Joaquín Rubal, nuevo presidente de los guías gallegos: «El tren turístico número uno es el de las Rías Altas, está todo vendido desde junio»

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«Las ciudades que más enseñamos son Santiago y A Coruña, y las que menos, Vigo y Ferrol», afirma el recién electo presidente de la APIT, que señala que tomarán medidas para no perjudicar a los vecinos de las zonas más visitadas y defiende la tasa turística
01 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Las Rías Altas están en pleno despegue. Lo confirma el nuevo presidente de la Asociación Profesional de Guías de Turismo de Galicia (APIT) desde el pasado miércoles, Joaquín Rubal, (Ginebra, Suiza, 1971), que reconoce que esta zona le toca la fibra. Hijo de emigrantes gallegos, su familia es de la zona de Ortigueira. Llegó a Santiago para estudiar Geografía e Historia. Allí reside y ejerce de guía desde hace 18 años. «Hoy, con las redes sociales, si descubres un sitio bonito, como pongas la localización, al día siguiente está lleno de caravanas», advierte.
—¿Con fuerzas para la presidencia?
—La idea siempre es que esté al frente una persona de la zona de Santiago que sea veterana. Al fin y al cabo, éramos pocos los que podíamos entrar en ese perfil. Me lo plantearon, me lo pensé, y dije: «Bueno, más que nada por la asociación y por mis compañeros». Tommi Alvarellos [el presidente saliente] llevaba ya unos cuantos años. Le tocó además enfrentar una época complicada, con la pandemia, y ahora habrá una transición. La asociación lleva ya 40 años y ha ido creciendo. Ahora somos los principales interlocutores del sector con las Administraciones.
—¿Qué es lo que más le sorprende al turista cuando llega a Galicia?
—Cada vez tiene más peso el turismo internacional. Hay mucha gente que descubre Galicia y que viene de fuera de España, entonces conocen Madrid, Barcelona, Sevilla... Llegan aquí y es su primera vez, su primer contacto. Galicia sorprende un poco por todo. Primero, a nivel paisajístico, el verde, la costa, tanto las Rías Altas como las Baixas...
—¿Cuál es el ránking de lo que más quiere ver la gente en verano?
—Santiago es siempre el lugar que más enseñamos. Después, la de la Costa da Morte es probablemente la excursión que más hagamos. Quizás la otra zona que le sigue con más público sea la de las Rías Baixas, con Pontevedra, O Grove, etcétera. La Ribeira Sacra está teniendo mucho tirón últimamente. Y, por supuesto, las ciudades. De hecho, ayer mismo estuve con un grupo en A Coruña, que coincidió que estaba con la Feira das Marabillas, la medieval [tuvo lugar la semana pasada]. Y también hacemos mucho A Mariña lucense, desde Ferrol hasta Ribadeo. Es una zona, digamos, más desconocida, pero que también gusta mucho.
—Y que se está poniendo de moda, ¿no? ¿Están despegando las Rías Altas?
—Sí. Y además me toca la fibra sensible, es mi zona fetiche. Mi familia es de la parte de Ortigueira. Si me dices: ‘¿Cuál es la zona más bonita que haces?’, esa, sin duda. De hecho, un tour de los que hacemos es el famoso tren de los Faros, que es una ruta de Turismo de Galicia y Renfe, uno de los 14 trenes turísticos que hay, pero es el que más funciona. El único que tiene seis salidas, el de mayor demanda. Mira que los hay que hacen Rías Baixas, Ribeira Sacra, pazos y jardines... Pero el número uno, sin duda, y el único en el que es dificilísimo conseguir plaza, es el tren Ferrol-Viveiro, el de las Rías Altas. Está todo vendido desde junio. Son 60 plazas en cada uno de los seis sábados, y se venden rapidísimo. Entra cabo Ortegal, Estaca de Bares, San Andrés de Teixido o el banco de Loiba, que estuvimos allí el día que desafortunadamente se cayó una persona... Y ahora también está el geoparque de cabo Ortegal, que es geoparque mundial de la Unesco desde el año pasado, los acantilados de Vixía de Herbeira... El paisaje es muy espectacular, con la ría de O Barqueiro, de Viveiro, O Vicedo... y muy desconocido.
—¿Y las ciudades? ¿Cuáles enseñas más?
—Después de Santiago, a la que más voy es a A Coruña. Por proximidad, pero también por contraste. Así como Santiago es lo clásico, una ciudad pequeña, de interior y medieval, A Coruña es una gran ciudad a escala gallega, de costa y, aunque tiene una parte medieval, la mayor parte de ella se hizo en torno a los siglos XVIII y XIX, en la época modernista. La tercera a la que más voy es a Pontevedra, como parada dentro del circuito de las Rías Baixas. Si vas hacia A Mariña lucense, se suele hacer una parada en Lugo, por todo el tema romano y patrimonial. Y a Ourense también vamos dentro del pack de la Ribeira Sacra. Lugo te atrae por su gran muralla, Ourense también a nivel de catedral y aguas termales. Pontevedra, aunque es pequeñita, tiene un casco histórico muy bien conservado. De Santiago ya no hay nada que decir, y A Coruña abarca todo: patrimonio, torre de Hércules, paseo marítimo...
—Las que menos, Vigo y Ferrol.
—Sí. Vigo es la ciudad a la que menos vamos, con diferencia, junto con Ferrol. Vamos mucho al entorno de ambas y podemos pasar por ellas, pero no se ven expresamente. También hay excursiones para cruceristas que atracan tanto en Ferrol como en Vigo en las que entran ambas, pero como ciudades en sí, son en las que menos nos movemos.
Tenemos que entender que en los barrios turísticos vive gente
—Siendo muy distintas. Ferrol ha estado perdiendo población, mientras que Vigo es la ciudad más grande de Galicia.
—Vigo es un motor económico, una potencia industrial con el puerto, automovilística... Pero desde el punto de vista turístico, aunque podamos dar un paseo por la Porta do Sol, la concatedral o el parque de Castrelos, no tiene un patrimonio único como el de localidades de su entorno, por ejemplo Baiona o Tui. Por su parte, Ferrol aporta algo único, que es el tema militar. Las visitas al arsenal y a las fragatas solo puedes hacerlas allí dentro de Galicia. Luego, tiene un buen modernismo, pero eso lo encontramos también en A Coruña y en otros lugares. Ferrol tiene una ría muy bonita, donde destaca el castillo de San Felipe, y unas playas también muy bonitas. Pero la ciudad en sí no tiene un gran hito cultural o turístico que mueva a la gente. A Vigo le pasa un poco lo mismo. Tiene en su entorno números uno como las Cíes, pero como ciudad aporta menos en ese sentido.
—Las comunicaciones, tanto en tren como en autobús, no ayudan a Ferrol.
—De Ferrol sale el tren turístico del que hablamos, igual que el Transcantábrico. ¿Pero ve la gente algo de Ferrol? No, solo salen de allí. Solo ven la estación de autobuses o la de trenes. Y siempre les aviso: «El primer café lo van a tomar en San Andrés de Teixido». No hay ni cafetería en ninguna de las dos, eso nadie lo puede concebir en una ciudad. Ferrol, en la época de la alta velocidad en la que vivimos, está olvidada del mundo.
—¿Y en el interior, cuáles son los puntos turísticos más calientes?
—En Lugo y Ourense encuentras zonas mucho más vírgenes. Hablamos de O Courel, de Os Ancares... El este de Galicia es mucho más tranquilo. Vamos menos por su distancia de las grandes ciudades y porque hay muchos sitios inaccesibles para un bus de 50 plazas como los nuestros. También porque ofrece excursiones de caminata, como Pena Trevinca o el Teixadal de Casaio, que es el mejor bosque de tejos que tenemos. Eso ya te acota el tipo de público.
—¿Es palpable la «turismofobia»?
—Sí, lo estamos notando últimamente. De hecho, lo hablamos entre los compañeros, y será un tema a tratar en la próxima asamblea. Nos hemos dado cuenta de que todos nos vemos en Santiago en torno a cuatro plazas con una catedral en medio. Cuando hay quince grupos en Praterías o en la Quintana, cada uno con su micrófono y su altavoz, no hay espacio para todos y molestamos, soy consciente. En ese aspecto tenemos que tomar medidas. Si estoy con 50 personas de la calle de A Raíña o del Franco, no puedo pararme y ponerme a hablar. Tenemos que ser especialmente cuidadosos y conscientes de dónde nos paramos, y saber ordenar al grupo y colocarlo para que no empiece a esparcirse. Porque aquí vive gente, no es un barrio temático. De ahí que el Concello estudie la prohibición absoluta de los altavoces que utilizan muchos guías, que nosotros no los recomendamos, sino que usamos las audioguías. También se habla de reducir los grupos a 25 personas.
—¿Tasa turística, sí o no?
—A nivel de la asociación no lo hemos hablado, pero mi postura personal es que ya la veo funcionando en otras ciudades, y es una cantidad de 2 o 4 euros que cualquiera gastamos en una cerveza o en un suvenir en cualquier sitio, y que supone una ayuda para ciudades con mucha presión turística. Es una ayuda a nivel de mantenimiento y limpieza.