para visibilizar cuáles son las cosas que haces que te dan placer y explicarle al otro: «Me enfoco en esto, espero tanto tiempo para tocar tal zona, esta es la velocidad que me gusta, el tipo de movimiento, la presión que hago...». Es importante dejar esto claro si lo que buscas es sentir placer y elevar tu vida sexual, gozarla con tu pareja. Los juguetes sexuales son una gran herramienta para facilitar este proceso y habilitar esa comunicación.

-¿Los recomiendas para complementar esa búsqueda de placer ya sea sola o en pareja?

-Pues sí, porque los juguetes hacen lo que nosotros no podemos, que es vibrar, porque muchas veces esa estimulación es específica. Creo que hay luego cierta fragilidad, en especial con los hombres, de decir: «Es que si tienes un juguete sexual me vas a cambiar». Y no, porque un juguete jamás te va a poder dar la experiencia de estar con otra persona, pero sí tiene sentido que yo quiera terminar una relación si yo veo que a ti no te interesa mi placer y pasarlo bien, que no tiene que ver con el juguete sexual, sino con tu interés o falta de interés en que lo pasemos bien en algo tan importante dentro de la relación.

-¿Qué factores intervienen para saber si está siendo placentero ese amor y esa práctica con otra persona?

-Pues el diálogo y la honestidad, y eso muchas veces implica que cada uno haga su trabajo psicoterapéutico e individual. Si todo está perfecto y no hay nada que cambiar, pues genial, pero la mayoría dice: «Se podría mejorar». Entonces esto se vuelve una elección de cómo quieres vivir o no tu relación.

-¿Qué formas y métodos hay para masturbarse?

-Hijoley. [Exclama como si no le alcanzara el tiempo para explicar]. Es un proceso amplio donde se tienen que tener en cuenta muchos factores, desde cómo te gusta, posiciones, movimientos, estimulación y, también, los genitales que tengas. Quizás ayudan más los vibradores porque son un poco más intuitivos. También es muy agradable tener lubricante a mano, porque te ayuda a explorar la zona y a que sea más placentero. Pero hay quien prefiere frotarse sobre una almohada, con su mano, con el chorrito del agua...

-Desde que nacemos existen muchos prejuicios alrededor de los genitales femeninos y la educación sexual ¿Ha habido cambios al respecto?

-Ha habido tres cambios importantes. Por un lado está el acceso al conocimiento, que no venga marcado por un juicio moral. Por otro, las plataformas de comunicación han cambiado, porque somos muchos compartiendo conocimiento y contenidos, aunque haya censura. Por último, y muy importante, están los feminismos, las oleadas de mujeres que han venido a abrir espacios y a nombrar esas injusticias para que el resto podamos decir: «Sí, es cierto, no es normal que vivamos estas opresiones». Estas tres situaciones han permitido cambiar la manera de ver nuestra sexualidad. Y ahora, por ejemplo, existen personas como yo, que hacemos mucho trabajo a través de las redes. Y si a ti no te interesa, lo respeto, pero a mí me hubiera encantado tener esta información antes. Por eso me encargo de facilitarla y he visto cambios muy marcados sobre masturbación, sobre cómo se interviene el vello púbico, y la apropiación de la diversidad de cuerpos para poder disfrutar tu sexualidad más allá de tu corporalidad, en especial con la gordofobia.

-Y a los más jóvenes, ¿cómo hay que educarlos? ¿Qué herramientas o consejos puedes ofrecer para las madres y padres?

-Más que educar a los hijos, sé tú un ejemplo de congruencia contigo misma y el resto aprenderán con el ejemplo. Esto lo he vivido yo mucho a nivel personal. Mi mamá y mis tías no me hablaron sobre esto, por eso yo las eduqué a ellas, porque decidí ser el ejemplo. No es que lo conozca todo, pero sí hice muy público el decir: «Yo no sé de mi anatomía, voy a aprender qué está pasando acá y voy a explorar». A veces lo que sucede, que ya me ha pasado con un montón de madres, es que me dicen: «Pero ¿cómo le digo a mi niña?, no quiero que crezcan con este miedo». Lo primero que les recomiendo es conocer su propia anatomía y vivirse con amor, porque es muy difícil que llegue algún mensaje de algo que no aplicas en tu vida. Esto se traduce en lo que te decía antes, se aprende con el ejemplo. Si saben que pueden hablar de su vulva, de menstruación, de comprar un juguete sexual, entonces cuando alguien más -incluyo mis hijas- se quiere acercar a mí, sabe que tiene esa libertad de pregunta porque lo han visto normalizado.

-Realizas talleres prácticos sobre educación sexual donde participan mujeres de Latinoamérica y otros países. ¿Ha sido otra manera de lanzarte al activismo?

-Empecé yendo de invitada a talleres viajando por todo México hasta que llegó la pandemia y empecé a hacerlos online. Ha sido como una escalera social que el feminismo me ha ofrecido. La respuesta ha sido abrumadoramente buena. El último taller de masturbación estuvo lleno y los comentarios son superpositivos. He abierto mi plataforma para dar esta educación de manera más explícita en torno al placer, porque al principio hablaba de anatomía, de infecciones de transmisión sexual, pero a la hora de abordar el propio disfrute surgían las dudas. Por eso he decidido hacerlo explícito y hablar de todo. También ha sido interesante cómo algunos hombres quieren venir a aprender -aunque no es su público objetivo-, aún sabiendo que van a escuchar a una mujer feminista con mucha crítica social. Y todo esto está disponible en mi otra cuenta de Instagram (@aliciadeliciatelleres) donde pueden inscribirse y ver las fechas.