Edith Head, la mujer de los ocho óscares

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Edith Head, la mujer con más Óscares de la historia.
Edith Head, la mujer con más Óscares de la historia. -

Ninguna mujer, en ninguna categoría, ha ganado tantas estatuillas. Desde los años 20 a los 70, creó algunos de los diseños más famosos de la historia del cine

22 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

De La heredera (William Wyler, 1949) a El golpe (George R. Hill, 1973), la carrera de Edith Head podría resumirse en un récord: con ocho estatuillas, es la mujer que más premios Óscar ha ganado. Del blanco y negro al color, del cine de época a la moda más actual, la diseñadora de vestuario más famosa de Hollywood vistió a actrices y actores de todas las épocas, trabajó para los mejores directores, y creó algunos de los diseños más reconocidos del cine. Puede, incluso, que robase una estatuilla a un joven diseñador. Y que le hiciese un vestido a otra, para que no estuviera desnuda. Cuando una trabaja durante seis décadas, las leyendas son inevitables.

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Dos Óscares en un año

Edith Head llegó al cine en los años 20, y aprendió a dibujar de la mano del diseñador Howard Green. Aprovechó su oportunidad cuando otro de los grandes, Travis Benton, le confió el vestuario de Clara Bow, la gran estrella de la Paramount. Y se dedicó a escuchar a todas las nuevas actrices, que adoraban trabajar con ella. Cuando Benton se fue, ella se convirtió en la jefa de vestuario del estudio, y no dejó de trabajar hasta finales de los años 70.

Uno de sus grandes méritos es su capacidad para entender lo que necesita el director y la película, sin dejar de tener un estilo propio, pasando de la moda más contemporánea, de los diseños para el día a día de los personajes, a la fantasía más absoluta que le permitía, sobre todo, el paso al color. Cómo olvidar el abrigo de peluche rosa, a juego con la peluca, que luce Shirley MacLaine en Ella y sus maridos (J. Lee Thompson, 1964). O los fastuosos modelos de Hedy Lamar en Sansón y Dalila (Cecil B. DeMille), plagados de lamés y exóticas colas de plumas de pavo real, que le valieron un Óscar en 1951.

Un homenaje animado. El flequillo, las gafas: Edna, la diseñadora de «Los increíbles», está basada en la diseñadora (con toques de la actriz Linda Hunt y la editora Anna Wintour).
Un homenaje animado. El flequillo, las gafas: Edna, la diseñadora de «Los increíbles», está basada en la diseñadora (con toques de la actriz Linda Hunt y la editora Anna Wintour). -

En una época en la que los premios de Hollywood aún distinguían entre cine en blanco y negro y color, en aquella ceremonia se llevó otra estatuilla por Eva al desnudo (Joseph L. Mankiewicz). Sí, ella también diseñó aquel maravilloso vestido negro con el que Bette Davis pide a sus compañeros que se abrochen los cinturones, ante una jovencísima Marilyn Monroe con un modelo drapeado blanco, a juego con un abrigo de piel.

Hedy Lamarr y Grace Kelly, dos de las musas de Edith Head
Hedy Lamarr y Grace Kelly, dos de las musas de Edith Head -

Con aquel doble premio, Head dejaba claro su poder en Hollywood: podía diseñar cualquier cosa, y todo lo hacía bien. En aquella década de los 50, tan fructífera para ella, ganó otro Óscar al año siguiente, por el vestuario de Un lugar en el sol (George Stevens), con aquel legendario vestido beis de tul y flores con el que Elizabeth Taylor bailaba con Montgomery Clift.

La polémica Givenchy

Dos años después se cruzó en su camino una (casi) debutante Audrey Hepburn. A Head le encargaron el vestuario de Vacaciones en Roma. Ya había trabajado con el director William Wyler en La heredera, con la que ganó su primer Óscar, y esta colaboración, con aquella sencilla camisa blanca y la falda de vuelo con la que Hepburn se enamora de Roma y de Gregory Peck le valieron su tercera estatuilla. Y Hepburn inició una carrera de infarto. Billy Wilder la fichó para Sabrina, y le recomendó pasar por las grandes casas de alta costura de París para escoger algunos diseños para la segunda parte de la película.

El jovencísimo Hubert de Givenchy firmó el diseño del traje de chaqueta negro con el que Sabrina vuelve a casa, el icónico palabra de honor blanco bordado con el que deslumbra en el baile, y el vestido negro con lazos en los hombros. A Head, aquella idea de compartir vestuario con Givenchy no le hizo ninguna gracia. Y lo dejó clarísimo. Un dolor de cabeza más para Wilder en un rodaje que fue una migraña permanente, con Bogart de morros y páginas de guion escritas horas antes de rodar. El diseñador francés ni siquiera figura en los títulos de crédito... y Head no lo mencionó en los agradecimientos cuando recibió un Óscar por aquella película. De hecho, insistió toda su vida en que el vestido negro de los lazos era obra suya. Sobra decir que se detestaron el resto de su vida, aunque Head sería la supervisora del vestuario de Una cara con ángel (Stanley Donen, 1957) y Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961), en los que sí figuraba Givenchy como autor de los trajes de Hepburn.

Con Wilder, por cierto, ya había trabajado unos años antes en una de sus obras maestras: Gloria Swanson se dirige a su deseado primer plano en El crepúsculo de los dioses con sus diseños.

El tándem con Hitchcock

De la elegancia años 40 con la que viste Ingrid Bergman en Encadenados (1946) a la locura colorista de La trama (1976, la última cinta del director), Head fue la cabeza que entendió cómo Alfred Hitchcock visualizaba a algunos de sus personajes más recordados. Vistió a Grace Kelly en La ventana indiscreta y Atrapa a un ladrón, con diseños como el vestido blanco y negro de la primera o el azul celeste de la segunda, mil veces copiados después. Trabajaron juntos en Pero ¿quién mató a Harry?, y en la segunda versión de El hombre que sabía demasiado. Firmó dos trajes de chaqueta para la historia: el gris que James Stewart impone a Kim Novak en Vértigo, y el verde de Tippi Hedren en Los pájaros. A Hedren la vestiría también en Marnie, la ladrona. Y aún se encargaría del vestuario de Cortina rasgada y Topaz, casi al final de la carrera del británico.

El sastre a rayas de Robert Redford, el borsalino de Newman (incluso en camiseta), las grandes solapas del abrigo camel de Lonnegan (Robert Shaw). El cuidadísimo vestuario de El golpe le dio su último Óscar, en 1974.
El sastre a rayas de Robert Redford, el borsalino de Newman (incluso en camiseta), las grandes solapas del abrigo camel de Lonnegan (Robert Shaw). El cuidadísimo vestuario de El golpe le dio su último Óscar, en 1974. -

Fuese en blanco y negro o en color, Edith Head tocó todos los géneros y todas las épocas. Vistió a Mae West en la era previa al código Hays. Bordó musicales en los que podía explotar su imaginación, como Noches en la ciudad o Navidades Blancas, bíblicas como Los diez mandamientos, comedias como Descalzos por el parque o Un gánster para un milagro, y dejó su impronta en un puñado de joyas del oeste: con Howard Hawks en El Dorado, con John Ford en El hombre que mató a Liberty Valance, con John Sturges en Duelo de titanes y El último tren de Gun Hill. Y cuando el wéstern ya había entrado en el crepúsculo, se encargó de vestir a Paul Newman y Robert Redford en Dos hombres y un destino. Con los dos (y el director George Roy Hill) repetiría unos años después en la fantástica El golpe. Cumplía sesenta años al pie del cañón, y por el vestuario años 30 de este clásico se llevaría su último Óscar, con el que cerró su leyenda.