Eduardo Eiroa: «La presbicia se ha adelantado diez años o más por el uso del móvil»

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MARCOS MÍGUEZ

Esa dificultad para enfocar cuando queremos leer algo de cerca ya se diagnostica en la treintena. No podemos prevenirla ni retrasar su evolución, advierte el presidente de los Ópticos-Optometristas de Galicia

12 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Defecto óptico caracterizado por la visión confusa de los objetos cercanos, cuando, a causa de la edad, disminuye la capacidad de acomodación del ojo. Esa es la definición de la Real Academia Española para la presbicia, pero nuestro estilo de vida ya la está modificando. Y no para mejor. «Algunas veces sí nos pasamos un poco, en el sentido de que el número de horas que estamos delante de una pantalla es muy superior a lo recomendable», advierte Eduardo Eiroa, presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia.

—¿Ya podemos hablar de una presbicia que no se asocia con la vejez?

—Los síntomas se empiezan a apreciar antes debido a que la demanda visual que tenemos en los tiempos actuales es mayor. Si el trabajo en visión de cerca era ocasional hace unas cuantas décadas, sobre todo en lo referido a la lectura, ahora es prácticamente continuo. Los avances tecnológicos nos obligan, tanto en el trabajo como en el ocio, a mirar en distancias próximas, sobre todo textos de tamaño pequeño en dispositivos digitales. Y los niños ya no digamos.

—¿Gastamos más la vista con todo esto?

No tiene por qué. Pero algunas veces sí nos pasamos un poco, en el sentido de que el número de horas que estamos delante de una pantalla es muy superior a lo recomendable. Realmente la presbicia es una consecuencia de la incapacidad de mantener el enfoque visual a una distancia aproximada de 35 centímetros durante un tiempo prolongado. La amplitud de acomodación es muy alta en los niños, y va disminuyendo según avanzamos en la edad. No es que aparezca de repente, se va perdiendo desde una edad muy temprana, pero no lo notamos hasta que el problema de enfoque no llega a la distancia de la lectura.

—Se puede adelantar por el uso que hacemos?

—Lo que se adelantan son los síntomas, al estar trabajando de cerca durante mucho tiempo. Además, según el problema refractivo que tú puedas tener de lejos, puedes notar la presbicia antes o después. Por ejemplo, si tienes miopía y no la tienes corregida en uno o en los dos ojos no percibes la presbicia, porque ese ojo enfoca de cerca y te permite ver de cerca sin necesidad de gafas. Si eres hipermétrope y no estás corregido, puedes ver bien de lejos sin necesidad de gafas, pero sí vas a percibir la presbicia mucho antes, porque tiene que realizar el esfuerzo acomodativo con el hándicap de que ya partes de otro esfuerzo acomodativo para ver de lejos, con lo que al problema de lejos le sumas el de cerca. Esa persona igual no nota el problema a los 40 años, a lo mejor ya lo hace a los 30.

—¿Cuánto se adelantó el diagnóstico?

—Esto está relacionado con la actividad que hagamos. En la mayoría de la población, hace escasos 50 años se notaba solamente cuando se cubría la quiniela en el caso de los hombres, o cuando no podían enhebrar la aguja las mujeres. La lectura estaba muy limitada. Como especie, hemos evolucionado para ver de lejos la mayor parte del tiempo y ocasionalmente de cerca. Esto se ha invertido y encima está creciendo de forma exponencial. Por eso empezamos notando el problema no a los 50 años, sino a los 40 o antes. El diagnóstico se ha adelantado diez años, o incluso más, por el uso del móvil y demás dispositivos.

—¿Cuál es el primer síntoma?

—Cuando empezamos a alargar los brazos para alejar lo que queremos enfocar. Pero es que a 50 centímetros el tamaño de la letra que miramos, si ya es pequeño, todavía lo vamos a ver más pequeño al alejarla.

—Luego están los que bajan las gafas hasta la punta de la nariz.

—Eso se hace con la gafa de lejos ante determinadas circunstancias. Por ejemplo, con graduación monofocal de lejos, si se aleja la gafa de la nariz se produce un aumento aparente de la imagen para los hipermétropes. El miope vería peor. Lo que hace es quitarse la gafa, porque enfoca bien a distancias próximas y ve mal de lejos.

—Una vez que aparece la presbicia, ¿puede retrasarse su evolución o va siempre tan rápido?

—Eso es un poco como cuando tú ves venir un tren de lejos. Se va acercando poco a poco. Y de repente, cuando te pasa por delante, lo ves pasar a toda velocidad. Con la presbicia pasa lo mismo. Vas perdiendo la capacidad acomodativa poco a poco. Es progresiva, no se vuelve más rápida con la edad. Pero cuando llega a la zona de esos 30 o 40 centímetros de distancia con la imagen que quieres ver, es cuando la percibes. En tu vida has notado nada, y lo haces en un año o dos.

—¿Si tomamos medidas podemos ralentizarla?

—No, la pérdida no la vas a ralentizar, solo puedes aminorar los efectos. ¿Cómo puedes arreglártelas cuando ya tienes dificultades para enfocar? Con más luz, porque le das más densidad de información a la retina y amplías la profundidad de campo del ojo. Otro truco es guiñar un poco los ojos, porque con eso mejoras la capacidad de enfocar. Pero esto sirve para salir del paso en un momento determinado, como leer la carta de un restaurante o un WhatsApp, pero ya. Hay que ir al óptico-optometrista y graduarse la vista.

—¿Cómo se corrige?

—Se pueden reducir los síntomas con unas gafas monofocales. Muchas veces se compran las premontadas que venden en farmacias, bazares, gasolineras... Más que gafas son lupas sin una potencia garantizada, no son lentes oftálmicos, no tienen calidad óptica... Te permiten enfocar, pero solo sirven para usarse de forma muy circunstancial y breve, porque no se adaptan a nuestra graduación. Aplican el mismo grando a ambos ojos, cuando no es habitual que ambos ojos tengan la misma graduación, y la alineación de los ejes visuales no coincide con los del usuario. Lo que sucede es que mucha gente las utiliza todo el día, y entonces empiezan los problemas: dolores de cabeza, mareo, malestar... Eso acaba derivando en consultas médicas neurológicas o pruebas costosas para el sistema sanitario, cuando en realidad todo el problema viene de esto.

—¿El uso de las gafas para la presbicia va aumentando progresivamente o se deben utilizar durante todo el día?

—Todo va en función de la actividad visual que tenga la persona que las vaya a utilizar.

—¿La presbicia se puede operar?

— A nivel quirúrgico, se pueden adaptar lentes de contacto intraoculares o hacer una operación de cirugía refractiva que consiste en focalizar un ojo a nivel de córnea para visión de cerca y dejar el otro para visión de lejos, lo que se denomina monovisión. No es especialmente conveniente. Y la lente intraocular tampoco, porque implica una alteración que entraña riesgos, son irreversibles, y el ojo no será sano como antes de la intervención. Hay que vaciar el cristalino, lo cual no deja de ser una aberración en un ojo sano. Cuando hay una catarata, no queda más remedio que limpiar el cristalino o vaciarlo para poder ver bien, pero no es el caso. La de la miopía es diferente, porque se interviene la córnea, se cambia la curvatura corneal. Y también se pueden poner lentes dentro del ojo, pero sin quitar el cristalino.