¿Es posible vivir de vender perfumes de 280 euros?

YES

cedida

04 ene 2025 . Actualizado a las 11:04 h.

La respuesta es «sí, pero con muchos matices», responde David Gigirey. Es el propietario de una pequeña tienda que no llega a los diez metros cuadrados en la zona más cara de A Coruña y en la que vende perfumes exclusivos que pueden llegar a costar 280 euros. «A día de hoy, todavía no me da. Va creciendo poco a poco y cada año facturo más que el anterior. Si cierro ahora, pierdo dinero. Ni me va tan bien como para poder permitirme contratar a alguien ni tan mal como para cerrar», analiza este emprendedor que este 2025 cumplirá los 40 años. El establecimiento se llama Amusko, está ubicado en la calle Betanzos, la milla de oro comercial coruñesa, y es una perfumería nicho. «Es para gente que evita los productos de gran consumo, que no les interesa lo que anuncia Angelina Jolie en Navidad. Vienen aquí, hacen la cata, y eligen un perfume que se identifique con ellos y les aporte personalidad. Algo distintivo», explica. Dice que es posible vivir de este sector, pero con algunos matices, como destacaba al principio. «Para sobrevivir con un negocio tan específico hay que saber vender y también comprar. Llevo desde el 2004 trabajando en cosmética nicho y conozco a los distribuidores y, en muchos casos, a los dueños. Y tengo la suerte de conocer a gran parte de los potenciales clientes. Para que un negocio funcione bien hay que controlar perfectamente al sector. Otra clave, aunque sea una tienda de dimensiones tan reducidas, es estar en el centro. Fuera de donde estoy no tendría sentido», analiza y contesta a la pregunta inicial. 

VÓMITO DE BALLENA

Cuenta David, que en España solo existen diez perfumerías como la suya. «Son perfumes que no se compran por internet, porque es difícil arriesgarse por uno determinado teniendo en cuenta el precio que tienen. Los hay desde 35 euros, pero solo tienen dos notas, que pueden ser florales, cítricas o maderas. Pero los precios se disparan si llevan oud, azafrán o iris. El oud es una resina muy difícil de conseguir, y por eso los precios se disparan. En el sector de los perfumes nicho la materia prima es muy cara y depende de factores como puede ser la guerra de Ucrania, que los encarecen todavía más», explica. Si resulta complicado entender cómo se puede mantener un negocio de este tipo y de esta exclusividad en una ciudad no muy grande, más difícil es asimilar que una de las materias primas es el vómito de ballena. «Ninguno de nuestros perfumes está fijado con alcohol. Lo que se utiliza es el denominado ámbar gris, que es el vómito de una ballena, que se suele encontrar en las costas de Omán y es el mejor fijador que existe. Está permitido porque, aunque es de origen animal, no se toca al cachalote», relata David, el hombre que vive y sobrevive vendiendo perfumes de 280 euros que están al alcance de muy poca gente. «Cuando fue la pandemia muchos cerraron y yo abrí, sabía dónde me metía», sentencia. Los aromas que ofrece proceden de Estados Unidos, Australia, Arabia Saudí y de España. «Cuando viví en Los Ángeles conocí a gente que los producía, y mantengo los contactos. Esa es una de las claves para poder seguir adelante». Empieza el 2025 y David Gigirey lo inicia con las ilusiones intactas. Piensa que hay nicho de mercado para los perfumes nicho.