UNA COLECCIÓN inspirada en un jarrón de Sargadelos hecha con inteligencia artificial llevó a Esther Souto a la final del certamen mundial de moda de esta categoría
04 dic 2023 . Actualizado a las 16:59 h.Esther Souto es el ejemplo de que nunca hay que perder la ilusión. Esta coruñesa de 41 años estudió Diseño de Moda en Goymar hace más de 20. Su gran momento llegó ahora, de la forma más inesperada: la diseñadora se embarcó en el mundo del diseño a través de inteligencia artificial, un nuevo modelo que no para de crecer y que supone el trampolín para muchos jóvenes diseñadores de todo el mundo. Su colección, inspirada en un jarrón de Sargadelos, fue seleccionada para la pasarela mundial de inteligencia artificial AI Fashion Week, un certamen con diseñadores emergentes de todo el mundo, en el que Esther fue seleccionada como una de las finalistas para desfilar.
«Esto es algo que se mueve a una rapidez brutal». Para Esther, este desfile «es un nuevo formato para ir introduciendo en las grandes pasarelas este tipo de producto, dándole voz a los diseñadores emergentes y, también, es el futuro que se le presenta a la moda». La clave es la sostenibilidad: «Para hacer esta colección no usé ningún tipo de tela ni de recurso de tejido. Lo bueno es que si el producto encaja ya se realiza el diseño final. Es el punto que le faltaba a la moda». Su idea de una moda más sostenible le viene ya desde que empezó a estudiar. «Ya en ese momento compraba ropa de segunda mano y tenía conciencia del impacto que tenía la moda», explica y añade: «En ese momento mi pareja trabajaba en 3D y tenía un compañero que hacía vestuario de manera digital, y a mí me flipaba. Siempre lo vi como algo que tenía que hacer. Me fue atropellando la vida y antes sentía que cuando hablabas de 3D en la moda era algo friki. Ahora se ha dado el caldo de cultivo ideal para desarrollar esa creatividad».
Esther recuerda todo el camino que recorrió hasta llegar hasta aquí. Desde sus inicios en Caramelo —«fue mi escuela, allí conocí la realidad del trabajo y me formé con los mejores compañeros y equipo humano», señala—, hasta pasar por el mundo del maquillaje. Después de la pandemia, a Esther se le abrió un nuevo camino: «A través de una compañera descubrí el mundo de la inteligencia artificial. Fue ella la que lanzó un curso y decidí apuntarme. Ahí me di cuenta de lo rápido que avanza todo, de cómo algunas herramientas se quedan obsoletas y de lo importante que es actualizarse».
Su colección Zian viene de un ejercicio de clase, y tomó como referencia un jarrón de Sargadelos, en concreto un diseño con más de cien años de historia que se puede ver en el MoMa de Nueva York, «una pieza que me recuerda a mi infancia». «Lo que hice fue transformar volúmenes y formas en prendas confeccionadas con tejidos índigo, una fusión entre tradición y modernidad». Hay vestidos con imágenes, diseños gráficos llamativos, denim y mucho volumen. El nivel de detalle llegó hasta los complementos. Para llegar a la final de este certamen mundial, que este año celebra su segunda edición, la diseñadora tuvo que superar varias pruebas y completar una colección de 30 diseños.
Su Zian todavía puede volar más alto y llegar hasta Nueva York. «Hay un premio para los tres ganadores: tienen una mentoría de un año y podrán desarrollar la colección para desfilar el año que viene en la pasarela oficial como diseñador emergente. Además, las prendas se venderían a través de la página Revolve, que vende diseños de alta gama de jóvenes diseñadores emergentes y también consolidados». Para Esther es un pasito más en su carrera. «Trabajo para varios proveedores del sector textil y creo que la inteligencia artificial puede ser algo bueno para mi trabajo, para optimizar recursos». Estos días Esther sigue soñando con su colección y su paso por la pasarela de Milán. «Estoy muy agradecida por el apoyo y por todo lo que estoy viviendo. Es como volver a soñar, como volver a tener 18 años».