Marta Parella: «Si rompes en vacaciones, es que la pareja ya estaba acabada antes»

YES

Marta Parella.
Marta Parella.

«Traslada algo de tus vacaciones al día al día, cinco minco minutos al día marcan la diferencia», asegura esta máster en Inteligencia Emocional, experta en autoestima y relaciones, que revela las verdades que pone sobre la mesa el salir de la rutina. ¿Somos otros en vacaciones?

17 ago 2024 . Actualizado a las 18:39 h.

Hacer turismo es una terapia que beneficia tu salud y tu autoestima, dicen los expertos. Y las vacaciones de verano, una prueba para la pareja que no siempre implica relax. «Viajar en pareja ayuda a conocerse. No es lo mismo ser una pareja estable y viajar juntos en vacaciones que que la pareja sea nueva y se trate de la primera vez que se pasan las vacaciones juntos», distingue Marta Parella, máster en Coaching por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y máster en Inteligencia Emocional y Neurociencia. «Si es una nueva pareja, el viaje es una ocasión para conocerse y ver qué te gusta hacer a ti, qué me gusta a mí, si soy de estar más quieta o de moverme mucho, qué actividades nos gusta hacer o si hay compatibilidad... Todo esto puede servir para conocerse. Puedes descubrir cosas positivas y negativas. En el caso de tratarse de una pareja estable, de años, es diferente: rompéis una rutina fija, tenéis más tiempo para estar juntos, hablar más y estar tranquilos... Es el momento para hacer esas cosas que no siempre tenemos tiempo de hacer el resto del año», comenta Parella.

—¿Ese tiempo que al fin tenemos juntos qué revela?

—En algunos casos, hace que afloren las diferencias. Quizá el resto del año casi no hay convivencia, y por eso no hay debate ni discusión. Cuando se pasa más tiempo juntos, salen a la luz las grietas que puede tener la pareja. Y sus afinidades y flexibilidad...

—¿Somos los mismos en vacaciones?

—Tenemos más tiempo para hacer esas cosas que nos gustan. Dormir, descansar, a veces leer, preparar una cena bonita, hablar, planificar una escapada juntos. Todo eso contribuye a que la pareja esté bien. Porque el relax mejora las cosas.

«Las vacaciones arrojan luz sobre las grietas de la pareja; si te divorcias después de las vacaciones es que la relación ya estaba acabada»

—Pero con las vacaciones aumentan las infidelidades. Tras ellas, se incrementan las separaciones y los divorcios. ¿Son falsos mitos o los clásicos del verano?

—Los estudios lo demuestran. Es un hecho, sostenido con cifras: cuando acaba el verano, hay más divorcios. Y es lo que decía antes: como durante el año no pasas mucho tiempo con tu pareja, si te divorcias después de las vacaciones es que la relación ya estaba acabada de antes.

—¿Cómo compaginamos las vacaciones en pareja con las vacaciones en familia? Cómo delimitar.

—Cuando tienes hijos y pareja, es importante hablar para planificar cómo se van a gestionar esos días, y establecer pactos. Ver tus opciones, si puedes dejar algún día a los niños con los abuelos, si vamos a estar los dos cuidando de los niños 24 horas o podemos repartir. Se trata de pactar que la carga no sea siempre para la misma persona. Al cuidar de tu hijo, estás cuidando de tu pareja, pero ese cuidado hay que repartirlo y organizarlo.

—¿Qué pasa si al viajar quiero relax y mi pareja caña? ¿Es más exitosa la pareja con compatibilidad viajera?

—Si la pareja se conoce, lo normal es que los gustos sean comunes o ya haya consenso. Si los gustos con tu pareja son muy dispares, pues es fácil que en la relación no haya coherencia. Puede pasar que, aun con gustos diferentes, se busque un punto medio. Se puede, por ejemplo, partir el día en mañana de actividad y tarde para descansar, o al revés. Llegar a un acuerdo en el que cada uno esté contento, cediendo un poco cada parte.

«Improvisar es bueno en vacaciones y en la vida, cuando uno tiene la mente muy rígida y quiere atarlo todo, sufre más»

—¿Qué aporta improvisar viajando, el factor sorpresa?

—Depende de cómo seas. Hay a quien le gusta tenerlo todo atado, y a quien le va la improvisación. Pero lo que es verdad es que, cuando uno tiene la mente muy rígida y quiere atarlo todo, sufre más. Cualquier cosa que se sale de lo que no esperas te preocupa o puede convertirse en un drama. Entonces, yo a lo que animo es a aprovechar esas ocasiones que nos permiten entrenar la flexibilidad mental y el saber adaptarnos a las circunstancias. Un poco de flexibilidad no solo en vacaciones, sino en la vida, va bien.

—¿Es una fantasía la luna de miel? Para algunos, de hiel, pues hay quien rompe tras el viaje de novios...

—No es la luna de miel lo que hace que rompan, el problema está en lo que esa pareja traía de antes. Pasar dos semanas juntos es a veces la forma de darse cuenta de que no tenías que haberte casado.

—A veces hacemos los viajes de otros, no los que queremos... Como hacer la boda que quieren tus padres.

—Es importante no hacer las cosas porque toca o por compromiso. Muchas veces nos generamos un montón de expectativas y luego descubrimos que las cosas no son como pensamos.

«Viajar en pareja nos ayuda a crecer juntos si es un viaje pactado, con acuerdos, y a medida de las dos personas»

—¿Qué beneficios tiene viajar en pareja y qué ventajas solo?

—Viajar en sí te ayuda a salir del cascarón, a ampliar puntos de vista y abrir la mente viendo otras formas de hacer, de pensar, de vivir más allá de lo acostumbrado. Es bueno para ser flexible, tanto si viajas solo como en pareja. Viajar en pareja nos ayuda a crecer juntos si es un viaje pactado, con acuerdos, y a medida de las dos personas. Si te gusta viajar solo, ayuda a superar barreras; puede ser muy positivo a nivel de superación personal.

—El living apart, estar juntos pero vivir cada uno en su casa, es un modelo de relación que hoy funciona. ¿Es normal preferir viajar solo a hacerlo con tu pareja?

—Lo natural cuando tienes una pareja es querer compartir tiempo con esa persona. Si no quiero compartir mi tiempo de ocio con ella, ¿con qué pareja estoy? Pero cada pareja decide lo que quiere hacer, siempre que sea un pacto consensuado entre los dos, que no sea uno el que dispone siempre y el otro el que cede y se adapta. 

—¿Un viaje puede salvar una relación de pareja?

—Salvar como tal no, no diría tanto, porque una relación de pareja es un trabajo de todo el año. Yo digo: «¿Qué te gusta hacer en vacaciones?». Busca cada día hacer una pequeña cosa de esas que harías en vacaciones. Cinco minutos al día pueden marcar la diferencia. A nivel de parejas saturadas por el día a día, un viaje de relax sí puede ser ese aire fresco que la pareja necesita. El relax en un entorno agradable para la pareja propicia la conexión.