María y Elisa, más de 40 años siendo amigas: «Hemos hecho todo a la vez y hasta las dos hemos tenido 4 hijos de las mismas edades»
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Estas dos amigas se hicieron inseparables cuando tenían 10 años. Entre anécdotas de fiesta y de vida, cuentan cómo el destino ha querido que vivieran casi todo a la vez. «Nuestros hijos mayores acabaron haciendo pandilla», confiesan
20 ene 2025 . Actualizado a las 17:37 h.Quien tiene un amigo tiene un tesoro. O al menos eso dicen, porque la amistad, al igual que las plantas, hay que regarla y mimarla. Como en el caso de María y Elisa, que desde que tenían apenas 10 años se hicieron inseparables.
«Mis abuelos vivían en Santiago y veraneaban en Padrón. Yo me iba todos los fines de semana con ellos y a veces bajábamos hasta allí. Por aquella época también pasábamos la Semana Santa y las Navidades en el pueblo. Cuando se murieron, su casa de Santiago se vendió y en aquel primer viaje que hicimos a Padrón sin ellos, yo estaba con mis primas en casa y me presentaron a María. A partir de ese día ya la llamaba cada vez que venía», explica Elisa. María también tenía una historia parecida. «Yo vivía en Ferrol e iba a Padrón los fines de semana. Nos veíamos aquellos días contados. Después mi madre se murió y ya nos fuimos a vivir allí con mi padre. Ella también se instaló aquí y comenzamos a tener una relación más de diario», afirma.
Poco tiempo después llegó la adolescencia y la juventud. La vida social aumentó y las historias juntas se multiplicaron. Como la primera vez que pisaron una discoteca con 14 años. «Mi prima Adina tenía 16 años y nosotras 14. Eran dos años de diferencia y se nota bastante a esas edades. Quedábamos con ella y sus amigos, pero éramos unas niñas todavía. Al final, siempre terminábamos escaqueándonos y nos marchábamos al parque mientras mi prima se quedaba con el resto tomando algo. Pero un día nos llevaron a María y mí a una discoteca. Estábamos las dos superavergonzadas en la pista porque no sabíamos qué hacer. Ahora las niñas con esa edad ya tienen más rodaje porque están en el instituto. Nosotras en ese momento pasamos de saltar a la comba a meternos allí», recuerda Elisa. «Queríamos ir a los columpios y de repente nos vimos en la puerta de la discoteca. Nos daba vergüenza hasta entrar», bromea María.
Maternidad a la vez
Desde entonces han permanecido inseparables. «Además coincidimos en un montón de eventos como bodas, comidas, fiestas... Incluso en la guardería y en el colegio, porque nuestros hijos tienen casi las mismas edades», indica.
Ambas sabían que querían tener hijos, pero se dio la casualidad que cada una tuvo cuatro. Elisa tiene a Ángela (22), Antonio (21), Elisa (18) y Domingo (13). María, por su parte, tiene a María (24), Isidoro (22), Lola (18) y Rosalía (14). Pero ¿cuáles son las probabilidades de quedarte embarazada al mismo tiempo que una amiga? Salvo planificación y suerte, no muchas. En su caso, dos de sus cuatro embarazos fueron al mismo tiempo. «No estaba planificado. De hecho yo quería algún hijo más, pero ahí me quedé», comenta Elisa. «Siempre quise tener hijos, pero no sabía cuántos iban a ser exactamente», bromea María. Así mientras Elisa estaba embarazada de Ángela, María lo estaba de Isidoro. Y tiempo después, pasó lo mismo cuando Elisa se quedó embarazada de su hija Elisa y María de Lola.
Viajes, fiestas y pandereta
Con las familias ya creadas, llegaron las vacaciones de todos juntos en caravana. «Decíamos: ‘¿Por qué no vamos hasta tal sitio?’. E íbamos juntos en verano, aunque fuese una semana o diez días. Ahora aún seguimos coincidiendo. A Baiona, a Vilanova... También hubo veranos en los que no coincidimos y tampoco pasó nada», explica Elisa. Y a veces no es fácil tener los mismos gustos que un amigo, pero ellas se complementan a la perfección. «Las dos tenemos más o menos el mismo estilo de vida y aficiones muy comunes. Nos gustan casi las mismas cosas. Yo cuando vivía en Ortigueira había empezado con la gaita, pero no seguí y se quedó ahí. A clases de pandereta nos apuntamos las dos a la vez. Un día me dijo María: ‘¿Y por qué no nos apuntamos?’. Y dije: ‘¡Pues venga, vamos!’. Aunque sí que es cierto que ese mundo siempre me gustó», explica Elisa. «Además somos muy fiesteras. La Pascua la vivimos a tope, el último día nos da mucha pena que se acabe», confiesa María.
Y es que toda una vida de amistad tiene que dar para más anécdotas, como sus aventuras en carnavales. «Una vez nos disfrazamos de los que corren en los San Fermines y fuimos a que nos maquillaran como si nos hubiese cogido un toro. El maquillaje que nos hicieron a las dos fue buenísimo y nos moríamos de la risa al mirarnos porque estábamos horribles. Llegamos a casa y al entrar nuestros hijos nos vieron y se pusieron a correr y a gritar porque les daba miedo. No pudimos parar de reír», relata María.
Ángela (22), la primogénita de Elisa, afirma que desde que vino al mundo ya recuerda estar todos juntos. «Realmente nací y ya estaban ahí. Mi recuerdo es el de ver a nuestros padres siempre juntos mientras nosotros jugábamos en la plaza y en el parque», cuenta. La mejor época era la de las vacaciones, cuando recorrían España en sus caravanas. «En verano cogíamos las caravanas y nos íbamos por ahí de cámping. Me acuerdo mucho de cuando fuimos a Salou y a Barcelona. Incluso cuando no había nieve, algunos fines de semana también nos acercábamos hasta Manzaneda para hacer actividades», confiesa.
Al tener más o menos la misma edad, cada hijo de María se juntó con un hijo de Elisa. «Isidoro y yo fuimos toda la vida en la misma clase, salvo un curso porque tenemos la misma edad. Elisa y Lola también tienen los mismos años, son amigas y coincidieron estudiando hasta el bachillerato. Rosalía y Domingo se llevan un año, pero también se criaron juntos. Al final terminamos haciendo pandilla entre todos. En mi caso, más con mi hermano Antonio, con Isidoro y María porque somos los mayores», añade Ángela.
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Dejando hijos a un lado, lo que está realmente claro es que María y Elisa se admiran mutuamente. «¿Y cómo definiríais a la otra?», les pregunto a las dos. «María es una persona alegre, dinámica, responsable y familiar», confiesa Elisa. «Para mí Elisa es una mujer completa con todas las letras. Es una auténtica matriarca», concluye María.