Jamón y De Niro

YES

Madrid Fusión | Efe

19 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En la imagen Robert de Niro ataca con un cuchillo jamonero una imponente pata de cerdo ibérico alimentado con bellotas. Es un regalo del actor al sector de la chacinería española de lujo, una campaña de promoción mayúscula que abrirá un pasillo dorado a las ventas de guitarras al star system más glamuroso de la Tierra. Recordemos que hace no tanto los jamones se metían en Estados Unidos de contrabando, entre las mudas de ropa interior y el neceser. Hasta el año 2007 las patas estaban prohibidas por el veto al porcino español. Ese año, el tío Sam le dio la visa, aunque la relación del jamón con los yanquis ha seguido siendo tumultuosa, con atisbos de belicismo alimentario. Desde hace un par de años, dos empresas curan en Georgia patas de cerdos que en lugar de bellotas comen cacahuetes y semillas de girasol. Los cochos son hijos de reproductores adquiridos hace una década en Sevilla, con lo que los chanchos yanquis pelean por el mundo con la etiqueta de «ibéricos», aunque su trote acontezca por las lejanas tierras de Atlanta.

Ese simbolismo nacionalista español que se le concede al jamón lo suscribió en el año 2016 Mariano Rajoy. Barack Obama visitaba España. El rey le regaló una edición en inglés de El Quijote; Pablo Iglesias un libro sobre la Brigada Lincoln que combatió en la Guerra Civil y el entonces presidente un formidable pernil acompañado de su jamonero y su cuchillo. Nunca se llegó a confirmar el traslado del manjar a los EE.UU., pues la entrada de productos cárnicos para consumo personal está prohibida.

Así que por muchos motivos, la imagen de De Niro embelesado ante el ibérico tiene una importancia cultural mayúscula. Pero para las admiradoras de su Travis, de su Vito, de su Max Cady, de su Jack Lamota, esa fotografía del actor concentrado hasta enseñar la lengua por la comisura lo convierte en lo más parecido al tío carnal de la familia encargado de cortar el jamón para entretener el arranque de la Nochebuena.