
Hace 40 años, TVE preguntó en la calle y registró estas respuestas: «Si me entero de que mi hijo es homosexual sería una desgracia horrible». «Yo creo que eso debe de ser enfermedad, hoy en día hay mucho paro, hay mucha gente parada sin hacer nada y les da por hacer cualquier cosa». «Si no prohibirla, tampoco debería estar permitida en el sentido de que se haga propaganda de la homosexualidad». «Es una enfermedad más». «Que no perjudiquen a la gente que no lo es y les den malos ejemplos». «Estoy seguro de que siempre lo habrá, ahora, lo que me parece un exceso es la jornada del orgullo gay, porque me parece que no tienen que presumir de una cosa que es una anomalía de la naturaleza. Desgraciadamente, ocurrirá siempre. A mí me merecen cierto respeto, no participo de sus inclinaciones, pero tanto como orgullo me parece un poco exagerado. No sé por qué no vamos a tener también la jornada del orgullo machote entre los cuales yo me encuentro. Que conste que me parece bien que los dejen vivir y tal, siempre que no corrompan a la juventud. Pero vamos, ya tanto el orgullo… Vamos a hacer también el orgullo de las mujeres a las que les gustan los tíos, el orgullo de la gente corriente».
Declaraciones de representantes públicos realizadas en los últimos meses: «Las mujeres y niñas están viendo amenazados su intimidad y seguridad, especialmente en los centros educativos, donde la identidad de género impuesta pone en peligro la dignidad y los derechos de las menores». «En Vox hay una corriente, familias y apoyos, que considera que la homosexualidad es una enfermedad y que los homosexuales son personas desviadas». «¿Por qué los gais celebran tanto el día de San Valentín si lo suyo no es amor, es solo vicio?». «Aparten sus sucias manos de mi hijo, aparten sus marxistas deseos y apetitos sexuales de mi hijo (…) y pierdan toda esperanza de adoctrinar a nuestros hijos para convertirlos en enfermos como ustedes». «Tienen que tener preferencia a la hora de adoptar la unión de un hombre y una mujer. Ahora me dices: ‘Hay un niño que no lo quiere nadie y lo adoptan dos homosexuales', yo les aplaudo». «En España se ha pasado de pegar palizas a los homosexuales a que ahora esos colectivos impongan su ley».
Resultado de una encuesta publicada la semana pasada encargada por la Federación Estatal LGTB: las agresiones se han duplicado en el último año. Ochocientas mil personas han sufrido algún tipo de agresión, desde lo verbal a lo físico, en toda España.