
Hace 31 años que el chef Wolfgang Puck se encarga de preparar la cena que pone el broche de oro a los prestigiosos premios. Este año ha sumado 12 jamones Cinco Jotas
07 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El jamón de bellota fue uno de los otros protagonistas de la 97.ª edición de los Óscar en la Governors Ball, la fiesta posterior a la entrega de galardones que se celebró en el salón Ray Dolby de Los Ángeles. «Nosotros queremos tener comida de todo el mundo, y el jamón ibérico es el mejor del mundo y lo más representativo de España. Necesitaba tener ese sabor en la noche de los Óscar», aseguró a Efe Byron Puck, el director de gastronomía del grupo de restaurantes de lujo que encabeza su padre, el chef austríaco Wolfgang Puck.
Este año la fiesta contó con un total de 12 jamones de bellota de Cinco Jotas, dos más que en la edición anterior, y tres maestros cortadores de la marca se encargaron de distribuirlo a quienes acudieron al recinto. Uno de ellos fue Raúl Garrido, quien explicó que el secreto para cortar esta «joya gastronómica» de España está en las herramientas, el cuidado que se pone al hacerlo y, sobre todo, «en hacerlo con mucho cariño». Además de este manjar, la cocina española también brilló por la paella de mariscos que los cocineros prepararon para esa noche.
PASTEL DE POLLO
Wolfgang Puck, que cumplirá 31 años como el chef de esta fiesta, confesó que no planea conceptualmente el menú que presenta cada año y que incluso le resulta difícil recordar cuáles fueron los platillos de la última edición, pero indicó que una de sus misiones año tras año es preparar «comida reconfortante». Entre ellos el pastel de pollo, el favorito de Barbra Streisand y un clásico en esta fiesta que no puede faltar porque, en caso contrario, le despedirían, bromeó Puck. En esta fiesta debutaron algunos platos como unos fideos pad thai picantes, el beef Wellington (lomo de buey cubierto con paté) o el pato chino, que requiere doce días de maduración y que este chef considera «el mejor bisté del mundo».
Un menú valorado en 400 euros por persona en los que Wolfgang Puck y su hijo, junto a un centenar de cocineros, ofrecieron a los 1.500 invitados y en el que tampoco faltó el chocolate. Un total de 150 kilos se usaron para recrear pequeñas figuras de los Óscar, que luego se recubrieron con pintura dorada, además de puros con su humo a base de nitrógeno helado.
La gastronomía mexicana tampoco faltó en esta gala y el tequila reposado y blanco de Don Julio fue el encargado de representar al país con una serie de cócteles creados artesanal y exclusivamente para estos premios.
«Son cócteles de celebración, estamos celebrando a los directores, a los actores, es la noche más importante para ellos y queríamos hacer cócteles que estuvieran a la altura», contó el mixólogo Charles Joly. Cada año él y su equipo generan un menú de cócteles de tequila especial para este evento inspirados en los colores de la gala o los temas de la ceremonia y los de este año llevan nombres como Ovación de pie o El claro ganador.
Los mixólogos también quisieron resaltar los sabores de México, por lo que estos cócteles adornados con dorado y hielos con la figura de la estatuilla dorada tenían notas de flor de Jamaica, pimienta de luche, chile ancho o limones.