Hay un lugar con una magia especial que se llama Kazajistán

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CEDIDA

Un país impresionante y el noveno más grande del mundo, sin salida al mar pero con encanto. Tierra de grandes contrastes: estepas y montañas, urbes imponentes y vida ancestral. La Ruta de la Seda esconde aquí una joya aún desconocida para los españoles

05 ago 2024 . Actualizado a las 22:16 h.

Siento desde febrero una curiosa conexión sin necesidad de wifi. Está a casi 7.000 kilómetros y es Kazajistán, país de Asia Central, enclave de la Gran Ruta de la Seda (en la que España también fue punto crucial con Europa), el séptimo más grande del mundo, en auge económico, independizado desde 1991, enlazando lo ancestral y lo futurista y de influencias europeas y asiáticas que alcanzan también su gastronomía. Se acerca una excelente ocasión para descubrirlo a través de los V Juegos Mundiales Nómadas, en Astaná del 8 al 13 de septiembre. Declarados patrimonio cultural inmaterial de la Unesco, competirán unas 4.000 personas de más de 100 países y esperan a más de 100.000 turistas. Además de la aldea Universo Nómada, espejo de la cultura y tradiciones kazajas, habrá juegos étnicos como el kokpar, que consiste en levantar al galope la carcasa de un carnero y llevarla hasta un punto, demostrando los jinetes su enorme destreza. Otros son carreras ecuestres, tiro con arco, cetrería, lucha nacional, etcétera.

Un circuito ideal de agencia puede abrir boca precisamente en la capital, con el edificio esférico más grande del mundo, recuerdo de la Expo, de cien metros de altura, que se presenta como «una ciudad perfecta para los negocios y el ocio». Tras visitar la Gran Mezquita, la mayor de la región, un paseo por el Boulevard Nurzhol conduce a la plaza Redonda y al centro comercial Khan Shatyr, «colosal estructura en forma de tienda», describen. El viaje puede seguir hacia Shymkent y la antigua capital, Almaty, que mezcla arquitectura clásica y soviética, en donde destaca la catedral de Zenkov y el palacio de la República. En el Bazar Verde se pueden probar leches de camella y yegua (con esta, fermentada, se elabora el licor kumys). El Parque Kok-Tobe salva sus 1.130 metros de altitud sobre la ciudad con el teleférico. Más joyas por el camino: Turquistán, especialmente Karavan Saray que evoca cuentos orientales, los mausoleos Khoja Ahmad Yasawi con cúpula de 38 metros, una de las más grandes del mundo, y el de Arystan, de peregrinación islámica. Otro mausoleo a destacar, el de Aisha Bibi. En Otrar, si cierras los ojos, podrás ver antiguas caravanas pasando. Tribus nómadas hacían vida en estas tierras, con la yurta como hogar acompañándoles el águila, que aparece en la bandera kazaja junto a un sol de 32 rayos, más el caballo. Son dos animales icono.

Naturaleza impactante

Dejando atrás el bullicio urbano, Kazajistán ofrece una naturaleza pura y colosal, manifestada en 14 parques nacionales que encabeza el de Altyn-Emel, con más de 4.600 kilómetros cuadrados en la región de Almaty que «alberga una gran variedad de flora y fauna como el caballo de Przewalski, en peligro de extinción, y el Malus sieversii, el manzano silvestre», que dio vida a las variedades modernas. Parecen rivalizar en hermosura los picos de Tien Shan y Altai con las estepas y los desiertos. El espectacular cañón de Charyn de 154 kilómetros evoca el del Colorado y los grabados rupestres de Tamgaly Tas recuerdan a Altamira. Lagos como los de Kolsai son surrealistas y el Tracto de Bozzhyra, en Mangystau, es una maravilla geológica de millones de años con columnas de piedra hasta 250 metros de altura. El majestuoso valle de Ayrakty-Shomanay, que moldea montañas de piedra caliza en 20 kilómetros, fue el fondo de un viejo océano que atravesarían rutas comerciales dando pie a leyendas en un enclave «testimonio de la excepcional creatividad de la naturaleza», destacan. Recomiendan visitar los espacios naturales en abril y mayo o septiembre y octubre para huir del «implacable viento» en invierno y «temperaturas abrasadoras» en verano. Son zonas protegidas de diez, ideales para practicar «senderismo, acampada y observación de la fauna».

MAYOR'S OFFICE OF THE MANGYSTAU REGION

Se habla ruso y kazajo, e inglés. La moneda es el tenge. La cocina tradicional, que también te dará a probar una familia kazaja en su casa, se basa en cordero, ternera y caballo, lácteos, panes, pescados y verduras (el plato nacional es el beshbarmak con carne hervida, fideos planos y cebolla). De postre, samsa (pasteles) y baursak (tortitas). Basta con tener el pasaporte en regla y contratar seguro. Desde España hay vuelos con escalas y en el país los precios en restaurantes son asequibles, hay alojamientos para todos los bolsillos y el transporte es económico.

En un acto reciente en Madrid con la embajada de Kazajistán en España y el Club de Fans de Dimash Qudaibergen, superstar kazaja, Gulcha nos preparó exquisiteces de su tierra y trajo en la mano unos raros anillos. «Se llaman ‘cazadores de felicidad’», nos explicó. ¿Tendrán ellos la gran fórmula?