Karla Fernández, maestra internacional de ajedrez que trabaja en Galicia: «No me veo teniendo jefe, prefiero manejar mi tiempo»

Alejandra Ceballos

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Karla Fernández, profesora de ajedrez en Galicia.
Karla Fernández, profesora de ajedrez en Galicia. MARCOS MÍGUEZ

DE CUBA A ESPAÑA. Karla Fernández, profesora de ajedrez, logró labrarse un futuro dando clases en Galicia. «Comencé con ocho estudiantes y hoy tengo tantos que he perdido la cuenta», afirma. ¿Cuál es su secreto?

10 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Karla Fernández es cubana, ostenta el título de maestra internacional de ajedrez, es profesora de este deporte y se ha embarcado en la arriesgada aventura de ser autónoma.

Comenzó con este juego intelectual cuando tenía 8 años y desde entonces no ha parado de jugar y competir a nivel nacional e internacional. Estudió Deporte en Cuba y llegó a España para hacer una maestría enfocada en investigar los beneficios del ajedrez para las personas con TDAH. Hoy hace un doctorado en la materia.

Antes de venir a Galicia, trabajaba por cuenta ajena en Cuba y no se imaginaba, de ningún modo, que terminaría adscrita al sistema de autónomos en España. «Ya sabía que la situación con las cuotas era difícil. Además, siendo migrante y recién llegada, nunca pensé que tendría el valor y las formas legales de ser autónoma», comenta Karla.

Sin embargo, su llegada en el 2022 coincidió con un cambio en la ley de extranjería que permitía a los inmigrantes trabajar mientras realizaban sus estudios, además dio con un club de ajedrez donde sus compañeros la animaron a hacerse autónoma desde el primer momento. Así que cambió de planes rápidamente. Con el club Alexandre Bóveda, consiguió un equipo con el cual participar en la liga de honor gallega de ajedrez, siendo el primer tablero, y la única mujer con dicho título.

 «Lo más difícil es no saber cuánto vas a ganar a final de mes. Sobre todo en verano»

APOYO FUNDAMENTAL

Este año también está jugando la liga gallega. Para ella, el club significó un grupo de personas que la han impulsado a sacar su negocio adelante. «Jelena Kolar y su esposo, que forman parte del club, llegaron a España hace 30 años y también se hicieron autónomos para dar clases, así que ellos me animaron y me explicaron sobre el mar de posibilidades que implica trabajar por cuenta propia», relata Karla agradecida. «Me di cuenta de que es más fácil montármelo por mi cuenta que buscar un trabajo. Así que comencé a participar en torneos, a poner carteles por la ciudad y conseguí que me prestaran un salón en el Círculo de Artesanos», narra.

Pronto vio resultados. «Comencé con 8 estudiantes nada más, y hoy tengo tantos que he perdido la cuenta», dice orgullosa. Cuando le preguntan sobre su situación laboral, Karla no tarda en expresar lo cómoda que está. «Lo mejor es que puedo organizar mis horarios, y elegir la metodología que quiero seguir con mis estudiantes. No me gustaría que me dijeran qué enseñarle a mis alumnos», expresa. Sin embargo, es consciente de que no todo es color de rosa. «Lo más difícil es manejar la incertidumbre, no saber cuánto vas a ganar a fin de mes. Sobre todo en verano, por ejemplo, que sabes que hay menos clases. No puedes planificar tanto como te gustaría. Pero, por lo demás, no me veo teniendo un jefe. Sobre todo, porque haciendo el doctorado, la situación ideal es poder manejar mi tiempo», asegura.

EL BOCA A BOCA

Si alguien le preguntara cuál es su secreto, Karla diría que no tiene ninguno. «No tengo idea de cómo vender ni promocionar nada, eso no es algo que te enseñen en la carrera. A mí me ha servido darme a conocer en las competencias, y el boca a boca, que siempre funciona. Pero creo que para que las cosas salgan bien uno debe creer en lo que hace. Todo lo que he hecho en mi vida ha estado relacionado con el ajedrez, es mi pasión. Y soy muy afortunada de decir que puedo vivir de ella», concluye satisfecha.