Un bar de A Coruña hacen cada una con dos kilos de patatas y un mínimo de quince huevos
08 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Es un local de culto sin pretenderlo. El hecho de que la cocina esté al lado de una ventana que da a la calle hace que se paren turistas y curiosos. Debo reconocer que más de una vez me detuve para ver cómo cocinaban. No es el mismo concepto de los restaurantes gastronómicos que se puso de moda años atrás. No, aquí ves sin artificios de ningún tipo cómo Javier Otero prepara unas tortillas de escándalo. Presencias en primera fila el modo en que bate decenas de huevos mientras las cáscaras esperan a ser recogidas. No lo hace de cara a la galería. Pero lo de la ventana es una anécdota divertida, lo importante es el resultado final. Se llama bar Pontejos, está situado a unos metros del mercado de San Agustín de A Coruña, y, sin querer, hasta figura entre las recomendaciones de la guía Repsol. «Nos dieron el Solete hace un mes. Para nosotros es un éxito, pero lo que de verdad nos satisface es la cantidad de gente que viene, en especial los jóvenes», analiza este hostelero de 58 años que cuenta con la ayuda de su mujer, Loli Castiñeira.
LAS CIFRAS DE LA TORTILLA
Javier llega al bar antes de que amanezca. Y no para hasta después del anochecer, sean los días largos o cortos como ahora. Sabe que a media mañana entra el hambre y hay que sacar las primeras tapas de tortilla, el símbolo del local. «Siempre fui un loco de este plato. Mi madre la hacía espectacular y yo sigo esa línea. Te puedo contar que cada tortilla de las mías lleva casi dos kilos de patatas y, mínimo, quince huevos. Generalmente la hago sin cebolla, pero a veces me la piden con ella y no tengo problema en prepararla», confiesa desde el bar que abrieron sus suegros hace casi medio siglo y en el que pocas cosas han cambiado con el paso de los años. «Lo que varió es que ahora hacemos mucho más de todo: callos, ensaladilla, cocido los jueves y cantidad de tortillas. Cada una nos da para nueve tapas, así que cada pincho lleva más de un huevo», calcula. Si están iniciando el año con propósitos nutricionales tengan en cuenta este aspecto. Con una tapa del bar Pontejos ya tienes la ración de clara y huevo diaria que aconsejan. La solera, la ventana y la cocina hacen de este local algo singular.
REGO DAS XESTEIRAS
Hace unas semanas les hablaba de los primeros bueyes del monte Xalo. Entonces fui para hacer el reportaje y me entraron ganas de volver para hacer una caminata por la zona. Me pareció espectacular y muy cuidado el Rego das Xesteiras, que arranca al lado de la Torre de Celas de Peiro, en el concello de Culleredo. La subida al monte es empinada, pero «tampoco son los Picos de Europa», me comenta Joaquín, de la comunidad de montes. Acabé en Castelo, la tierra de Xosé Antonio Touriñán. Después de tanto esfuerzo hay que reponer fuerzas, así que me acerqué hasta Casa Bibiana. Como le sucede al bar Pontejos, es de esos locales que nunca deberían desaparecer. Pedro, el dueño, me agasajó con una tapa de callos y, por si me había quedado con hambre, trajo la segunda. Después, una fuente con un poco de cocido, pulpo y carne asada de la que se deshace en la boca. Una buena manera de empezar el 2022.